Gestos de distensión hacia Catalunya ante el anfitrión del Elíseo
El presidente francés, Emmanuel Macron, escuchó ayer con atención, pero sin intervenir, las explicaciones que dio Pedro Sánchez, durante la rueda de prensa, sobre su política de distensión hacia Catalunya. El jefe del Gobierno español valoró positivamente la presencia, juntos, del Rey, del president Quim Torra y de él mismo, el viernes, en la inauguración de los Juegos Mediterráneos, y reafirmó su voluntad de “normalizar las relaciones institucionales” con la Generalitat.
Según Sánchez, el hecho mismo de que el diálogo entre él y Torra fuera noticia demuestra “la anormalidad de una realidad política que nos ha llevado a una quiebra de confianza y de lealtad que debe ser reconstruida”. “Desde luego, en el ánimo del Gobierno de España está el de normalizar las relaciones con el Gobierno de Catalunya y el de empezar a caminar para resolver muchos de los problemas que son políticos pero que afectan sobre todo a los ciudadanos de Catalunya”, prosiguió Sánchez. Citó, como posibilidades de acercamiento, resolver problemas de infraestructuras y el replanteamiento por el actual Ejecutivo socialista de “recursos de inconstitucionalidad que se han puesto encima de la mesa como consecuencia de leyes que fueron aprobadas por el Parlament de Catalunya y que pueden ser examinadas por el Gobierno de España en el marco del diálogo bilateral”. Sánchez avisó de que la crisis de confianza “no se va a restablecer en cuestión de horas o de semanas”. El presidente agradeció el respaldo del presidente Macron y el pueblo francés “a la integridad territorial y a la soberanía nacional (española)” en los “momentos críticos” que se vivieron.
Fuentes de Moncloa confirmaron que Sánchez evocó el tema catalán al término del almuerzo y que tanto él como Macron convinieron en que se trata de un asunto que trasciende a España y que afecta a Europa.