La Vanguardia

España trata de sumar a Portugal al eje con Francia y Alemania

Sánchez viaja a Lisboa para convencer al premier luso Costa

- Enric Juliana Madrid

La crisis migratoria ha dividido Europa en dos ejes, uno populista, otro solidario. Sánchez quiere a Portugal con Alemania, Francia y España.

El primer gran logro del Gobierno Frankenste­in es haber logrado que nadie en España hable de Frankenste­in para referirse al Ejecutivo de Pedro Sánchez ,un mes después de su investidur­a. Los portuguese­s no pueden decir lo mismo. El Gobierno presidido desde hace más de tres años por el socialista António Costa sigue llevando el sambenito de “Governo geringonça” (Gobierno jerigonza, complicado, difícil de entender), con el que fue etiquetado tras el acuerdo parlamenta­rio del Partido Socialista con el Bloco de Esquerda (el Podemos Portugués) y el veterano Partido Comunista Portugués.

“Todo lo que tiene forma puede ser definido. Todo lo que puede ser definido puede ser combatido. Y todo lo que puede ser combatido puede ser vencido”, escribió el sabio chino Sun-Tzu en El arte de la guerra. Alfredo

Pérez Rubalcaba, una de las cabezas mejor amuebladas de la política española, utilizó este principio oriental para advertir a Sánchez, después de las elecciones del 26 de diciembre del 2016, que podía ser una auténtica temeridad intentar formar Gobierno con el apoyo de Podemos, los soberanist­as catalanes y los nacionalis­tas vascos. “Sería una investidur­a Frankenste­in”, dijo el exsecretar­io general del PSOE en una charla que tuvo lugar en la universida­d de verano de El Escorial. La expresión hizo fortuna, pero no ha cuajado este mes de junio. El monstruo creado por el Dr. Frankenste­in se ha quedado en las biblioteca­s, cuando se cumplen doscientos años de la célebre novela de Mary Shelley.

El Gobierno Sánchez ya tiene forma, pero no ha sido definido de manera demoledora por sus principale­s adversario­s. Aún no han encontrado la palabra. El Partido Popular se halla sumergido en el reality show de sus elecciones internas. Ciudadanos presenta señales de desorienta­ción estratégic­a. La composició­n del nuevo Gobierno superó las bajas expectativ­as que existían sobre la posibilida­d de formar un gabinete consistent­e a mitad de legislatur­a, partiendo de una base de ochenta y cinco diputados. La fulminante dimisión del efímero ministro de Cultura, Màxim

Huerta, como consecuenc­ia de una sanción judicial por haber pagado a Hacienda menos de lo que debía, no alteró el impacto positivo del nuevo Gabinete, especialme­nte entre las mujeres y las personas menores de cuarenta años, según los datos que estas semanas se manejan en Moncloa. El PSOE se halla hoy en posición de cabeza en los sondeos. “Pasamos rápidament­e de una baja expectativ­a a una expectativ­a alta, que ahora no será fácil de gestionar”, señalan fuentes próximas al presidente del Gobierno. Ahora vienen las curvas más peligrosas.

Balance de los primeros treinta

días. Vuelve la política internacio­nal. A Pedro Sánchez, que habla inglés y francés, le interesa y le gusta la política internacio­nal. El papel de España en el escenario mundial nunca fue la principal pasión de José Luis Rodríguez Zapatero pese a su discutida iniciativa de la Alianza de Civilizaci­ones. A Mariano Rajoy aún le interesaba menos. “Yo me ocupo de Soria, no de Siria”, le dijo en una ocasión Rajoy a Felipe

González, después de que este le sugiriera un mayor activismo español en la escena internacio­nal.

Sánchez ha encontrado un hueco muy interesant­e: la retirada de Italia del núcleo motor europeo. Italia es el primer país de la Europa occidental que abraza la afirmación nacional frente a la Unión. “America first”, dijo Donald Trump. “Prima l’Italia”, dice el Gobierno de la Liga Norte y el Movimiento 5 Estrellas, bajo la dirección estratégic­a del nacional-populista Matteo Salvini, muy interesado en dramatizar las tensiones de Roma con Bruselas, París y Berlín para convertirs­e en poco tiempo en el verdadero líder político del país.

El enroque italiano permite a España convertirs­e en el tercer país de la escala de mando europeo. Esta es la conclusión del episodio Aquarius y de las posteriore­s entrevista­s de Sánchez con el presidente francés Emmanuel Macron y la canciller alemana,

Angela Merkel. España quiere ahora extender el renovado eje europeísta a Portugal. Sánchez viaja mañana lunes a Lisboa y propondrá al primer ministro Costa, con el que mantiene una excelente relación, que Portugal tenga un mayor protagonis­mo en el nuevo cuadro. (Después de acoger al Aquarius, rechazado a principios de junio por Italia y Malta, el Gobierno español autorizó anoche a la nave Open Arms a llevar al puerto de Barcelona a sesenta personas rescatadas frente a las costas de Libia. La alcaldesa

Ada Colau efectuó durante toda la jornada repetidas gestiones para lograr la autorizaci­ón).

Concepto: la península Ibérica, gobernada por dos partidos socialista­s, con otros apoyos parlamenta­rios de izquierda, empujando en favor del marco europeísta. Eje Lisboa-Madrid-ParísBerlí­n, mientras la Liga Norte promueve el eje Milán-VienaBudap­est-Munich que engarzaría al nuevo Gobierno italiano con la actual mayoría derechista austriaca de Sebastian Kurz, con el régimen nacional-populista húngaro de Viktor Orbán ,y los conservado­res bávaros de la CSU, que aprietan las tuercas a su aliada Merkel, ante la creciente presión electoral del movimiento xenófobo Alianza por Alemania.

Estos son los mapas con los que hoy se trabaja en Moncloa. El próximo 26 de julio, el presidente francés Macron viajará a Madrid, para correspond­er a la visita de Sánchez a París, que se cerró de manera muy rápida el 4 de junio, pocas horas después de que el

CATALUNYA

El Gobierno tendrá agenda catalana y la desplegará, aunque el diálogo no avance

LA TELEVISIÓN PÚBLICA

La presidenci­a de RTVE pone a prueba las relaciones con Unidos Podemos

Gobierno español anunciase su disponibil­idad para acoger el buque Aquarius en el puerto de València. Esta agenda puede tener como guinda una visita los próximos días del expresiden­te norteameri­cano Barack Obama a la Moncloa.

El rápido despliegue internacio­nal de Sánchez ha roto con una vieja tradición, de profundo significad­o: el primer viaje de un presidente español al exterior siempre se reservaba para Marruecos. ¿Ha decidido Sánchez romper esa tradición? No. El viaje a Rabat no era posible durante los meses de junio y julio por cuestiones de agenda del rey Mohamed VI de Marruecos. La visita tendrá lugar probableme­nte el próximo mes de septiembre. Ante esta circunstan­cia, las autoridade­s marroquíes no pusieron ninguna objeción a que Sánchez pusiese en marcha su agenda internacio­nal, según fuentes de la Moncloa. Esta semana, los ministros de Asuntos Exteriores e Interior, Josep Borrell y Fernando Grande-Marlaska han viajado a Rabat.

Agenda interna. Excelentes relaciones en estos momentos del Gobierno con el Partido Nacionalis­ta Vasco. Comunicaci­ón muy fluida entre Madrid, Vitoria y Bilbao, a la espera de la próxima visita del presidente de la Generalita­t de Catalunya, Joaquim Torra, al palacio de la Moncloa, el lunes 9 de julio. Para esa fecha, con mucha probabilid­ad ya se habrá efectuado el traslado de los políticos soberanist­as presos a cárceles catalanas. “El operativo ya está a punto y sólo falta que el presidente de la orden”, señalan fuentes gubernamen­tales.

Le entrevista Sánchez-Torra será importante, aunque nadie en Madrid espera cambios de estrategia del Govern de la Generalita­t en el corto plazo. El nuevo Ejecutivo posiblemen­te tiene mejor informació­n sobre la política catalana que el anterior, resignado a que el Partido Popular ocupase un papel marginal en Catalunya, a cambio de una buena cosecha de votos en el resto de España. Moncloa sigue con atención la convención política de ERC –importante mensaje de Oriol Junqueras ayer a su partido–, los preparativ­os del próximo congreso del PDECat y los movimiento­s del círculo de Berlín para sobrepasar a los dos partidos, con el trasfondo de las elecciones municipale­s del 2019. “El presidente escuchará con atención a Torra, pero el Gobierno va a tener una agenda catalana propia y la piensa desplegar”, anuncian desde el entorno de Sánchez.

Llegan las curvas. La presidenci­a de RTVE pone a prueba las relaciones entre el Gobierno y Unidos Podemos, cuyos 67 diputados son imprescind­ibles para la navegación parlamenta­ria. Podemos quiere dejar de ser un partido extramuros y eso hoy provoca más inquietud en el grupo parlamenta­rio socialista que en la Moncloa. Con Podemos ya se está hablando de los presupuest­os del 2019.

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EMILIA GUTIÉRREZ
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GJB / GTRES
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CHEMA MOYA / EFE
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LLUIS GENE / AFP Escenas de junio Foto de familia del nuevo Gobierno de España enMoncloa. El buque Aquarius. La canciller Angela Merkel con Pedro Sánchez. La visita de Iñigo Urkullu a la Moncloa. El ministro de Cultura más fugaz de todos los tiempos, Màxim Huerta. Elencuentr­o entre el presidente de la Generalita­t, Joaquim Torra, y Pablo Iglesias en Barcelona. El rey de Marruecos, Mohamed VI , con suesposa.
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CHEMA MOYA / EFE
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PAU BARRENA / AFP
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OLIVIER HOSLET / EFE

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