La Vanguardia

FRANCIA MANDA A CASA (4-3) A ARGENTINA

MBAPPÉ DESLUMBRÓ EN UN PARTIDO MEMORABLE URUGUAY ELIMINA (2-1) AL PORTUGAL DE CRISTIANO

- JUAN BAUTISTA MARTÍNEZ Kazán Enviado especial LA CRÓNICA

La maravilla de Mbappé tumbó a Messi. La zancada del futuro, cada vez más presente, derrotó a Leo, lo mandó a casa y puso fin a su cuarto Mundial. La frescura, la velocidad y la puntería del atacante del PSG catapultar­on a Francia y desmontaro­n a una Argentina encomiable por su voluntad pero más pequeña en lo futbolísti­co. A sus 31 años el barcelonis­ta vuelve a quedar fuera sin haber marcado nunca en un cruce mundialist­a. Qatar 2022 suena muy lejos para la estrella azulgrana, una vez más sin el brillo de albicelest­e que luce en el Camp Nou, aunque participó en dos de los tres tantos de su equipo. Argentina, que ha ganado un partido de cuatro, creyó en milagros cuando se sobrepuso al inicio descomunal de Mbappé y remontó para ponerse 1-2 pero su esperanza se marchó al traste con tres golpes consecutiv­os de los bleus, con dos goles de Mbappé y un remate para los anales de Pavard.

En Kazán apareció un chaval de 19 años disfrazado de Usain Bolt para provocar tres tarjetas y forzar el penalti del 1-0. En la capital de Tartaristá­n emergió un delantero con la capa de Ronaldo Nazário para recordar aquellas célebres jugadas como la de Santiago de Compostela. Ante esta pujanza de Mbappé el querer albicelest­e no bastó, aunque murieron en el área francesa con un último zarpazo de Agüero que llevó la emoción hasta el pitido final. Messi ha disputado 19 partidos en los Mundiales y ha metido seis goles. El título se le ha escapado y es Francia la que avanza a cuartos de final tras un partido precioso, repleto de detalles, un encuentro para no cansarse de verlo. Será difícil ver otro igual en todo el torneo.

De hecho fue increíble que Argentina llegara con vida al descanso. Fue asombroso que la albicelest­e se retirara al entreacto jaleada por su pueblo, desplazado en romería. Porque tal y como había empezado el partido lo más lógico hubiera sido que todo hubiera acabado ya. Pero a veces la fe, la lucha y el deseo pueden mucho y donde no llega la calidad, lo hace la voluntad, y donde no da la altura, lo hace el tesón. Con esos ingredient­es que nada tienen que ver con la clase y sí mucho con la casta Argentina le dio la vuelta al decorado. Claro, con eso, y con un latigazo descomunal de Di María desde la frontal del área. Era el primer tiro entre palos de Argentina y el Fideo, horrible hasta entonces en el torneo, dio en la diana.

Verlo para creerlo porque Francia se sentía y estaba siendo superior. Porque tenía más físico, más zancada y más argumentos. Porque Mbappé, prodigioso, había protagoniz­ado tres cabalgadas siderales. En la primera forzó una falta que Griezmann mandó al larguero. En la segunda recorrió 70 metros partiendo desde su campo para superar a los rivales y provocar un penalti claro de Rojo. Griezmann lo transformó para avanzar a Francia antes del cuarto de hora. Y en la tercera Tagliafico tuvo que ganarse la tarjeta al borde del área para que no volviera a hacer estragos.

La exhibición de Mbappé había sido de las que se recuerdan y todo pintaba de color bleu. Kanté y los tanques Pogba y Matuidi mandaban en la medular y se recogía Francia para salir en transición.

Messi, mientras, se perdía en un mar de piernas. Sampaoli lo colocó como falso nueve, pero al poco ya se cansó de estar allí y buscó tocar el balón más lejos del área, con lo que perdió trascenden­cia porque nadie le devolvía una pared. Con Agüero, Higuaín y Dybala en el banquillo quien acababa de hombre más adelantado era Pérez. Un sinsentido.

Pero Francia se olvidó de rematar de manera temprana y Argentina, empujada por su mejor arma, el público, fue entrando en el partido. Entonces llegó el misil tierra-aire de Di María para hacer estallar de alegría el Kazán Arena.

El duelo arrancaba de nuevo. Había que masticarlo. En teoría Francia podía imponer en cualquier instante su físico, pero había que ver cómo encajaba el empate. Todo el mundo se frotaba los ojos y más que lo haría cuando el inverosími­l cuento argentino se retroali- mentó con un segundo gol sólo volver de la caseta. Messi se revolvió en el área y su chut lo desvió a la red su compañero Mercado.

¿Y si pasaba la albicelest­e, claramente peor equipo? El sueño duró lo que duran dos peces de hielo en un whisky on the rocks, que cantaría Sabina. Porque cualquier esperanza se vino abajo en once minutos, los que van del 57 al 68, lapso en el que la caballería francesa mandó por fin a la lona a su rival con tres mandobles de cuidado. Empezando por el golazo de videoteca de Pavard, un lateral de 22 años del Stuttgart. Cómo enganchó el balón, con qué efecto y con qué poderío. Y terminando por los tantos definitivo­s de Mbappé, el auténtico protagonis­ta del partido, uno de tiro cruzado y otro para finalizar una orfebrería francesa que arrancó con un saque con la mano del portero y acabó con asistencia de Giroud al joven delantero del PSG.

Messi, desapareci­do y desconecta­do, ya bajaba los brazos y Sampaoli, que había sacado con el 3-2 a Agüero, también. Aún creía parte del público, que despidió a los suyos con aplausos, pero los milagros van contados.

Ayer el espejismo albicelest­e, pese al último tanto del Kun, cayó ante la gran realidad francesa. Monsieur Mbappé se encargó de ratificarl­o.

Argentina había remontado con fe pero Francia se revolvió con tres goles en once minutos

 ?? ALEXANDER HASSENSTEI­N / GETTY ??
ALEXANDER HASSENSTEI­N / GETTY
 ??  ?? El consuelo.Mbappé abraza a Messi al término del encuentro, ayer en Kazán
El consuelo.Mbappé abraza a Messi al término del encuentro, ayer en Kazán
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain