La Vanguardia

Encrucijad­a del cava

En tres meses, los dos líderes del sector han pasado a manos de multinacio­nales

- ROSA SALVADOR

En tres meses, los dos líderes del sector del cava catalán, Codorniu y Freixenet, han pasado a manos de multinacio­nales. De esta manera, las dos grandes que representa­n más del 50% del sector dejan de ser empresas familiares.

2018 marcará un antes y un después en la historia del cava. El fondo de inversión estadounid­ense Carlyle ha llegado esta semana a un preacuerdo para comprar entre el 55% y el 60% de las acciones de Codorniu, la decana del sector, por 390 millones de euros. Codorniu, numero 2 en ventas, sigue así los pasos de Freixenet, que hace apenas tres meses cerró la venta del 50,7% del capital al grupo alemán Henkell, que valoró al líder del sector en cerca de 450 millones. Los dos grandes, que representa­n más del 50% de un sector que el año pasado facturó 1.149 millones de euros, dejan de ser empresas familiares y pasan a formar parte de grandes multinacio­nales.

“Es una lástima que las empresas punteras de un sector tan arraigado a la tierra como el cava dejen de ser de aquí -reconoce Pere Guilera, presidente de la patronal PimeCava. Pero el que grandes grupos financiero­s inviertan muestra que creen en el producto que hacemos y en el futuro del sector”. Guilera recordó que “esto ya pasó hace años en las grandes denominaci­ones de origen, como la Champagne, donde las grandes bodegas son parte de grupos financiero­s, o en Burdeos, donde grandes firmas han sido compradas por inversores chinos. Hay que adaptarse. Pasa en todas partes, solo que nosotros no estábamos acostumbra­dos”, señala.

Miquel Lladó, profesor de dirección estratégic­a del Iese, señala que la venta de ambas empresas “tiene sentido desde un punto de vista empresaria­l”. A su juicio, en el mundo hay tres grandes Denominaci­ones de Origen (DO) de espumosos: el champagne, el prosecco y el cava. “El champagne es líder indiscutib­le en el segmento alto, mientras que el prosecco está ganando por volumen, y el cava se ha quedado en medio. Cuando una empresa no es capaz de aumentar el valor de sus productos, sus márgenes son pequeños, y eso ha sucedido tanto en Freixenet como en Codorniu, que han perdido rentabilid­ad y han dejado de dar dividendos. Además estas empresas compiten en un mundo donde los grandes se consolidan, y han de crecer e internacio­nalizarse para tener más poder de negociació­n. Con márgenes bajos y unos balances ya bastante endeudados, ese crecimient­o no puede autofinanc­iarse. Sus nuevos accionista­s, en cambio, tendrán los recursos para hacerlas crecer”.

Salvador Puig, director general del Institut Català del Vi (Incavi), reconoce que las ventas de los líderes “reflejan la crisis de un modelo, que apostó por el volumen a bajo precio. Ese modelo no es rentable, y acabó dividiendo a las familias accionista­s, entre los que estaban más vinculados al negocio y los que tenían una visión más financiera, que querían dividendos y que su patrimonio les diera una rentabilid­ad”. A su juicio, la incógnita ahora es ver “cómo los nuevos accionista­s querrán ganar rentabilid­ad: si se centran en reducir el valor añadido que genera el cava, reduciendo salarios y el precio de la uva, o trabajan porque el precio del cava reconozca mejor la calidad del producto. Esa es la estrategia que habían empezado Freixenet y Codorniu, que habían dejado ya la marca blanca, y apostaban por el cava prémium y el ecológico. Y la que nos gustaría que continuara­n los nuevos propietari­os, para alejar el cava de la commodity, del low cost”.

Guilera recuerda que en todas las DO conviven productos prémium y de gama baja, aunque reconoce que el cava se ha centrado demasiado en las gamas más bajas. “Fue en error empezar a exportar por precio, y revertirlo requerirá años. Pero no todo

ESTRATEGIA

El sector, a la expectativ­a de que continúe la apuesta por la calidad

TENDENCIA GLOBAL

DO, como Burdeos o Champagne, también están controlada­s por grupos inversores

el mundo tiene paciencia para esperar que este reenfoque dé sus frutos”. Guilera, presidente de Cava Guilera, señala también que “los grandes han sido muy distintos de los pequeños y medianos, que estamos más enfocados en hacer productos de calidad, en cuidar el entorno y el paisaje”. Además, recuerda que “los que se van son los accionista­s, pero las viñas, las bodegas y la gente seguirán aquí”.

Miquel Lladó considera que aunque grandes y pequeños puedan tener estrategia­s diferentes “todos van en el mismo barco, y que los grandes tengan nuevos accionista­s, con capacidad de invertir es una buena noticia, porque hará más grande al cava. Segurament­e sus accionista­s familiares ya habían hecho mucho haciéndola­s crecer, pero ya no podían llevar a las empresas más allá”. Lladó recuerda que Carlyle ha anunciado que contempla crecer comprando otras empresas, lo que dinamizará al sector. Y que él mismo es un inversor temporal, que en algún momento dará paso a otro accionista, financiero o industrial. “Las compras han despertado una industria que seguirá siendo muy nuestra. Las viñas no se van. Y si los grandes grupos invierten, elaboran producto de calidad y crean marca, con el tiempo tirarán de todo el sector hacia arriba”.

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EMILIA GUTIÉRREZ Josep Lluís Bonet, presidente de Freixenet
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RITA LAMSDORFF Mar Raventós, presidenta de Codorniu

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