Un juez infatigable y vitalista
JOSÉ ANTONIO SOMALO GIMÉNEZ (1929-2O18) Primer presidente del TSJC
Hace un par de veranos coincidí con la esposa y una de las dos hijas de José Antonio Somalo cuando se dirigían a una cala de la costa sur menorquina. Me invitaron a acompañarlas: “José Antonio nos aguarda allí, le gustará saludarte”. Cuando llegamos junto al mar le vi desde lo alto de unas rocas, mientras braceaba a cierta distancia de la orilla, con sus gafas y su tubo, sin levantar la cabeza del agua, absorto en lo que ocurría bajo la superficie. Me fui media hora después, sin posibilidad de saludarle: seguía escrutando los fondos marinos. Así era el juez Somalo: hiperactivo, entregado a su trabajo, vitalista, curioso, de múltiples intereses y dispuesto a disfrutar de cuanto le ofrecía la existencia.
José Antonio Somalo Giménez, nacido en Madrid en 1929 y doctorado en la Complutense, ha sido una figura relevante de la judicatura española. Ingresó en la carrera judicial en 1957, iniciándose en destinos de Castilla y Mallorca. Pero desarrolló el grueso de su trayectoria en Barcelona, donde fue nombrado magistrado de Trabajo en 1966, y pronto se ganó el aprecio de sus compañeros, que once años después le elegirían decano de su especialidad.
Entre 1983 y 1987, Somalo fue consejero laboral en la embajada de España en Washington, de donde regresó para reincorporarse al Tribunal Central del Trabajo y ocuparse del gabinete de la Presidencia del Consejo del Poder Judicial. Al poco, en 1988, fue nombrado magistrado del Tribunal Supremo y presidente de la Audiencia Territorial de Barcelona, coincidiendo con el sobreseimiento del caso Banca Catalana. Tiempo después se convirtió en presidente del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC). De hecho, fue el último presidente de la Audiencia y el primero del TSJC, cargo este último que ejerció hasta 1994, cuando regresó por un tiempo al Tribunal Supremo, antes de volver definitivamente a Barcelona.
Su jubilación, a principios del 2000, fue todo menos inactiva. Trabajó como defensor del cliente de la Federación Catalana de Cajas de Ahorros, una responsabilidad relativamente plácida hasta que la crisis económica la multiplicó. Y fue una presencia constante en conferencias y debates, en particular los relativos a asuntos laborales y también los relacionados con el Derecho Comunitario y la integración de la Unión Europea, que fueron asuntos de su mayor interés.
Aviador en su juventud, jinete, jugador de tenis hasta edad avanzada, políglota, de característica silueta alta y flaca, todo afabilidad, con criterio independiente, gran conciencia social y talante progresista moderado, infatigablemente entregado a su trabajo y siempre apurando la vida, José Antonio Somalo falleció el pasado jueves en Palamós a los 89 años. Un día antes había sufrido una hemorragia cerebral mientras nadaba ante la playa de Llafranc.