Palau i Fabre y sus amigos
Julià Guillamon recopila en un libro profusamente ilustrado la relación del escritor polifacético con la capital
Julià Guillamon no para. Como él mismo dice: “No puedo quedarme quieto, tengo que trabajar en cosas nuevas y, si no salen, me las invento”. Cuando se le pide cómo se le ocurrió hacer este libro sobre Palau i Fabre y Barcelona, responde con rapidez: “Es que me gusta hacer libros”. Acto seguido da más detalles: “Tenía mucho material de la fundación y como venía el año Palau i Fabre, hablé con los del Ayuntamiento de Barcelona. Ya
El autor ha compuesto una obra visual y ha logrado identificar a los personajes de algunas fotografías
habíamos publicado el libro de Quim Monzó y el de Baltasar Porcel y se trataba de seguir haciendo colección”. Sólo faltaba Galàxia Gutenberg para completar el póquer, con la Fundació Palau, de Caldes d’Estrac, el año Palau i Fabre y el Ayuntamiento.
El libro documenta con profusión de imágenes la vinculación del artista polifacético con Barcelona y está estructurado en cuatro partes, explica Julià Guillamon, que firma la edición: “Hay una primera parte que es el mundo de los padres –su padre era dibujante del Papitu–; sigue con los años treinta, los años de la República y de la guerra; después los años cuarenta, la posguerra, y finalmente cuando vuelve de París, a partir de los años sesenta”.
“Como la fundación no para de hacer cosas, había que elaborar un libro distinto”, razona el autor. Por eso hay teatrinos, mapas, hay fotografías donde se ha identificado a muchos personajes de la época...”. Aquí hay que hacer una explicación: Guillamon se ha quemado las pestañas en una impresionante investigación en algunas fotografías, como la que ilustra esta página en que ha conseguido identificar a todos los presentes, con una joven Mercè Rodoreda al fondo de la imagen. El autor explica: “Todo esto funciona por ensayo-error, porque existe muy poca iconografía de la época. Hay que hacer de Sherlock Holmes”. Y añade: “Es el espíritu del libro: que sea más visual porque es un modo de hacerlos revivir”.
El libro, como Palau i Fabre, habla de todo y lo retrata todo: Lorca, Picasso, el burdel de las señoritas de Avinyó, la resistencia cultural, incluso Greta Garbo.