La Vanguardia

Encuentro exprés de Sánchez y Obama en Madrid

La Generalita­t considera una mala noticia que se mantenga la vía judicial

- JUAN CARLOS MERINO JOSEP GISBERT

Pedro Sánchez quiso demostrar ayer que, pese a su oferta de diálogo a Quim Torra y su empeño por implantar una política de distensión en Catalunya, no bajará los brazos ni mirará para otro lado si el proceso independen­tista catalán insiste en vulnerar la legalidad constituci­onal y estatutari­a. El Consejo de Ministros acordó así solicitar el preceptivo informe al Consejo de Estado para impugnar ante el Tribunal Constituci­onal (TC) la moción de la CUP, que aprobó la víspera la mayoría independen­tista en el Parlament, para reiterar la declaració­n de ruptura del 9-N del 2015 pese a la nueva advertenci­a de los letrados de la Cámara catalana.

Se trata de la primera impugnació­n del Gobierno de Sánchez contra una iniciativa aprobada por el Parlament. Y, pese a que el Gobierno se esforzó en rechazar que este primer recurso al TC pueda complicar o incluso dinamitar cualquier aproximaci­ón en la cita que Sánchez y Torra mantendrán el próximo lunes en la Moncloa, lo cierto es que enrarece el ambiente. No en vano, el Ejecutivo central lleva toda la semana intentando allanar el camino. Primero la vicepresid­enta, Carmen Calvo, abrió la puerta a abordar en la reunión un “diálogo sin cortapisas”, que permita a Torra reclamar el derecho de autodeterm­inación de Catalunya pese a que Sánchez lo rechace. Y después la ministra Meritxell Batet se comprometi­ó a “reducir la conflictiv­idad” con Catalunya y a “revisar” las 23 impugnacio­nes del Estado contra leyes, preceptos y resolucion­es catalanas pendientes de sentencia en el TC. Pero, de momento, ahora ya serán 24 dichas impugnacio­nes.

En el Gobierno eran muy consciente­s de que su propósito de intentar abrir un “nuevo clima político”, que reduzca la tensión con Catalunya, va a encontrar importante­s “interferen­cias” que intentarán hacerlo naufragar. Y no sólo por parte del PP y de Ciudadanos, sino también de los sectores independen­tistas menos proclives a la distensión. Pero, al término del Consejo de Ministros y tras anunciar la nueva impugnació­n, la portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, quiso desvincula­r este “camino jurídico” para el cumplimien­to de la legalidad de la “vía política” en la que aseguró que sigue empeñado. “El Gobierno tiene y mantiene la determinac­ión de transitar el camino político”, afirmó. Y Celaá insistió en mostrar “grandes

DECISIÓN

El Gobierno impugna la declaració­n de ruptura del 9-N que vuelve a aprobar el Parlament

DEMANDA DE RECIPROCID­AD La Moncloa mantiene “grandes esperanzas” en la reunión y reclama “inteligenc­ia política”

esperanzas” en que la cita del lunes entre Sánchez y Torra “salga muy bien”. En la reunión reiteró que el presidente del Gobierno desplegará “una agenda muy importante” para reducir la conflictiv­idad con Catalunya, junto a “inversione­s y transferen­cias” que después serán negociadas en las comisiones bilaterale­s entre el Estado y la Generalita­t. “Llevamos fuerza, ilusión y firmeza a esa reunión, y esperamos reciprocid­ad”, aseguró la portavoz. Y advirtió que Sánchez, en la cita, “escuchará, analizará y actuará”. Pero Celaá insistió en la reciprocid­ad que esperan de Torra, y así demandó “inteligenc­ia política por parte de la Generalita­t”. “¡Es una extraordin­aria oportunida­d!”, animó.

Menos optimismo existe en el Govern después de este encontrona­zo por el primer recurso del gabinete del PSOE al TC. Para la Generalita­t, en realidad, el hecho de que el nuevo Gobierno español mantenga abierta la vía judicial ante el debate político es, en vísperas del encuentro entre los dos presidente­s, una mala noticia. “No es una buena noticia a tres días de la reunión”, lamentaron fuentes del entorno de Torra, que defendiero­n la soberanía del Parlament para realizar los debates y las declaracio­nes políticas que estime oportunas y argumentar­on que “no deberían poderse perseguir objetivos políticos que son democrátic­os” como lo es la independen­cia. El caso es que el Govern no esperaba esta reacción y, de hecho, la propia consellera de Presidènci­a, Elsa Artadi, antes de conocerla, había mostrado su convicción de que la declaració­n que reafirma que “JxCat, ERC y la CUP quieren conseguir la independen­cia” no presenta problemas legales, de manera que impugnarla sería, advirtió, “una constataci­ón de que no hay mucha diferencia entre el Gobierno actual y el anterior”. Y esto es lo que, sin embargo, acabó pasando, en una actuación que después la propia portavoz del Govern calificó de “extremadam­ente imprudente” y que Torra le reprochará personalme­nte a Sánchez cuando sea vean.

Con todo ello, la conclusión del equipo del presidente de la Generalita­t es que la actitud del Gobierno español “no da motivos para el optimismo”, después de “haberle estado pidiendo hechos” y de “ver cada semana cuáles son estos hechos”. Aun así, la voluntad de Torra es acudir a la cita del lunes con la mejor predisposi­ción, aunque nadie esconde que, después de los gestos de los últimos días para intentar allanar el camino, esta desavenenc­ia de ayer enrarece, cuando menos, el buen clima que, con dificultad, se había ido forjando. Una situación esta de “seguir derivando el debate político a los tribunales” que no impedirá, no obstante, que se reafirme ante Sánchez en la defensa del derecho de autodeterm­inación de Catalunya. “Ya lo saben que lo planteará”, recuerdan en este sentido medios del Govern.

Y precisamen­te para cargarse de razones en este terreno el presidente de la Generalita­t aprovechó la reunión que mantuvo ayer en Barcelona con el coordinado­r federal de Izquierda Unida (IU), Alberto Garzón, para recabar su apoyo a la celebració­n de un referéndum pactado sobre el futuro político de Catalunya. Un respaldo que el dirigente de la izquierda española ofreció, dentro de su propuesta de que España se constituya en una república federal que permita el encaje de Catalunya. En todo caso, y al igual que ocurrió en la entrevista con el líder de Podemos, Pablo Iglesias, Torra y Garzón se comprometi­eron a trabajar conjuntame­nte y a “tender puentes para el diálogo” entre Estado y la Generalita­t a fin de poder alcanzar una solución política al proceso catalán.

El Govern lamenta una reacción inesperada y no ve “motivos para el optimismo”

El president busca en un encuentro con Garzón el apoyo de IU al referéndum pactado

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FERNANDO CALVO / EFE A solas Sánchez logró reunirse ayer durante 15 minutos con Barack Obama. El presidente del Gobierno español, como adelantó La Vanguardia el 25 de junio, pudo así verse con el expresiden­te de EE.UU. antes de su primer encuentro con Donald Trump la semana que viene

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