La Vanguardia

Europol alerta de un nuevo explosivo a raíz de los atentados de Catalunya

- MAYKA NAVARRO

Desde agosto del año pasado, fueron muchos los que empezaron a escuchar a hablar del TATP, el explosivo más común entre los comandos yihadistas del Estado Islámico que operan en Europa y conocido popularmen­te como la madre de Satán, por su gran poder de destrucció­n. Ese material era el que fabricaban los terrorista­s del comando Ripoll cuando el 16 de agosto, sobre las once y media de la noche, una gran explosión en la casa de Alcanar echó al traste sus planes y mató a dos de ellos. De los fallecidos, el imán Abdelbaki Es Satty y Youssef Aalla, los restos más grandes que se localizaro­n entre las ruinas fueron tres orejas. El resto se desintegró en la explosión.

En la casa ocupada de Alcanar, el comando de Ripoll fabricaba 200 kilos de TATP, según los cálculos realizados por los especialis­tas en explosivos a partir de los recibos que se han recuperado de las distintas compras que realizaron de material. Nunca hasta ese momento una célula yihadista en Europa se había atrevido a fabricar tal cantidad de explosivo.

Las tres maletas bombas que se utilizaron en el atentado del aeropuerto de Bruselas, en marzo del 2016, en el que fueron asesinadas 14 personas, llevaban unos 20 kilos de TATP cada una. El comando que protagoniz­ó la ola de atentados de noviembre del 2015 en París utilizó cinturones explosivos del mismo material. Cada uno no llevaba más de medio kilo de TATP. Esos ejemplos ayudan a entender mejor la envergadur­a de la masacre que se estaba preparando en Barcelona.

En la reciente nota que Europol ha remitido a todas las policías adscritas advierte de que en las últimas operacione­s policiales se han desarticul­ado laboratori­os clandestin­os en los que los yihadistas estaban fabricando una nueva variante del TATP. Sus componente­s son fáciles de adquirir en droguerías, otra cosa es cómo se fabrica, por el riesgo que comporta su manipulaci­ón. El nuevo explosivo, bautizado como APNC o AP Putty, tiene como base el TATP (acetona, agua oxigenada y ácidos fuertes como el sulfúrico o el nitrato) y le añaden nitrato de celulosa, conocido también como algodón pólvora.

El informe, al que ha tenido acceso La Vanguardia, sirve de manual para los policías para que extremen su protección y estén alerta a los nuevos componente­s que se han localizado en estos laboratori­os. Por ejemplo, pelotas de pingpong, que en gran cantidad y disueltas en acetona se transforma­n en un gel que luego se añade al TATP. El nitrato de celulosa es una sustancia muy inflamable que aumenta la capacidad destructor­a del TATP. Tiene un fuerte olor a éter, se manipula con mucha más seguridad y puede adquirir texturas que pasan mucho más desapercib­idas.

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