Nuevo récord del comercio electrónico
LAS ventas por comercio electrónico, también conocido como e-commerce, han vuelto a registrar un récord en España. Según los datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), en el 2017 aumentaron un 25,7% sobre el año anterior y alcanzaron los 30.406 millones de euros. Son ya once años de intenso crecimiento ininterrumpido, que consolida la importancia de este canal comercial a través del ordenador y cada vez más del móvil, cuyas expectativas, hoy en día, parecen imparables.
No hay ningún sector que escape a las ventas online por internet, si bien la mayor proporción del volumen de negocio corresponde a las agencias de viajes y operadores turísticos (11,3%), seguidos del transporte aéreo (7,5%), las prendas de vestir (7,1%), los espectáculos artísticos y deportivos (4,4%) y los juegos de azar y apuestas (4,3%).
Sin embargo, el volumen de ventas online en comparación con el total del comercio, pese a su intenso crecimiento, es todavía muy minoritario en España. Representan algo más del 3%, pero la experiencia de otros países, como Estados Unidos o el Reino Unido, indica que pueden escalar hasta tasas superiores al 15%. Es, pues, una realidad que debe tenerse muy presente en todos los sectores por las importantes transformaciones que supone para el comercio.
Como hemos dicho en otras ocasiones, el e-commerce no será nunca todo el comercio, porque se combinará con las compras físicas en las tiendas, pero supondrá una parte fundamental del total. En cualquier caso, lo que es cada vez más evidente es que el acto de comprar evoluciona hacia un mix en el que conviven móvil, ordenador, tiendas físicas y publicidad global.
Es necesario que el conjunto del tejido productivo del país mejore su adaptación con rapidez a las nuevas reglas comerciales, a las nuevas estrategias necesarias y a las innovaciones tecnológicas que surgen día tras día. Ello requiere una importante inversión económica y en formación de personal, que, como es lógico, está más al alcance de los grandes negocios que de los comercios pequeños y medianos, que son la mayoría y que precisamente corren más riesgo de sucumbir ante la nueva competencia; una competencia que, por cierto, cada vez es más global, ya que puede surgir desde cualquier punto del planeta. Insistimos, por tanto, en que la reconversión digital del comercio, que es uno de los sectores clave de la economía, debería estar entre las prioridades del país, y ello es algo que no sólo incumbe al propio sector, sino también a las administraciones públicas.