Un programa que pretende tener en cuenta una demanda emocional
El programa Cesáreas Pro Vínculo de Vall d’Hebron fue presentado por Elena Carreras en el último congreso nacional de Medicina Perinatal celebrado en Murcia hace poco más de un mes. “Era una de esas presentaciones en las que no las tienes todas contigo, no por lo que vas a explicar, sino por las reacciones que puedes provocar. Sin PowerPoint, sin imágenes. A pelo. Y fue espectacular. Se hizo un gran silencio. Recibí una lluvia de watsaps me dijeron lo más bonito que podía oír: “Nos has hecho sentir como padres”, explica Elena Carreras.
El programa apela a las emociones “y también a un cambio de chip, un gran cambio de actitud de los profesionales, de todos los estamentos que intervienen, a la hora de atender al paciente. De eso estamos hablando cuando decimos que tenemos que colocar al paciente en el centro de nuestra actividad, pero hay muchas rutinas que cambiar y mucho que escuchar. Tenemos pacientes mucho mejor informadas, más exigentes, también mucho más dialogantes y tenemos que escucharlas. Tener un hijo es un momento único y eso tenemos que saberlo cuando llevamos a una persona a quirófano. No es un apendicitis”. Todo el equipo de obstetricia de Vall d’Hebron, con 16 especialistas, 20 residentes, medio centenar de matronas más enfermería y administrativos, se han implicado en este proyecto, aunque el entusiasmo llega con la experiencia. “Cuando lo ven, se acaban las reticencias. Es contagioso”, asegura Carreras.
Vall d’Hebron atienden cada año unos 3.000 nacimientos, de los que 750 son cesáreas. Al hospital llegan muchos embarazos de riesgo que tienen más posibilidades de necesitar una intervención quirúrgica. “Pensamos que el modelo pro vínculo será adecuado para la mitad de ellas. No podremos usarlo cuando se trata de niños prematuros o con otros problemas porque han de ir inmediatamente a la UCI”, aclara. “Ni nunca podrá justificar que se realice una cesárea innecesaria”.