Mecánica robotizada
La firma prevé facturar 7,5 millones en el 2018, un 56% más
Canopack nace en el 2002 en Vilanova i la Geltrú fundada por Carlos Cano, su actual gerente, junto con su esposa, su única socia. Con experiencia en el sector y después de trabajar en otra empresa histórica del sector del embalaje, ambos decidieron invertir en su propio negocio, que gira en torno al diseño y la implantación de líneas de producción relacionadas con el packaging. La fábrica de Canopack centra su producto en líneas de embotellado de los sectores alimentario, químico y de cosmética, aunque también cuenta con varios proveedores externos. La plantilla está formada por 25 empleados y 25 más indirectos para la mecanización, en un taller de Sant Sadurní.
El peor momento para la empresa llegó en el 2008, cuando estalló la crisis que dio paso a la gran recesión. “Perdimos distribuidores y vimos la fragilidad del negocio, que estaba en manos de terceros”, cuenta Carlos Cano. Entonces, la empresa se vio obligada a dar un giro y crear su propio producto, con lo que logró reinventarse con un modelo de actividad en que dejó de ser dependiente. Actualmente, Canopack aspira a ser una empresa 100% autónoma apostando fuertemente por la exportación, que llega al 30% de sus ventas a través de cinco países: Argelia, Marruecos, Portugal, México y República Dominicana. Su último proyecto en el exterior se hizo en Argelia, y sus principales objetivos son los países del Magreb y Costa de Marfil. “La idea es darle la vuelta y que las exportaciones pasen a ser del 70% de la facturación”, aclara el directivo. Además, tiene previsto que, en dos años, “más del 50% de nuestras máquinas pasen a ser robots”. Para ello, prevé la adquisición de una empresa que le ayudaría en el área de la robótica.
Canopack abrirá una nueva planta este mes. Hasta ahora contaba con 1.800 m2 y se va a ampliar hasta los 3.800 m2, con nuevas instalaciones muy próximas a las anteriores. La inversión ha sido de 1,5 millones, con 600.000 euros destinados a maquinaria. La firma quiere consolidar su proyecto de producto propio lanzando una nueva gama este año. “Trabajamos en una nueva linea de fabricación de llenadoras de botellas lineales hasta cierta velocidad”, explica el gerente. La facturación en el 2017 fue de 4,8 millones, con un aumento del 8% respecto al año anterior. Las previsiones de cierre de este año, muy ambiciosas, están en los 7,5 millones, y para el 2020 cuenta con alcanzar los 16 millones.
La empresa aumenta su planta en julio en 2.000 m2 y se enfoca en la expansión en el Magreb y la robótica