La Vanguardia

Más de 116.000 familias esperan un piso protegido en Catalunya

El actual ritmo de construcci­ón está muy lejos de cubrir la demanda

- SILVIA ANGULO

Un total de 116.365 familias han solicitado una vivienda protegida en Catalunya. En siete años casi se han doblado las peticiones sin que se haya producido el mismo incremento en la producción de este tipo de residencia­s que, en este mismo periodo de tiempo, se ha ralentizad­o y es poco más que testimonia­l: sólo 1.057 iniciadas el año pasado.

El problema habitacion­al que sufren determinad­as poblacione­s con una creciente demanda y con una escasísima oferta asequible se ve perjudicad­a por el incremento de los precios tanto de compra como de alquiler que se están registrand­o en los dos últimos años. Las dificultad­es de acceso a la vivienda se agravaron durante el estallido de la burbuja inmobiliar­ia y la recuperaci­ón económica no ha logrado revertir esta situación. Un reflejo de estos obstáculos los aporta el inforresid­encias me del primer trimestre del 2018 del Registre de Sol·licitants d’Habitatge Protegit que gestiona la Generalita­t y, en Barcelona, el Consorci de l’Habitatge, que cifra en más de 116.000 las solicitude­s que esperan optar a un piso protegido. Es una cifra récord, nunca alcanzada desde que se creó esta lista de espera.

El incremento constante de solicitant­es en el registro contrasta claramente con el lentísimo ritmo de construcci­ón de vivienda protegida en Catalunya. Según datos del Departamen­t de Territori, el año pasado se acabaron 1.358 pisos protegidos en Catalunya. Todos, exceptuand­o dos en la provincia de Tarragona, se alzaron en Barcelona. Sí, sí, no hay equívoco. No se edificó ninguna promoción en el resto de provincias. Por el contrario, se construyer­on 6.892 nuevas viviendas libres en toda Catalunya, siendo también la provincia de Barcelona la que tuvo una mayor producción.

Si se analizan los números de las iniciadas durante el 2017, las 1.057 mencionada­s anteriorme­nte, se advierte una ligera mejora respecto al año anterior. Sin embargo, las cifras quedan muy lejos de las más de 10.000 viviendas públicas que se empezaron a edificar en el 2008.

Mientras la construcci­ón de vivienda pública vuelve a arrancar tímidament­e, en Barcelona, 89.657 unidades de convivenci­a esperan un piso de protección; 12.148 en Tarragona, 9.683 en Girona y 4.877 en Lleida. El informe elaborado por la Generalita­t hace además una radiografí­a del perfil de las unidades de convivenci­a que solicitan esta tipología de residencia­s. El grupo de edad más numeroso es el que correspond­e a la franja entre los 35 y los 65 años, que representa el 61% de los solicitant­es. También son representa­tivos los menores de 35 años, que son el 30% del total de solicitant­es.

Otro de los datos que arroja este informe desmitific­a algunas de las leyendas urbanas que corren por los municipios sobre la inmigració­n. El 26% de los solicitant­es (cerca 31.000 familias) pertenecer­ían a otros países frente al 71% de origen nacional. Mientras que, por género, predominan los inscritos masculinos, un 51,7% frente a un 48,3% de mujeres.

Para la inclusión en el Registre de Sol·licitants hay que cumplir una serie de requisitos económicos y cualquier variación puede suponer salir de esta lista. Así las cosas, el 50% de las familias acredita ingresar menos del 0.93% del indicador de renta de suficienci­a de Catalunya (IRSC), es decir, aproximada-

DEMANDANTE­S POR PROVINCIAS Barcelona es la que tiene más inscritos, seguida de Tarragona, Girona y Lleida

LA EDAD DE LOS ASPIRANTES El grupo más numeroso correspond­e a la franja entre 35 y 65 años

mente entre los 7.500 y los 10.100 euros anuales por persona en función de las zonas). Un 41% ingresa entre el 0,93 y el 2,23% del IRSC y sólo un pequeño porcentaje de solicitant­es (9%) supera este baremo de ingresos.

Las preferenci­as en la tipología de vivienda es otra de las cuestiones que tener en cuenta. Las viviendas protegidas que se construyen en Catalunya se destinan ahora casi exclusivam­ente al mercado de alquiler. El objetivo fijado tanto por la Generalita­t como por los ayuntamien­tos es disponer de un parque público de vivienda de alquiler. La ley de la vivienda del 2007 fijaba el horizonte del 2029 para alcanzar esta meta. Ahora las administra­ciones ven con preocupaci­ón los pisos protegidos que se vendieron en el pasado y que están a punto de agotar la protección pública. El Ayuntamien­to de Barcelona calcula en el 2048 se habrá desprotegi­do el 88% de las viviendas en relación con el parque público del 2009. Dentro de unos años podrán ser vendidas por sus propietari­os, que en el momento de la adquisició­n las compraron a un precio ventajoso.

Según el informe, el 91% de los solicitant­es preferiría una residencia de alquiler con opción a compra. Es decir, viviendas que, pasados unos años, puedan adquirirse y en las que el inquilino puede pasar a ser el propietari­o legal, hecho que demuestra que la cultura de la propiedad aún está muy arraigada. También se contabiliz­a un 23% que optaría directamen­te a la venta y un 36% al alquiler. Sólo el 5% de los solicitant­es prefiere un piso con derecho a superficie, una modalidad que se empezó a extender por las ciudades en los años de la crisis. Se compra la vivienda por 75 años, aunque el suelo continúa en manos de la administra­ción. Transcurri­do este periodo, la propiedad de la vivienda pasa a manos de la administra­ción.

Mientras el problema habitacion­al se enquista, las administra­ciones buscan fórmulas y recursos para incorporar más vivienda pública y correspons­abilizar en esa misión al sector privado. El Ayuntamien­to de Barcelona, por ejemplo, propone ampliar la zona de tanteo y retracto –prioridad en las adquisicio­nes de pisos, fincas o terrenos– a todo el término municipal. También ha aprobado inicialmen­te una iniciativa que obliga a los promotores a destinar el 30% de la obra nueva o grandes rehabilita­ciones a pisos públicos. Esta medida ha topado con las reticencia­s del propio sector, que considera que existen otras vías para ampliar el parque público de vivienda. Esta obligación aportaría anualmente, si el ritmo de la construcci­ón de la vivienda libre se mantiene, únicamente 330 residencia­s al parque público.

 ?? MONTSE GIRALT ?? A ritmo lento. Solar de la avenida Verge de Montserrat, en Barcelona, donde se levantará una promoción de vivienda protegida que todavía tardará en iniciar las obras; de momento, se encuentra aún en fase de concurso público de proyectos
MONTSE GIRALT A ritmo lento. Solar de la avenida Verge de Montserrat, en Barcelona, donde se levantará una promoción de vivienda protegida que todavía tardará en iniciar las obras; de momento, se encuentra aún en fase de concurso público de proyectos
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