Trump elige para el Supremo a un juez del ‘establishment’ republicano
La nominación de Brett Kavanaugh, de 53 años, augura una batalla en el Senado
El presidente Donald Trump, cultivado intelectualmente en la telerrealidad, convirtió la nominación para cubrir la vacante del Tribunal Supremo en una emisión más de su show personal.
Emergió en la East Room de la Casa Blanca en solitario a fin de incrementar la atmósfera de incertidumbre. Él era la estrella. Antes de resolver el enigma. Ensalzó el momento al describir la elección de un juez para el alto órgano judicial como “una de las más profundas responsabilidades” de un presidente, “la más importante al margen de los asuntos de la paz y la guerra”.
Y el elegido es Brett Kavanaugh, juez federal de apelación de 53 años, de ideología muy conservadora, de la élite de Yale y jurista muy conectado con el establishment del Partido Republicano que trabajó para el presidente George W. Bush. Como remarcaron algunos expertos, Trump es un presidente antisistema que se pirra por los del sistema.
Su nominación augura que en el Senado habrá una batalla épica por su confirmación, justo meses antes de las elecciones legislativas de noviembre, en las que se podría producir un giro total en el dominio del Capitolio.
Los conservadores disponen hoy de la mayoría, frágil pero mayoría, de 51 a 49. La oposición centra su objetivo en “atacar” a dos senadoras republicanas moque deradas, Susan Collins y Lisa Murkowski, que se han posicionado en contra de recortar los derechos de las mujeres.
Sin embargo, Kavanaugh no es el más radical de los aspirantes que se barajaron para el puesto en su posición contra el aborto, una cuestión esencial en la movilización. De hecho, los grupos provida se opusieron a este candidato. Además, y aunque Kavanaugh discrepó en el 2011 en un fallo que ratificó la reforma sanitaria, el Obamacare, lo hizo por aspectos jurídicos pero no sufragó la anticonstitucionalidad, que es el argumento al que apelan los opositores radicales a esa ley.
Ni a los analistas ni a los dirigentes demócratas se les ha olvidado subrayar que Kavanaugh, integró el equipo que buscó el impeachment (procesamiento) del presidente Bill Clinton, luego vio la luz. Así, tiempo después, escribió que “los presidentes no deben ser distraídos por pleitos civiles o investigaciones criminales mientras ocupan el cargo”.
¿Sólo una casualidad? No se olvide que el Gobierno Trump se halla bajo el punto de mira de la investigación criminal comandada por el fiscal especial Robert Mueller ante la posible interferencia rusa en beneficio de su campaña electoral del 2016. “¿Por qué Trump ha escogido a Kavanaugh?”, se preguntó ayer Chuck Schumer, líder de la minoría demócrata en el Senado. “Sin duda –se respondió el senador– porque está preocupado por que Robert Mueller lo cite a declarar”.
Los republicanos, incluido el presidente, tienen prisa para que
Los demócratas acusan a Trump de elegir a Kavanaugh para desbaratar un posible ‘impeachment’
se produzca el paso definitivo de las audiencias en el Senado y su confirmación. Esto culminaría tres décadas de perseguir un Tribunal Supremo con un claro 5-4 de color conservador, la primera vez que lograrían una situación así desde los años treinta.
A Kavanaugh, casado, padre de dos hijas de las que ejerce como entrenador de baloncesto, se le define com un “originalista”. Él lo expresó de esta manera: “Un juez tiene que ser independiente y tiene que interpretar la ley, no hacer la ley. Un juez tiene que interpretar la Constitución tal como está escrita, informado de la historia, la tradición y los precedentes”.
Él es el elegido por Trump para ocupar la vacante del magistrado Anthony Kennedy, de 81 años, que hace unos días anunció su jubilación, brindando la oportunidad al presidente de elegir a un segundo miembro del Supremo en 18 meses de mandato.
Este no es un cambio de cromos como sucedió con Neil Gorsurch, que relevó al difunto Anthony Scalia. Esta vez supone relevar al juez que facilitó los avances sociales en EE.UU. No ha de extrañar que el senador Bernie Sanders dijera que Kavanaugh es el juez “de las corporaciones y los multimillonarios”.