Trump siembra el caos en la cumbre de la OTAN
El presidente de EE.UU. anuncia un aumento del gasto que sus socios no confirman
Donald Trump convirtió los dos días de la cumbre de la OTAN en un verdadero quebradero de cabeza para el secretario general, Jens Stoltenberg, y los socios de la Alianza, a los que riñó y amenazó.
Durante dos días, Donald Trump ha manejado la OTAN a su antojo. El presidente de Estados Unidos hizo y deshizo según le apetecía, marcó la agenda, obligó a interrumpir las reuniones para volver sobre otros temas y desconcertó a sus socios que se veían amenazados por la mañana y más o menos felicitados por la tarde. Llegó, vio y dijo que venció, aunque aquí las interpretaciones son abiertamente contradictorias. Su versión de que los aliados habrían aceptado aumentar su gasto en defensa más rápidamente para llegar al objetivo del 2% del producto interior bruto (PIB) en pocos años, chocó con las afirmaciones de otros líderes que pusieron en duda estos supuestos compromisos, que ni aparecen en la declaración final, donde se limitan a dar su apoyo al objetivo marcado en la cumbre de Gales del 2014 de llegar en una década al 2%.
Si el miércoles Trump calentó la cumbre con unas declaraciones previas, ayer, cuando sus socios esperaban una jornada más apacible, trastocó la agenda de la reunión desde primera hora, interrumpiendo la sesión que los 29 mantenían con Georgia y Ucrania, para volver al tema que le obsesiona, el aumento del gasto en defensa de los países europeos. Ante su intervención, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, tuvo que pedir a los representantes de estos dos gobiernos que abandonaran la sala y continuar sólo los 29 miembros de la Alianza, y en la versión más restringida. En este formato, llegó una nueva lluvia de acusaciones de Trump, criticando especialmente a Alemania, pero también a España y Bélgica, por no gastar suficiente en defensa.
Sí sorprendió el cambio de agenda forzado por Trump, más aún el tono que utilizó, exigiendo al resto de socios que gastaran más y de forma inmediata. Un lenguaje más duro que el día anterior –dijeron fuentes diplomáticas– y con un gran objetivo, la canciller alemana, a la cual saltándose el protocolo, interpeló por su nombre de pila. “Angela, tienes que hacer algo sobre esto”, le dijo a la canciller. La lista de países citados tiene su sentido en el planteamiento de Trump. Alemania es su gran obsesión y también la mayor economía, por tanto cualquier aumento en su porcentaje de presupuesto de defensa, supondría un gran impacto. Por otro lado, España y Bélgica son los dos países, dejando a parte Luxemburgo, que actualmente menos destinan a defensa, por debajo del 1% del PIB.
Al final de una mañana caótica, Trump compareció en una rueda de prensa, que tampoco estaba prevista en el programa original de la cumbre, y allí actuó como el antiguo showman televisivo que fue, y que al parecer de algunos sigue siendo, aceptando multitud de preguntas, a las cuales contestaba con frases hechas, expresiones contundentes y una idea que repitió una y otra vez. Básicamente, que había conseguido lo que quería, que los socios de la OTAN gastarían mucho más dinero en defensa y mucho más rápidamente. “Les dije a la gente que yo sería muy infeliz si no cumplían sus compromisos”, afirmó Trump, para añadir que finalmente consiguió lo que quería. “Van a pagar mucho más dinero que el que nunca han pagado” y “tenemos una OTAN más fuerte, más poderosa, mucho más que hace dos días” son dos de las frases que Trump utilizó para felicitarse de lo que dijo haber conseguido. Y como guinda, añadió que “todo el crédito es mío”. Según su versión de la jornada, caótica jornada, él llegó, amenazó y obtuvo lo que buscaba. “Les hice saber que yo estaba tremendamente insatisfecho”, pero todo terminó bien: “Al final todo salió bien. Fue un poco duro durante un rato”. La versión que tanto gusta a Trump del duro y exitoso negociador.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, quiso destacar el papel jugado por Trump, pero en ningún momento corroboró con cifras los supuestos aumentos que el presidente norteamericano dijo que se habían fijado. Según Stoltenberg, “el mensaje claro de Trump tuvo un impacto”, y todos decidieron redoblar los esfuerzos. También reconoció que el debate fue duro, “una discusión franca y abierta” según sus palabras, y argumentó que “el hecho de que haya posturas diferentes no es un problemas siempre que al final se consiga llegar a tomar decisiones”.
Por la tarde, el avión despegó hacia Londres dando por clausurado el show que Trump protagonizó en una cumbre de la OTAN que se recordará.
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