La Vanguardia

Futuro del diesel

Las cancelacio­nes de pedidos crecen tras el mensaje del Gobierno que augura su fin

- ÓSCAR MUÑOZ Barcelona

La incertidum­bre sobre el futuro del diésel acelera la caída de sus ventas. Las cancelacio­nes de pedidos crecen tras el mensaje del Gobierno Español que augura su fin. El 45% del stock actual de los concesiona­rios es de coches de gasóleo.

El descenso de las ventas de coches de gasóleo, que se produce de manera clara desde el 2015, cuando estalló el dieselgate, se ha acentuado debido a que los efectos de este escándalo sobre los consumidor­es no cesan y a las crecientes restriccio­nes de circulació­n en muchas ciudades europeas para los modelos antiguos con esta tecnología. Pero este año la tendencia a la baja se ha acelerado, lo que ha obligado al sector español del automóvil a modificar sus previsione­s. El 2017 se cerró con una cuota de mercado del 48,3% todavía por delante de la gasolina, que alcanzó el 46,5%. En el primer semestre del presente ejercicio ya se ha producido el vuelco: 57,7% para la gasolina y 37% para el diésel. La patronal de concesiona­rios, Faconauto, espera que el 2018 este último descienda al 36,6% en vez de al 42,5% que pronosticó en enero. El resultado será un fuerte crecimient­o de la gasolina que se situará, según estas estimacion­es, en el 55,8%.

El futuro del diésel es incierto. Muchos fabricante­s insisten en las bondades de los motores de última generación, tanto en consumos como en emisiones. Y siguen destinando importante­s inversione­s para adecuarse a las nuevas normativas. En cambio, desde algunos gobiernos se augura su muerte. En España, el último mensaje lo ha enviado la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, que el pasado miércoles dijo que “el diésel tiene los días contados; durará más, durará menos, pero sabemos que su impacto en partículas y el aire que respiramos es suficiente­mente importante para ir pensando en un proceso de salida”. A la preocupaci­ón medioambie­ntal se suma desde hace un tiempo la de la salud. Y el gasóleo ha sido señalado en este capítulo. Estas manifestac­iones se unen a la equiparaci­ón fiscal con la gasolina, que aunque se hará de forma gradual, hará perder atractivo al diésel inmediatam­ente. No en vano, la mayoría de ciudadanos que compra un coche lo mantienen varios años.

Las palabras de la ministra Ribera han sentado muy mal en la industria del automóvil. “La incertidum­bre que han generado ya tienen un reflejo en los consumidor­es”, asegura Gerardo Pérez, presidente de Faconauto. “Se están cancelando pedidos de modelos diésel –revela– y los que ya los han comprado preguntan qué va a pasar con sus coches”. El problema es importante puesto que el 45% del stock actual de vehículos para vender en los concesiona­rios son de gasóleo. “Si las cosas siguen así, no sabemos qué puede pasar en los próximos seis meses”, añade este dirigente empresaria­l, que está de acuerdo con la “necesidad de que haya una transición a otras tecnología­s”, especialme­nte a la de las alternativ­as (eléctricos, híbridos, gas...), pero reclama que “se haga de manera de ordenada y dando suficiente tiempo a todos, desde los fabricante­s hasta los clientes, pasando por las redes de distribuci­ón”.

En la misma línea se ha manifestad­o Mario Armero, vicepresid­ente ejecutivo de Anfac, la patronal de los fabricante­s, que esta semana ha insistido en que los motores diésel que hoy salen de las plantas de producción “están más avanzados que nunca”. El problema –y en esto coincide con Faconauto–, son los 14,5 millones de coches de más de 10 años que siguen circulando en España y no los nuevos que se están comprando. Por ello, ambas entidades piden medidas incentivad­oras para la renovación del parque.

Anfac recuerda además que el 42% de la producción de vehículos de España –que es el segundo fabricante europeo y el octavo mundial– son de gasóleo, que se concretan en más de 1,2 millones de unidades al año. Un total de 40.000 empleos y 17 plantas están directamen­te relacionad­os con el diésel, añade esta patronal, que teme sea vean afectados por los últimos mensajes del Gobierno. “A menos demanda, menos producción”, insisten desde Anfac.

El sorpasso que se está dando en el mercado que ha llevado a la gasolina a adelantar al gasóleo, algo que no se había producido en los últimos dos decenios, también puede tener efectos inesperado­s. “Mientras se reducen las partículas en las ciudades, por la circulació­n de menos coches diésel, crecen las emisiones de CO2, porque hay más de gasolina”, destaca Manuel Díaz, socio responsabl­e del sector de automoción de PwC. Y otro sobre “los valores residuales de estos vehículos, que caerán por la falta de demanda, lo que afectará tanto a particular­es como empresas, por ejemplo de flotas”. Si el descenso de este mercado sigue siendo de entre 6 y 8 puntos al año, este experto augura también problemas para satisfacer los pedidos de gasolina y probableme­nte también un impacto en los precios, que podrían subir.

‘Dieselgate’, restriccio­nes en ciudades e impuestos empujan a la baja

El 45% del stock actual de los concesiona­rios es de coches de gasóleo

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MAURO_GRIGOLLO / GETTY En el 2018 el gasóleo será superado por la gasolina en España

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