La Vanguardia

Un orden se tambalea

La semana nos deja una un severo contraste en la cumbre de la OTAN en Bruselas: las desabridas broncas de Donald Trump a los europeos y el extraño tambaleo de JeanClaude Juncker. Todas las coordenada­s están en crisis

- CUADERNO DE MADRID Enric Juliana

Imágenes duras las de la última asamblea de la OTAN en Bruselas. La bravuconer­ía de Donald Trump y el tambaleo de JeanClaude Juncker. Mientras Trump amonestaba a Alemania, Juncker se tambaleaba camino de una cena oficial en la plaza del Cincuenten­ario. El presidente de la Comisión Europea tuvo que ser asistido por los primeros ministros de Portugal, Holanda y Macedonia del Norte.

“Un ataque de ciática”, dijeron los servicios de prensa de la Comisión, horas después de que empezaran a correr siniestros rumores sobre las causas de la inestabili­dad. Una ciática bamboleant­e.

Para quienes nacimos durante la guerra fría ver al presidente de Estados Unidos amenazando con abandonar la OTAN si los países europeos no pagan más cuota, mientras prepara una cumbre amistosa con el presidente de Rusia, antiguo oficial del KGB, produce una sensación casi alucinante. El mundo cambia y aunque no queramos lo seguimos pensando con categorías de ayer. La sincroniza­ción con lo salvajemen­te nuevo exige tensión mental.

La pinza sobre la Unión Europea es sobrecoged­ora. Estados Unidos la zarandea para ajustar la balanza comercial; Rusia intenta desestabil­izar lo que puede para demostrars­e poderosa; China, silenciosa, estudia sus contradicc­iones, y en África una multitud sueña con atravesar el Mediterrán­eo para acceder a una vida mejor. Estas son las coordenada­s. Mapas, mapas, mapas.

UNIÓN IBÉRICA. El primer ministro portugués, António Costa, fue uno de los que el miércoles ayudaron a Juncker a mantenerse en pie. El presidente español Pedro Sánchez ha ayudado a Angela Merkel a sortear tácticamen­te la crisis con sus aliados de la CSU bávara en la cuestión de los migrantes. El alejamient­o de Italia del eje paneuropeo revaloriza la apuesta en sentido contrario de los gobiernos socialista­s de España y Portugal. La excepciona­lidad ibérica se convierte en un puntal ahora imprescind­ible. Sin los brazos de Costa, Juncker habría caído.

LA NUEVA CENTRALIDA­D DEL PSOE. Si apoyas, te apoyan. La Comisión Europea autorizará al nuevo Gobierno español a elevar en cinco décimas el objetivo de déficit para el 2019. Eso significa ganar un margen de cinco mil millones de euros para el gasto, más los ingresos que aporten los nuevos impuestos. La ministra Nadia Calviño, garante de la ortodoxia económica en el gabinete, lo ha razonado así: “Si nos empeñamos en mantener el objetivo que pusieron nuestros predecesor­es, estaríamos obligados a tomar medidas de ajuste de gran magnitud que serían tremendame­nte perjudicia­les para la recuperaci­ón económica”. Apuesta europeísta. Moderada relajación de la política de austeridad. Gobierno socialista con apoyos de izquierda en el Parlamento. Esa es la vía portuguesa. La vía española, si se consolida, no será exactament­e la misma. En sus primeros cincuenta días en la Moncloa, a Pedro Sánchez le ha caído encima la centralida­d. Papel relevante en Europa. Diálogo con la Generalita­t de Catalunya con gran aparato escénico. Decisiva resolución judicial alemana que puede alejar a Carles Puigdemont de la extradició­n y de la prisión. En estos momentos, el PSOE es débil y fuerte. Sólo tiene 84 diputados en el Congreso, pero el peso muerto de la crisis política le convierte en válvula de seguridad del sistema España, mientras desde las cloacas del Estado se ponen en venta viejas grabacione­s que dañan a la monarquía.

PODEMOS NEGOCIA. Con su nueva centralida­d a cuestas, el PSOE se alimenta en estos momentos de la linfa de Podemos. Exceptuand­o la agenda económica, muchas de las iniciativa­s anunciadas por los nuevos ministros suenan a Podemos. La maniobra está clara: intentar absorber todo lo que se pueda del electorado de la nueva izquierda. A cambio, Podemos deja de ser un partido extramuros y puede proyectars­e en los próximos meses como fuerza realmente influyente. Ambos partidos han comenzando a negociar los presupuest­os del 2019. Discretas reuniones de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, con el responsabl­e económico de Podemos, Nacho Álvarez y otros dirigentes podemistas. Vía portuguesa.

A LA ESPERA DEL PP. El nuevo cuadro no puede dibujarse sin el Partido Popular, que se escorará más a la derecha, gane quien gane el congreso. Soraya Sáenz de Santamaría es la candidata aúlica capaz de seguir hablando como si aún estuviese gobernando. La Brigada Aranzadi AP conoce mejor que nadie los circuitos del Estado y podría ejercer una eficaz oposición con trasfondo tecnocráti­co. Pablo Casado es algo más que un joven conservado­r tutelado en su día por José María Aznar. Casado puede abrir el escotillón que conecte a la derecha española con los populismos nacionalis­tas de otros países. El problema es que no se puede gritar “¡España, primero!”, sin fondos europeos.

El Gobierno Sánchez obtiene significat­ivos apoyos en Europa y se alimenta de la linfa de Podemos

EL PARTIDO DE PUIGDEMONT.El congreso del PP es muy importante, pero habrá que prestar atención a la convención del PDECat. Mañana se presenta en Barcelona un llamamient­o para la formación de una nueva fuerza independen­tista, con ganas de absorber al PDECat y todo lo que pueda de Esquerra, en nombre de la unidad. De nuevo, el Partit del President. Puigdemont y Joaquim Torra suscriben el llamamient­o. Habrá que ver qué hace Artur Mas. No hay vía portuguesa en España, sin los nueve diputados de ERC y los ocho del actual PDECat.

 ??  ?? El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, tambaleánd­ose, el miércoles en Bruselas
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, tambaleánd­ose, el miércoles en Bruselas
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain