Hospitalizados 33 pasajeros de un avión por una pérdida de presión
Treinta y tres pasajeros de un vuelo de Ryanair acabaron en el hospital la noche de viernes tras sufrir mareos, náuseas, dolor de cabeza y sangrado de oídos después de que la cabina de su avión perdiera presión en mitad de un vuelo entre Dublín y Zadar (Croacia). A los 80 minutos del despegue se produjo la inesperada despresurización, que obligó al piloto de la aeronave a realizar un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de Frankfurt Han. La página web Flightradar24, que sigue en tiempo real la posición de hasta 20.000 vuelos diarios en todo el mundo, registró un desplome del aparato afectado desde por encima de los 12.000 metros de altura hasta los 3.000 en sólo unos minutos.
Las autoridades alemanas informaron ayer que tras el aterrizaje se comprobó que algunos pasajeros sangraban por los oídos y se decidió su traslado a un centro sanitario. El incidente fue confirmado por Ryanair en un comunicado en el que se decía que “siguiendo el procedimiento estándar, la tripulación soltó las máscaras de oxígeno y el aparato inició un descenso controlado”. No se aclaraba el motivo de la pérdida de presión.
La mayoría de los pasajeros que precisaron asistencia médica recibieron el alta durante el día de ayer y reiniciaron su viaje, aunque algunas personas habrían rehusado volver a subirse a un avión de esa compañía.
El incidente de Ryanair ha coincidido con la conclusión de una investigación sobre qué motivó otra caída de presión, el pasado 10 de julio, en un avión de Air China. En este caso la despresurización la provocó el copiloto de la nave que fumó con un cigarrillo electrónico en la cabina y se equivocó al accionar un botón para desactivar un ventilador para que el humo no llegara a la zona del pasaje. Apagó el aire acondicionado, lo que hizo saltar las máscaras de oxígeno. Eso obligó al copiloto a descender 6.500 metros en sólo unos minutos.