Los rebeldes
La visita del Tour no es siempre bien acogida. También existen los municipios que no quieren ver la carrera por sus calles y que ni la piden ni la celebran cuando les corresponde un tránsito de etapa. No hay que menospreciar las exigencias de acoger un final de etapa: el Tour presenta un extenso y detallado documento de cuarenta páginas con todas las condiciones que hay que cumplir. Son detalles casi inacabables porque también hay que facilitar vallas de protección, cubrir el gasto de agua y electricidad, llevar a cabo la limpieza de la zona afectada, pagar horas extras a los funcionarios y agentes del orden locales... El anterior inicio en suelo francés, el de 2016, se llevó a cabo desde el Mont Saint Michel con la oposición de grupos ecologistas y de alguna asociación local, que consideraba que “es el Tour quien necesita al Mont Saint Michel, no a la inversa”.