El último obstáculo
Una durísima etapa de adoquines separa a los escaladores del inicio de su Tour
Aunque hubo algún ensayo anterior, se considera que el primer Tour con pavés fue el de 1979, en una etapa, la novena como este año, que fue de Amiens a Roubaix. Los organizadores pensaron que si los escaladores tenían sus días, si los contrarrelojistas también podían lucir y los velocistas por supuesto, por qué no ofrecer una fiesta a los especialistas de las clásicas. Y vaya si acertaron: el líder, Bernard Hinault, pinchó justo cuando Joop Zoetemelk y Dietrich Thurau lanzaban un ataque. El bretón cedió más de dos minutos y perdió el amarillo (que después recuperaría y se impondría en París). La apuesta española para la general era el alavés (como Landa) Paco Galdos. Perdió más de 17 minutos.
La experiencia gustó y durante unos cuantos años la etapa del pavé era habitual. Y un auténtico coco para los españoles. En 1981 se estableció un récord: 20 tramos, 28,8 kilómetros. Marino Lejarreta y Vicent Belda se dejaron 13 y 17 minutos.
Y en 1983, el debutante Perico Delgado (23 años) perdió nueve minutos. “Yo pensaba que iba bien y de golpe empiezan a pasarme belgas y holandeses a derecha e izquierda gritándome: ¡‘españolo’ me decían! y me apartaban. ¡Yo que me pensaba que el empedrado era como el de Segovia!”
Peor lo pasó Julián Gorospe: “En el primer tramo entré de los últimos y de golpe me encontré con centenares de bidones por el suelo, que habían saltado de las bicicletas,” explicaba Gorospe a este diario. “No sabía por dónde pasar, cada vez iba más perdido y decidí abandonar. Me senté en un bloque de cemento y me dije ‘ya basta’. Entonces llegaron Anastasio Greciano y Hernández Úbeda. ‘¿Qué demonios haces aquí?’ Nada, que me voy a casa. ‘Ni hablar!’ Me cogieron y me lle- varon hasta la meta. Perdí 24 minutos, pero salvé el fuera de control por 2”.
Después de muchos años prácticamente olvidado, el pavé resurgió en el Tour del 2004. Sólo cuatro kilómetros en dos tramos, casi para hacer bonito. Pero ya fue suficiente: en los nervios anteriores Iban Mayo se cayó: ¿“Que si he perdido el Tour? ¡Y tanto!”, dijo ya en la meta, con casi cuatro minutos perdidos con Armstrong y Ullrich.
Posteriormente, en el Tour 2010 (13,2km) quien pagó la cuenta fue Frank Schleck: clavícula rota. Y en el 2014 la pieza cazada fue Froome, víctima de caídas en los tramos anteriores al empedrado. Aquel día, Valverde perdió 2m28s y Contador 2m54s.
Parece comprensible pues que todos los no especialistas tengan miedo de lo que pueda pasar hoy. El menú es de los más potentes de la historia del Tour: 15 tramos para un total de 21,7km. Después de los primeros 40km llanos (donde
EL PROGRAMA DEL PAVÉ
Los organizadores no se han privado de nada: 15 tramos de empedrado para un total de 21,7 kilómetros
se puede prever un ritmo enloquecido) llega el primer tramo: 1.600 metros. Y entonces, hasta el final, una sucesión infinita de tramos y descanso, tramos y descanso... Hasta el decimoquinto y último (1.400m), que acaba a sólo 8km de la meta. La llegada se sitúa justo al lado del velódromo de Roubaix, donde acaba la clásica que nunca ha ganado un español. Dos catalanes quedaron muy cerca: Miquel Poblet (2.º en 1958, 3.º en 1960) y Juan Antonio Flecha (2.º en el 2007, 3.º en el 2010). Llega el último día de sufrimiento para los escaladores. La semana que viene se abre un nuevo Tour. ¿Con qué relación de fuerzas?