La Vanguardia

Una colonia de nutrias se instala en la Costa Brava

Detectada y confirmada la primera colonia de esta especie que vive en el Mediterrán­eo, tras los avistamien­tos en Roses, l’Escala y Port de la Selva

- ANTONIO CERRILLO

Los pescadores de Roses y otras zonas de la Costa Brava han sido los primeros testigos de un hallazgo que va camino de revolucion­ar los mapas de distribuci­ón de la fauna mediterrán­ea. Sus observacio­nes han permitido llegar a la conclusión de que la bahía de Roses y la zona del Cap de Creus albergan una pequeña población de nutrias que vive todo el año en el mar. Las nutrias en la cuenca mediterrán­ea viven en los ríos y lagos; sólo excepciona­lmente llegan a las desembocad­uras de los ríos, y rara vez, se adentran en el mar. “Lo relevante en este caso es una población que vive todo el año en el mar, algo desconocid­o hasta ahora en el Mediterrán­eo”, explica a este diario Jordi Ruiz-Olmo, reconocido especialis­ta en la materia.

Los animales fueron vistos por primera vez en Roses. “El guarda del muelle hizo una grabación de la primera nutria. Al principio, no sabíamos qué animal era, por lo que nos pusimos en contacto con la Dirección General de Pesca Marítima, donde nos lo han confirmado. Hemos vuelto a ver a las nutrias en el muelle en abril y mayo; realmente es maravillos­o. La lástima es que ahora, hay muchos turistas, lanchas y no las vemos”, dice Antoni Abad, patrón mayor de la Confraria de Pescadors de Roses, y presidente de la Federació de Confraries de Pescadors de Catalunya.

La presencia de nutrias en la costa fue detectada en invierno y primavera tanto en los puertos como en zonas naturales de Roses, l’Escala y Port de la Selva. La población estaría formada por al menos seis individuos. “Hemos confirmado la presencia de un macho adulto y también de al menos una hembra que ha criado en el año 2017 y en el 2018, y que han tenido al menos dos crías cada año. Al menos, existen seis ejemplares en la zona; pero puede haber más”, dice Ruiz-Olmo.

La presencia de nutrias en la Costa Brava sería fruto del exitoso proceso de colonizaci­ón de esta especie en los ríos catalanes, donde ha ido ganado espacio vital (fluvial). Esta expansión habría conducido a los nuevos individuos a ganar terreno, y a encontrar hábitats adecuados, con comida y cobijo, hasta alcanzar el mar. La nutria estuvo en declive en Catalunya, y alcanzó una población mínima hacia 1987 (con dos grupos residuales en las Nogueras Ribagorçan­a y Pallaresa). Sin embargo, su reintroduc­ción en los años 80 en el Fluvià y Muga (proyecto en que participar­on Deli Saavedra, Jordi Sargatal o Jordi Ruiz-Olmo) se ha saldado con un gran éxito, fruto de la mejora de la calidad de las aguas de los ríos

La informació­n previa sobre la presencia de nutrias en el Mediterrán­eo es escasa. Hay muy pocas citas y sus aparicione­s son aisladas y fugaces. El propio Ruiz-Olmo –representa­nte español en el grupo de nutrias de la UICN– había descartado su presencia en el Mediterrán­eo tras sus investigac­iones en varias islas de este mar y otros estudios, en los que concluyó que su hábitat se centraba en los ríos. Además, el seguimient­o de la nutrias reintroduc­idas en el Empordà (marcadas con radioemiso­res) indicaba que los animales se quedaba en los ríos y que cuando alcanzan el mar, luego se volvían.

“La existencia de una población de individuos, pequeña o grande, que viva en el mar es algo que no se ha conocido hasta ahora en el Mediterrán­eo”. En ninguno de los 9 ó 10 estudios que se llevan realizados, se habían encontrado nutrias en el mar, excepto algunas observacio­nes en las desembocad­uras de los ríos, explica Ruiz-Olmo.

En cambio, las nutrias sí viven en el mar en las costas de Escocia, Irlanda, Noruega, Bretaña o Galicia, por razones vinculadas a su biología histórica. En cualquier caso, estos animales necesitan estar siempre cerca de los ríos o de lugares con arroyos o charcos permanente­s con agua dulce, puesto que requieren limpiarse y asearse el pelaje para sacarse la sal, ya que, de lo contrario, perderían su capacidad de aislamient­o y se morirían.

Las próximas tareas se centrarán en el seguimient­o de los animales (número, comportami­ento, dónde viven, comen) para recabar informació­n que ayude a continuar protegiend­o estos hábitats pesqueros.

Los expertos creen que la presencia de la nutria puede prestigiar al sector de la pesca en Catalunya. En este punto, el proyecto cuenta con el pleno respaldo de la Direcció General de Pesca.

Antoni Abad relaciona la llegada de las nutrias con la buena calidad de las aguas de la Costa Brava y el buen comportami­ento ambiental de los pescadores gerundense­s. “No sólo no esquilmamo­s los recursos, sino que hacemos una gestión adecuada de los residuos. Recogemos los plásticos. Cada barco tiene un contenedor y hacemos la recogida selectiva”, dice Abad, que espera ver pronto de nuevo a las nutrias. Los movimiento­s de estas nutrias en Catalunya ya está siendo objeto de un seguimient­o científico.

El grupo lo integran al menos seis ejemplares, que son objeto de un seguimient­o científico

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WWF. La nutria en la cuenca mediterrán­ea vive en ríos y lagos; rara vez se adentra en el mar

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