Una colonia de nutrias se instala en la Costa Brava
Detectada y confirmada la primera colonia de esta especie que vive en el Mediterráneo, tras los avistamientos en Roses, l’Escala y Port de la Selva
Los pescadores de Roses y otras zonas de la Costa Brava han sido los primeros testigos de un hallazgo que va camino de revolucionar los mapas de distribución de la fauna mediterránea. Sus observaciones han permitido llegar a la conclusión de que la bahía de Roses y la zona del Cap de Creus albergan una pequeña población de nutrias que vive todo el año en el mar. Las nutrias en la cuenca mediterránea viven en los ríos y lagos; sólo excepcionalmente llegan a las desembocaduras de los ríos, y rara vez, se adentran en el mar. “Lo relevante en este caso es una población que vive todo el año en el mar, algo desconocido hasta ahora en el Mediterráneo”, explica a este diario Jordi Ruiz-Olmo, reconocido especialista en la materia.
Los animales fueron vistos por primera vez en Roses. “El guarda del muelle hizo una grabación de la primera nutria. Al principio, no sabíamos qué animal era, por lo que nos pusimos en contacto con la Dirección General de Pesca Marítima, donde nos lo han confirmado. Hemos vuelto a ver a las nutrias en el muelle en abril y mayo; realmente es maravilloso. La lástima es que ahora, hay muchos turistas, lanchas y no las vemos”, dice Antoni Abad, patrón mayor de la Confraria de Pescadors de Roses, y presidente de la Federació de Confraries de Pescadors de Catalunya.
La presencia de nutrias en la costa fue detectada en invierno y primavera tanto en los puertos como en zonas naturales de Roses, l’Escala y Port de la Selva. La población estaría formada por al menos seis individuos. “Hemos confirmado la presencia de un macho adulto y también de al menos una hembra que ha criado en el año 2017 y en el 2018, y que han tenido al menos dos crías cada año. Al menos, existen seis ejemplares en la zona; pero puede haber más”, dice Ruiz-Olmo.
La presencia de nutrias en la Costa Brava sería fruto del exitoso proceso de colonización de esta especie en los ríos catalanes, donde ha ido ganado espacio vital (fluvial). Esta expansión habría conducido a los nuevos individuos a ganar terreno, y a encontrar hábitats adecuados, con comida y cobijo, hasta alcanzar el mar. La nutria estuvo en declive en Catalunya, y alcanzó una población mínima hacia 1987 (con dos grupos residuales en las Nogueras Ribagorçana y Pallaresa). Sin embargo, su reintroducción en los años 80 en el Fluvià y Muga (proyecto en que participaron Deli Saavedra, Jordi Sargatal o Jordi Ruiz-Olmo) se ha saldado con un gran éxito, fruto de la mejora de la calidad de las aguas de los ríos
La información previa sobre la presencia de nutrias en el Mediterráneo es escasa. Hay muy pocas citas y sus apariciones son aisladas y fugaces. El propio Ruiz-Olmo –representante español en el grupo de nutrias de la UICN– había descartado su presencia en el Mediterráneo tras sus investigaciones en varias islas de este mar y otros estudios, en los que concluyó que su hábitat se centraba en los ríos. Además, el seguimiento de la nutrias reintroducidas en el Empordà (marcadas con radioemisores) indicaba que los animales se quedaba en los ríos y que cuando alcanzan el mar, luego se volvían.
“La existencia de una población de individuos, pequeña o grande, que viva en el mar es algo que no se ha conocido hasta ahora en el Mediterráneo”. En ninguno de los 9 ó 10 estudios que se llevan realizados, se habían encontrado nutrias en el mar, excepto algunas observaciones en las desembocaduras de los ríos, explica Ruiz-Olmo.
En cambio, las nutrias sí viven en el mar en las costas de Escocia, Irlanda, Noruega, Bretaña o Galicia, por razones vinculadas a su biología histórica. En cualquier caso, estos animales necesitan estar siempre cerca de los ríos o de lugares con arroyos o charcos permanentes con agua dulce, puesto que requieren limpiarse y asearse el pelaje para sacarse la sal, ya que, de lo contrario, perderían su capacidad de aislamiento y se morirían.
Las próximas tareas se centrarán en el seguimiento de los animales (número, comportamiento, dónde viven, comen) para recabar información que ayude a continuar protegiendo estos hábitats pesqueros.
Los expertos creen que la presencia de la nutria puede prestigiar al sector de la pesca en Catalunya. En este punto, el proyecto cuenta con el pleno respaldo de la Direcció General de Pesca.
Antoni Abad relaciona la llegada de las nutrias con la buena calidad de las aguas de la Costa Brava y el buen comportamiento ambiental de los pescadores gerundenses. “No sólo no esquilmamos los recursos, sino que hacemos una gestión adecuada de los residuos. Recogemos los plásticos. Cada barco tiene un contenedor y hacemos la recogida selectiva”, dice Abad, que espera ver pronto de nuevo a las nutrias. Los movimientos de estas nutrias en Catalunya ya está siendo objeto de un seguimiento científico.
El grupo lo integran al menos seis ejemplares, que son objeto de un seguimiento científico