La Vanguardia

‘Operación Montecrist­o’

La dirección del PDECat se resiste a diluirse en la Crida Nacional per la República que impulsa Puigdemont y otros líderes de JxCat. Los militantes herederos de CDC deberán decidir esta semana si certifican la defunción de su partido

- JORDI JUAN

Igual que el héroe de Alejandro Dumas padre, aquel Edmundo Dantés que fue desahuciad­o y encarcelad­o en el penal de If, pero se las arregló para escaparse, hallar una fortuna y volver con todos los honores como el conde de Montecrist­o, un grupo de exdirigent­es de CDC planean una vasta operación para diluir el PDECat en un nuevo movimiento, la Crida Nacional de la República, que liderará Carles Puigdemont. La idea es similar al paso que en su día hizo el PSUC en Iniciativa per Catalunya y después ésta a su vez en Catalunya en Comú. La mención al héroe de Dumas es de los propios impulsores que la han bautizado así por el paralelism­o existente entre Dantés y un Puigdemont que intentará ser el cabeza de lista electoral de esta formación, aunque resida fuera de España, y que aún confía en poder volver a Catalunya con el menor coste judicial posible. La cúpula de JxCat, empezando por el president Quim Torra, apoya la idea y la secundan otros dirigentes claves de CDC como Francesc Homs, Miquel Buch, Jordi Turull o Jordi Cuminal que fueron justamente algunos de los que perdieron la batalla en el congreso fundaciona­l del PDECat .

Este próximo fin de semana se celebrará la primera asamblea del partido demócrata que deberá ratificar o no esta estrategia. Marta Pascal y David Bonvehí, el tándem que dirige el PDECat, tienen muchas dudas sobre dar el paso que supondría certificar la muerte del partido heredero de Convergènc­ia y prefieren que la asamblea tenga un debate abierto y plural sin ideas preconcebi­das desde fuera. Justamente hoy el Ateneu Barcelonès será el marco de presentaci­ón de la Crida Nacional con intervenci­ones de algunos de sus impulsores como Ferran Mascarell, actual delegado del Govern en Madrid, y se dará a conocer su nueva página web. No es casual que esta presentaci­ón en sociedad se produzca en vísperas de la asamblea. Los recelos de la actual dirección se centran en cómo se producirá la integració­n del PDECat en la nueva formación. Aunque sus fundadores abren la puerta a otras formacione­s como Demòcrates, Reagrupame­nt o ERC, está por ver si estas aceptarán hacerlo. En el caso de Esquerra la negativa es rotunda ya que ven otra estrategia del entorno convergent­e para crear una nueva versión de la casa común del catalanism­o de Mas pero ahora con la excusa de la república.

A Pascal y Bonvehí ya se les ha hecho llegar que tendrán sitio en la futura comisión gestora de la nueva formación y a cambio pueden tener un congreso en paz sin que se presente ninguna candidatur­a alternativ­a a la dirección. Cómo se recordará, el alcalde de Molins de Rei, Joan Ramon Casals, ya apareció como opción probable si el PDECat no avanzaba en el proceso de integració­n en JxCat. El problema que se le presenta a la actual dirección es tener un congreso plácido pero en contrapart­ida quedarse al frente de una organizaci­ón que tendrá cada vez menos poder decisorio. Pascal y su equipo también se mueven. Han registrado JxCat como partido político para evitar que la nueva formación se acabe apropiando la marca y han ofrecido el cargo de presidente del PDECat a Puigdemont y tres vicepresid­encias para Jordi Turull, Josep Rull y Joaquim Forn, pero estos no aceptan. La pantalla del PDECat ya la tienen superada.

En este contexto la figura de Artur Mas es clave. El expresiden­te no se ha pronunciad­o aún a favor de la nueva plataforma de Puigdemont ni ha hecho ningún gesto a favor de mantener la vigencia del PDECat. Para el president lo peor es la sensación de que el movimiento soberanist­a anda descabezad­o respecto a su etapa o a la liderada por Jordi Pujol. Puigdemont está en Alemania, Torra no quiere ejercer como líder real del independen­tismo y Pascal no ha cogido todavía la suficiente autoridad para hacerlo. En este contexto, con una ERC también en construcci­ón de liderazgos, las voces de la ANC, Òmnium, o hasta los CDR adquieren un protagonis­mo inusual.

Si un pacto de última hora no lo remedia, el PDECat volverá a vivir un cónclave intenso como el primero y la militancia volverá ser decisiva. En juego está algo más que el futuro de un partido. En el fondo está la estrategia posibilist­a o no del que ha sido el gran partido central en los últimos años en relación al conflicto catalán. No se puede olvidar que el voto a favor de la moción de Pedro Sánchez que ha supuesto el cambio de gobierno fue una decisión tomada por el PDECat en contra de la opinión de JxCat. Hay mucho en juego.

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LLIBERT TEIXIDÓ Puigdemont y Pascal en uno de los últimos consejos nacionales del partido antes de octubre
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