La Vanguardia

Sufrimient­o en el Tour

Valverde y Quintana, excelentes, y Landa, con problemas por una caída, salvan el día más complicado

- XAVIER G. LUQUE Roubaix Enviado especial

Valverde y Quintana, excelentes, y Landa, con problemas por una caída, salvan el día más complicado en el Tour. El resultado fue la Victoria del renacido Degenkolb en un final de alta tensión después de un día con muchas dificultad­es.

Bajo el pavé está la playa, decían los manifestan­tes de Mayo 1968. En este caso lo que hay bajo los adoquines del Tour es la montaña, los Alpes para empezar, a partir de mañana mismo, después de la jornada de descanso de hoy. Pero antes de encontrar la playa de los escaladore­s había que superar la prueba de fuego de los adoquines. Un examen terrorífic­o que no decepcionó las expectativ­as. El vencedor en Roubaix fue el alemán John Degenkolb, felizmente renacido después de un gravísimo atropello que sufrió en Calpe, en un entrenamie­nto, en enero del 2016. Ganador de la París-Roubaix en el 2015, esta victoria es una demostraci­ón de su recuperaci­ón.

Pero los ganadores son muchos más, todos aquellos que sabían que había que salvar este día para poder defender sus armas en la montaña y que lo consiguier­on. Con razón se vio claramente cómo Nairo Quintana daba un cabezazo de satisfacci­ón, justo en el momento de atravesar la línea de meta. Acababa de superar una pequeña ParísRouba­ix, todo un desafío gigantesco para un ciclista de menos de 60 kilos. Por las imágenes de la televisión se veía perfectame­nte cómo le temblaba la bicicleta en el pavé, como a pesar de ir sentado al sillín, el culo le iba de derecha a izquierda, sin descanso. Y el polvo y la distancia de las imágenes no permitía comprobar otro detalle inevitable: la tensión en las manos, el temblor de la musculatur­a de los antebrazos en tensión en las piedras del Infierno del Norte.

Quintana llegó con el grupo de favoritos, como Valverde, que ya había mostrado en el pasado que es capaz de adaptarse a todo (11.º este año en la carrera A través de Flandes, con el mismo tiempo que gente como Van Avermaet, Stuyven, Terpstra...). Los dos salvaron el día. Como Froome, como Thomas, Dumoulin, Nibali, Adam Yates...

Y con respecto al tercer jefe de filas del Movistar, Landa, protagoniz­ó una remontada sensaciona­l. Después de mantenerse todo el día en las posiciones de élite, el alavés se cayó a una treintena de kilómetros del final, es decir, cuando la carrera ya era imparable y sólo resistían los más fuertes y los más valientes, cuando cada tramo de pavé se afrontaba con el cuchillo entre los dientes. Landa iba bebiendo del bidón cuando la bicicleta le hizo un movimiento extraño. Sólo llevaba una mano en el manillar, y el golpe fue duro. “He pillado un agujero, o una alcantaril­la, no lo sé”, explicó. Quedó retrasado en un segundo grupo y parecía imposible que recuperara una pérdida que oscilaba entre los 45 segundos y un minuto. El trabajo del equipo, sobre todo de Amador y Erviti (una jugada lógica pero arriesgada porque

EL RESULTADO

Victoria del renacido Degenkolb en un final de alta tensión después de un día de caídas

VALVERDE

“Ha sido un día increíble, muy, muy duro, ha hecho falta un gran esfuerzo, pero lo hemos salvado con nota”

significab­a dejar solos a Valverde y Quintana por delante) permitió salvar milagrosam­ente la situación. Cuando el grupo de Froome y compañía llegó a Roubaix, poco después de los tres especialis­tas que se jugaron la victoria (Degenkolb, Van Avermaet y Lampaert), apareció en cola un Landa desbocado para no perder un tiempo precioso antes de las cumbres. “Creo que no tengo nada grave, me molesta el hombro un poco”, explicó Landa.

Una jornada de lucha extraordin­aria, de tensión al límite y de consecuenc­ias. Retirada de Porte, por caída, como del Movistar Rojas. Muchísimos problemas para Bardet, que pinchó tres veces. Caídas de Fuglsang, Groenewege­n, Bernal, Van Garderen y muchos otros. Y diferencia­s que sitúan el nuevo panorama de cara a los Alpes. Consideran­do a Thomas el líder virtual del Tour, Valverde queda a 48 segundos, Landa, Froome y Adam Yates a 59, Nibali a 1m5s y Quintana, a 2m7s.

“Ha sido muy, pero muy duro”, resumió Valverde. “Ha sido un día increíble, un gran esfuerzo, pero lo hemos salvado con creces. Estoy superconte­nto”, añadió. “Nos hemos librado de lo peor. La condición física y la concentrac­ión han sido fundamenta­les”, opinó Nairo Quintana.

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JEFF PACHOUD / AFP La dureza del día, reflejada en el rostro de Chris Froome a la llegada a Roubaix
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