“El espectador ha visto que para hacer magia no hay que ser un superhéroe”
Mag Lari, presentador de ‘Pura magia’, que hoy estrena segunda edición en La 1
Esta noche vuelve la magia a la pequeña pantalla. La destreza con los fogones de los concursantes de MasterChef deja paso a otras habilidades, las de los 13 aspirantes a mejor mago o maga del país que participarán en la segunda edición de Pura magia ,el talento show presentado por el Mag Lari, acompañado de un jurado formado por el coreógrafo Poty, la Maga Inés, el mentalista Anthony Blake, y Nina, que este año se incorpora. El Mag Lari, que ahora está de gira con el espectáculo Dolce vita y que a finales de año volverá al teatro Condal con 25 il·lusions, considera un éxito que la magia vuelva en horario de máxima audiencia “porque no estamos acostumbrados a que sea un material bien colocado en una parrilla de televisión”.
¿Ocupar el espacio dejado por MasterChef da vértigo? No, al contrario. Creo que es la mejor opción porque los dos programas se parecen que en que son muy familiares, con un target de edad muy variado, y hablan de temas que gustan a todo el mundo como son la cocina y la magia.
¿Cuál es la gran novedad de esta segunda edición?
Sin duda, la incorporación de Nina, porque no sólo hace de jurado sino que da clases de interpretación, mientras que el año pasado sólo hacíamos de voz y de colocación. Esta nueva faceta nos da mucho juego.
¿Le ha sorprendido el nivel de los participantes?
Sí, y estoy mucho más contento del nivel mostrado esta segunda temporada. Imagino que en la primera los magos no nos conocían y muchos no se decidieron a presentarse al casting, pero ahora que conocen el producto, y que han visto que tratamos la magia con honestidad, se han acabado presentando más candidatos y el nivel ha subido.
¿Cree que el binomio televisión-magia funciona? Yo creo que sí. Es como hacer un espectáculo para que el espectador lo pueda ver desde casa. Como concepto me gusta mucho. En el caso de Pura magia, además, es un talent donde el hecho de que haya una escuela al mismo tiempo hace que trabajemos para que el número que tienen que ejecutar ante el público esté bien hecho. Claro que siempre pueden fallar, pero este es el riesgo que tiene la magia en general. En todo caso, la intención sigue siendo ofrecer un espectáculo al espectador.
¿Qué le diría a quién todavía se muestra incrédulo ante números de magia por televisión? Que tienen que confiar totalmente en nuestra honestidad. Además, los juegos de magia que nosotros hacemos son muy clásicos, de los que puedes ver en un teatro; no estamos haciendo números que parecen milagros, con lo que es mucho más fácil no sospechar que haya trampa.
¿Programas como Pura magia despiertan aficiones? Evidentemente. Cada vez que hay un boom de la magia se traduce en un aumento de aficionados, como con David Copperfield o cuando se estrenaron las películas de Harry Potter. Pasa lo mismo con Pura magia. A veces la gente piensa que se deben tener unas habilidades muy especiales para ser mago, pero cuando ves que nuestros concursantes no son unos superhéroes, el espectador se puede plantear que él también es capaz hacer magia. Yo tengo una escuela y mucha de la gente que se ha apuntado este año es por el programa.
¿Los programas de magia en el extranjero tienen más espacio que en España?
Más o menos, igual. Pero, creo que sólo está el nuestro como talent show. El formato de moda es el de magos que van por la calle sorprendiendo a la gente. A mí me gusta más el concepto de ver magia dentro de un plató.
¿Como espectador televisivo, usted con qué programas disfruta?
Cualquier programa de magia me encanta. Soy muy fan de David Copperfield, de Juan Tamariz y del Mago Pop.
¿Cómo entró en este mundo?
El amor por la magia nació como una afición. Mis padres me regalaron un libro de Juan Tamariz por Sant Jordi y, a partir de aquí, empecé a practicar solito. Después me apunté a la Asociación de Magos, y con 20 años ya trabajaba en el Cafè Teatre Llantiol.
Siempre dice que no concibe la magia sin un poco de humor.
Cuando hago magia, me gusta hacer reír al mismo tiempo, pero también soy consciente de que se trata de dos cosas diferentes. En
Pura magia, hemos intentado que cada concursante desarrolle su propia manera de hacer magia, al margen de lo que a mí me guste. Algunos optan por incluir el humor y otros no, que creen que la magia es más bien poesía, por ejemplo. Cada uno tiene que luchar para demostrar al jurado que su manera de ver la magia es la mejor.