“Es una historia muy bella”
Didier Deschamps celebra el triunfo de su equipo, forjado en las “cualidades mentales”
La euforia de los jugadores franceses fue la de su presidente, Emmanuel Macron, desatado, mientras el serio Deschamps se dejaba llevar riendo a mandíbula batiente y bailando sobre el césped. La dignidad de los croatas es equiparable a la de su presidenta, Kolinda Grabar, que los consoló a todos uno por uno transmitiendo una imagen repleta de emotividad bajo un diluvio universal. El cielo moscovita resultó tan implacable como el campeón francés y el trofeo lo levantó Lloris. Dos horas después, en la zona mixta, las sensaciones iban de la felicidad absoluta a la tristeza mezclada con el orgullo infinito del conjunto balcánico.
Entre los ganadores, lógica satisfacción. “Estoy muy feliz tras una final muy dura porque Croacia empezó muy bien. Ganar el Mundial es algo gigante”, señaló el rojiblanco Antoine Griezmann, que se colocó una bandera de Uruguay en la rueda de prensa y que desveló un detalle. “En el penalti pensé en tirarlo a lo Panenka, al estilo de Zidane, pero preferí abrir el pie”. Para tranquilidad del conservador Deschamps. “Esto es maravilloso, una historia muy bella. Estoy muy dichoso de este grupo porque hemos trabajado muy duro. No ha sido nada fácil pero esta generación tan joven, con gente de hasta 19 años, lo ha conseguido. Yo estoy aquí para cumplir los objetivos y perder hace dos años la final de la Eurocopa fue un aprendizaje para todos. En la final no hicimos un gran juego pero mostramos cualidades mentales”, afirmó el seleccionador francés, que vio interrumpida su intervención por sus jugadores, que entraron en la sala y comenzaron a regarle con agua y a subirse en la mesa danzando al grito de “Didier Deschamps”.
Además de un Pogba que lideraba la fiesta, uno de los más exultantes era Mbappé. “El camino ha sido largo y duro pero ha valido mucho la pena. No me doy cuenta aún realmente de lo que hemos logrado. Supongo que cuando lo celebremos en París ya seré consciente”, dijo el joven.
En cambio, lamentos entre los perdedores. Empezando por el barcelonista Rakitic, que subrayó la eficacia francesa. “Marcaron cuatro veces en sus tres tiros a gol y fuimos mejores que ellos en la primera mitad”. Sobre la actuación arbitral, el centrocampista se mordía la lengua pero no pudo evitar comentar sus sentimientos. “Antes del partido me hubiera gustado poder felicitar al árbitro por su actuación, pero no ha sido el caso. A pesar de la derrota, estamos muy orgullosos de lo que hemos hecho. El primer gol vino de una falta inexistente y el segundo, de un penalti dudoso”, razonó un cariacontecido Rakitic. Al descanso se ve claramente cómo Modric se dirigió al colegiado para decirle que se había equivocado. En la misma línea se manifestó el seleccionador balcánico, Zlatko Dalic. “En una final de un Mundial no es normal pitar un penalti así, pero no quiero desmerecer la victoria de Francia”, afirmó el técnico, mucho más serio que cuando compareció con la camiseta del equipo tras la semifinal.
Sin embargo, el presidente de la Federación croata, el exjugador Davor Suker, no quiso entrar en polémicas por el arbitraje: “El resultado fue justo, Francia fue mejor. Demostraron que los adornos no son importantes en el fútbol. Sólo nos queda llorar en el mar Adriático y descansar. Estoy muerto y muy contento y orgulloso por este resultado histórico. Ahora mucha gente nos adora”. Suker afirmó que Modric es “el mejor jugador de la historia de mi país, aunque Rakitic también es uno de nuestros comandantes”.
No fue suficiente. Francia mandó en el Mundial.
“A pesar de la derrota y del arbitraje, estamos muy satisfechos de lo que hemos hecho”