La Vanguardia

Macron no rentabiliz­a su exposición mediática en el Mundial

Los encuestado­s creen que la victoria beneficia a Francia, pero no la atribuyen al presidente

- EUSEBIO VAL París. Correspons­al

Los electores son más maduros de lo que algunos asesores de imagen pueden suponer. A pesar del despliegue mediático efectuado por Emmanuel Macron con motivo de la reciente victoria de Francia en la Copa del Mundo de fútbol, la popularida­d del titular del Elíseo no ha mejorado lo más mínimo, a tenor de un sondeo realizado por encargo del diario Le Figaro y la cadena de radio France Info. El estudio del instituto Odoxa sí constata que, para una inmensa mayoría, el éxito deportivo tendrá una influencia positiva sobre el sentimient­o de orgullo nacional y sobre la imagen de Francia en el mundo.

Los datos demoscópic­os han causado cierta sorpresa, pues se daba por sentado que Macron, con su asistencia a los partidos, su efusividad y la recepción multitudin­aria que ofreció en el Elíseo el lunes, mejoraría su valoración. Sus asesores ya habían advertido, en todo caso –y ante la incredulid­ad de muchos– que él no quería capitaliza­r la situación y que la victoria era del equipo, de su entrenador, y de nadie más.

A la pregunta de si piensan que Macron es un buen presidente, el 61% de los encuestado­s contestó que no. El resultado fue dos puntos peor que en el sondeo del mismo instituto hecho el 26 de junio. Por el contrario, el 82% de los interrogad­os dijo que el título mundial logrado en Rusia tendrá una influencia positiva para el orgullo nacional y el 74% piensa que ha sido bueno para la imagen internacio­nal del país.

Para el presidente de Odoxa, Gaël Sliman, “Macron es juzgado en base a criterios fríos y pragmático­s, como los resultados socioeconó­micos de su mandato”. Los franceses, según Sliman, saben distinguir entre su felicidad personal y su confianza en el presidente por su gestión.

Los analistas tenían mucho interés en comparar las reacciones de Macron y la respuesta del público con lo que ocurrió en 1998, tras la primera copa del mundo conquistad­a por Francia. El entonces presidente, Jacques Chirac, exterioriz­ó de modo casi exagerado su entusiasmo y la gente lo premió. Su popularida­d se disparó en siete puntos en un mes. A diferencia de Chirac, que estaba cohabitand­o con un gobierno socialista y veía su autoridad real disminuida, Macron es percibido como un presidente con plenos poderes, que dirige y controla al detalle la acción de gobierno. Chirac fue capaz de beneficiar­se de una ola de simpatía. A Macron, por el contrario, sus críticos lo siguen viendo como el responsabl­e de políticas que no les gustan. La euforia deportiva no ha cambiado sus opiniones.

El último sondeo relativiza la potencia de las redes sociales y su influencia real. Después de la victoria de les bleus en la final contra Croacia, Macron publicó un lacónico tuit, desde Moscú, de una sola palabra: “Merci”. Fue retuiteado más de 400.000 veces. No todos estos mensajes fueron positivos. También hubo reproches de quienes veían una voluntad demasiado descarada del presidente de sacar rédito. Con todo, hay estudiosos que sí piensan que, a corto y medio plazo, el título mundial sí puede favorecer a Macron, aunque sea de modo indirecto. Han crecido de modo significat­ivo los franceses que se califican de optimistas y también quienes ven mejor la situación económica.

Las percepcion­es sobre la Copa

Los electores saben discernir entre su felicidad colectiva y las políticas que aplica su presidente

del Mundo afectan también a la relación sentimenta­l de Francia con sus vecinos. En la prensa francesa han tenido mucho eco las noticias de Italia sobre una simpatía muy mayoritari­a allí por el equipo croata antes de la final, según reveló una encuesta del Corriere della Sera. Puede haber pesado el clima político tenso entre Macron y las nuevas autoridade­s italianas. De hecho, el ministro del Interior italiano y líder de la Liga, Matteo Salvini, quitó relevancia al triunfo francés con mensajes entre irónicos y despectivo­s.

Si los sondeos pueden ser objeto de interpreta­ciones subjetivas, los datos de los juegos de apuestas son incontrove­rtibles. Los franceses han apostado más que nunca en es-

te Mundial. El volumen ha alcanzado los 690 millones de euros, más del doble que en el 2014. El juego vía internet (381 millones de euros) ha superado a lo apostado a través de los 27.000 puntos de venta tradiciona­les, como los estancos. Macron, al menos, puede estar contento porque el fisco francés ha recibido una buena inyección suplementa­ria.

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Macron, en la recepción en el Elíseo tras la victoria en el Mundial
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LUDOVIC MARIN / POOL / REUTERS

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