Patético
Aunque la vieja política –o los viejos tiempos donde se desarrollaba– usaría un diccionario de eufemismos para tapar, edulcorar y camuflar lo que pasó ayer en el Parlament, la nueva política –y los nuevos tiempos donde se desarrolla– no se lo puede permitir. Lisa y llanamente, la Mesa del Parlament hizo un ridículo espantoso que derivó en una situación patética e indigerible para una gran mayoría de catalanes. No es de recibo que haya estos espectáculos entre dos socios que no sólo gobiernan, sino que aseguran que nos quieren llevar a la república. Aunque, si continúan así, será la república de Ikea.
Personalmente no quiero conocer las miserias internas que han motivado este desencuentro estridente, en una cuestión tan relevante como el blindaje del president Puigdemont ante las invectivas de Llarena. No las quiero conocer, a pesar de que el tamtam que llega de Aragonés y Costa pactando por una parte si Puigdemont votaría, y Torrent pactando con el PSC lo contrario, es aún más surrealista. Pero como las versiones van en dirección contraria según quien las explica, parece razonable no zambullirse en este fangal maloliente, porque seguro que nos darán gato por liebre. Lo que queda, más allá de la letra menuda, es una imagen global de desunión y confusión que no sólo es un grato maná para los adversarios, sino la fuente más eficaz de desconcierto y desánimo de los propios. En este sentido, las preguntas se acumulan con aires de reproche y/o denuncia, porque la fatiga
¿JuntsxCat y ERC tienen todavía el mismo objetivo o lo hacen ver para mantenerse en el poder?
empieza a ser ingente, y algunas de las piedras de la mochila vienen con la estelada grabada. De manera que no caigamos en el recurso barato de considerar que los males de la situación actual llegan sólo de poniente, porque algunos se provocan desde casa.
Sin perder el tiempo, pues, la primera pregunta a bocajarro: ¿JuntsxCat y ERC tienen todavía el mismo objetivo o lo hacen ver para continuar con la bicoca del poder? ¿ERC considera un valor indiscutible la figura de Puigdemont o lo considera una pesada carga? ¿Es cierto que ERC se sentiría hoy en día más cómoda con un tripartito que con JuntsxCat? ¿Y qué le pasa a la gente de JuntsxCat, con dos miembros de la Mesa votando diferente sobre la figura de Puigdemont? ¿Hay cohesión en el interior de Junts? ¿Y con respecto al presidente Torrent, qué hace alinéandose con el PSC en contra del acuerdo con Junts? ¿Todavía están unidos en la voluntad de implementar la república o algunos han retornado a la fe autonomista? ¿La guerra de partidos está por encima del proyecto de país? Y un etcétera añadido de preguntas en la misma dirección. Lo evidente es que se necesitan las respuestas, porque se ha pedido mucho a los ciudadanos, y han cumplido. De manera que sería hora que los dirigentes fueran claros. Si se mantienen en el mandato del 1 de octubre, que dejen de hacer el ridículo. Si se han descabalgado, que lo digan y no jueguen con la gente.