Rajoy se va sin señalar a un líder y con reproches a Aznar
El expresidente evita cualquier gesto en favor de Santamaría o Casado En su despedida, critica a su antecesor al prometer lealtad
Rajoy pone en valor el 155 y el hecho de que los impulsores de la DUI ya no estén en el Govern
“Se confabuló con independentistas y perdedores con el único fin de acabar con el PP”
Los españoles quieren una España igual, sin asimetrías ni privilegios, la quieren igual”
Si alguien temía, o esperaba, que Mariano Rajoy señalara a uno de los dos candidatos, que hiciera algún guiño que indicara su preferencia por uno de ellos –todos están seguros que por Sáenz de Santamaría–, su discurso de despedida como presidente del PP no sirvió para nada de ello. Fue una despedida más bien fría en lo emocional, y más después de que el PP le hiciera llorar con los agradecimientos que recibió, y se cuidó muy mucho de hablar de nadie de los que le han acompañado en estos 14 años de presidencia del PP, y menos de su secretaria general, María Dolores de Cospedal, porque hubiera sido interpretado como un apoyo a Pablo Casado, pero tampoco a Sáenz de Santamaría, durante los siete años y medio de gobierno.
El expresidente del Gobierno sólo se permitió bajar al sentimiento para darle las gracias a su mujer,
Viri: “He faltado a muchas fiestas, a muchas reuniones del colegio, a muchas visitas al médico y nunca he escuchado ni un reproche, y si lo he escuchado, ni me acuerdo”. “Siempre me has ayudado y siempre ha habido alguien cuando yo no podía estar. Muchas gracias, Viri”, añadió. Elvira Fernández, Viri, ya había recibido el aplauso de todos los compromisarios que asisten al congreso del PP, cuando la presidenta del cónclave, Ana Pastor, le había dado las gracias por haber estado siempre al lado de Rajoy, y le había arrancado más de una lágrima.
Al líder del PP hasta que hoy se elija a su sustituto, le saltaron las lágrimas en varias ocasiones, con los discursos de inauguración del congreso, cuando escuchó a Luis de Grandes decir que “no ha sido fácil trabajar en orfandad” y preparar el congreso, pero sobre todo cuando le escuchó decir que, si ha sido difícil dejar el gobierno, “peor ha sido superar tu marcha. Nos duele en el alma”. Y todos de pie le dedicaron un emocionado y prolongadísimo aplauso a Rajoy. Elogios también de Pastor al abrir el congreso: “Has sido el mejor presidente que hemos tenido nunca”.
Rajoy , que sabía que corría el peligro de no poder acabar su discurso si entraba en el terreno de los sentimientos, prefirió dedicar su intervención al agradecimiento y a algunas críticas veladas a su antecesor, José María Aznar. “Considero un honor ser militante del PP y seguiré siéndolo siempre”, frase con la que quiso contrarrestar las que todavía no hace mucho pronunció el exlíder popular, cuando aseguró no sentirse representado en el partido, y cuando dimitió como presidente de honor. Una alusión que también todos vieron cuando proclamó bien alto: “Seré leal”. Leal al partido y a quien lo dirija, con una aclaración: “Espero que se me interprete bien”, dijo, porque cuando lo decía Aznar se interpretaba que quería volver: “Me aparto, pero no me voy”.
Rajoy se va. Se despidió ayer revindicándose a sí mismo, su labor en el partido y el gobierno, que no distinguió, acallando así a quienes han pretendido desvincularse de la gestión del Ejecutivo. Por ejemplo, con la aplicación en Catalunya del 155: “Enfrentamos una declaración de independencia en Catalunya, y le hicimos frente el gobierno y el PP, y a todos os doy las gracias porque todos me apoyasteis”.
Catalunya fue uno de los asuntos que Mariano Rajoy destacó al revindicar su gestión al frente del ejecutivo, a lo que dedicó la mayor parte de su discurso. “Aplicamos el artículo 155, que no era fácil, y lo hicimos con firmeza pero con prudencia, pero arbitramos la fórmula para hacerlo”. Se mostró satisfecho por haber cesado “al Govern que declaró la independencia” y también porque los responsables “estén respondiendo ante los tribunales” o estén huidos de la justicia española. Satisfacción asimismo porque ninguno de ellos forme parte del Gobierno catalán “por mucho que lo hayan intentado”.
Rajoy reivindicó la unidad de España, la soberanía nacional, y una España, dijo, que los españoles “quieren igual, sin asimetrías y sin privilegios, la quieren igual”.
Las únicas críticas de Rajoy se las dedicó a Pedro Sánchez y a su Gobierno. Se atribuyó el fin de ETA y garantizó: “Jamás he caído en la tentación de negociar con ETA, como tantos nos pidieron. Jamás he pagado ningún precio a los asesinos. No acercamos a ningún preso, mientras que a otros les ha faltado tiempo para ceder a las exigencias de los nacionalistas”, aseguró.
Y le reprochó la forma en la que sacó al PP, no a él, del Gobierno. “Forjó una confabulación de perdedores e independentistas sin más afán, sin más proyecto y sin más propósito que acabar con el PP”. Y hasta se desahogó: “Se han colado por la puerta de atrás porque los electores le han prohibido entrar por la puerta delantera”.
Habló de pasado, y para el futuro sólo pidió a todos, sin decir nada a nadie concreto: “Sed responsables en el ejercicio de vuestros cargos”, y con una advertencia: “No puede ser buen político quien no es capaz de ser impopular”.
Mientras, los candidatos que hoy se enfrentarán para hacerse con la presidencia del PP hicieron un alto en el camino y se dedicaron a empezar a perfilar sus listas, donde prometen integrar a los perdedores, y donde hoy se despejará la incógnita de quién será el número dos de quien salga vencedor, en una competición que en privado todos admiten que será bastante reñida.