Pascal se resiste a ceder el PDECat a Puigdemont
El expresident está decidido a apartar a la actual líder para subordinar el partido a la Crida
El PDECat abrió ayer su congreso en un clima de honda división. Puigdemont quiere apartar a Marta Pascal y subsumir el partido en su movimiento, la Crida.
La determinación de Carles Puigdemont de prescindir de Marta Pascal es firme. Y la de la coordinadora general del PDECat de no apartarse de la primera línea de la dirección del partido, también. Con esta doble predisposición a no ceder en sus posiciones arrancó ayer por la tarde la primera asamblea nacional de la formación, sin que antes hubiera sido posible consensuar una salida que alejara el fantasma de la ruptura. Y eso que desde primera hora de la mañana hubo contactos entre todos los sectores –el oficial, los críticos, el entorno del expresidente de la Generalitat, los exconsellers presos...– para intentar evitar la crisis, que no fructificaron porque la propuesta alternativa planteada no convenció a la todavía principal mandataria del PDECat, enrocada en su puesto.
Después de que durante toda la semana –desde que el lunes se presentara en sociedad el proyecto de Puigdemont para unificar el independentismo en un nuevo movimiento político a través de la Crida Nacional per la República– hubiera crecido la presión interna para que renunciara a seguir al frente de la cúpula del partido, Pascal visitó por la mañana a los dirigentes presos en el centro penitenciario de Lledoners –Jordi Turull, Josep Rull y Joaquim Forn– en un intento de encontrar una solución que cerrara el conflicto. La fórmula puesta encima de mesa, y que tenía el respaldo tanto del expresidente de la Generalitat como de los críticos, además de los propios presos, no obtuvo, sin embargo, su visto bueno. La propuesta –fruto de lo que se pretendía que fuera conocido como el pacto de Lledoners– consistía en presentar una única candidatura para la nueva dirección con David Bonvehí de presidente y Míriam Nogueras, diputada en el Congreso, de vicepresidenta, en la que quedarían vacantes los puestos de secretario general y secretario de organización y de la que formarían parte miembros de todos las familias del PDECat, entre ellos la propia Pascal, que así dejaría de ser la principal dirigente ejecutiva como lo ha sido hasta ahora y pasaría a tener un papel secundario fuera de la primera línea. Una cúpula de perfil bajo para tener a la formación claramente subordinada al proyecto de Puigdemont.
El entorno del expresidente de la Generalitat y de los exconsellers presos consideraba, como auspiciador del acuerdo, que era una manera de darle una salida airosa a la actual coordinadora general, pero la intención de ésta es acceder al puesto de secretaria general para visibilizar que sigue al frente de la formación. El ascenso de Bonvehí, su número dos desde el congreso fundacional del 2016, a la presidencia es de su agrado, pero no así el resto de la estructura de la cúpula, de ahí que su intención continúe siendo la de presentar una candidatura propia, lo más amplia y trans- posible. De hecho, los círculos más próximos a Pascal esgrimen que había un acuerdo inicial que la situaba a ella de secretaria general y lamentan que después en Lledoners se diera marcha atrás –extremo que la otra parte niega– y se propusiera una alternativa que en la práctica supone, a su juicio, la liquidación del partido. Por todo ello, a la llegada a la asamblea general la todavía coordinadora general quiso dejar claro que no cedía.
NEGOCIACIONES FALLIDAS Fracasa un acuerdo que relegaba a la actual coordinadora general a un papel secundario
“Estamos trabajando en una candidatura de consenso y estamos esperanzados en que nos pondremos de acuerdo, porque no hay diferencias insalvables y noto espíritu de suma por todos lados, y estoy convencida que saldremos con un equipo reforzado y cerraremos bien esta asamblea”, declaró a los periodistas, ante los que defendió también la voluntad de sumarse a la Crida Nacional per la República de Puigdemont, pero asimismo de “salir con
ALTERNATIVA PREPARADA
El sector crítico presentará candidatura con Casals al frente si Pascal no se retira
un partido sólido, consolidado y unido”. “Creemos que es perfectamente compatible la ‘crida de país’ del president con la ‘crida de partit’ que hacemos nosotros”, remachó. La realidad, no obstante, no parece coincidir demasiado con sus deseos, porque en caso de que finalmente no desista y presente una candidatura para seguir dirigiendo el PDECat, el sector crítico formalizará también su propia alternativa, que ya tiene preparada, con el alcalversal
DETERMINACIÓN PLENA Puigdemont está decidido a subordinar al PDECat a su proyecto de Crida Nacional
de de Molins de Rei, Joan Ramon Casals, al frente, y que tendrá el respaldo del expresidente de la Generalitat y de los exconsellers presos.
La muestra del divorcio con Puigdemont y su entorno es evidente. El actual presidente de la Generalitat, Quim Torra, que en principio tenía que inaugurar la asamblea general, finalmente no lo hizo, y tampoco el propio expresidente tiene prevista ninguna intervención en directo. “El congreso irá bien, para mí y para la Crida Nacional, pienso disfrutarlo”, vaticinó ante los periodistas el conseller de Interior, Miquel Buch, a su llegada a la asamblea nacional acompañado de Damià Calvet, titular de Territori, y Mercè Homs, todos ellos procedentes directamente también de Lledoners. Una afirmación harto elocuente que refleja el estado de ánimo que se respira en este momento en el PDECat y que remite al agitado congreso del 2016, cuando Pascal y Bonvehí se hicieron, contra todo pronóstico, con una dirección que estaba previsto que asumieran precisamente Turull y Buch.
En este clima, Xavier Trias, elegido presidente de la mesa de la asamblea nacional, abrió el cónclave con una llamada al “espíritu de unidad” y la “cohesión” que contrastaba con la tensión latente. Y en este mismo clima Pascal, acompañada de la dirección ejecutiva, defendió el informe de gestión de sus dos años de mandato, que tuvo una acogida muy fría y que sólo fue más aplaudido cuando dejó claro que el objetivo era la confluencia con el nuevo movimiento de Puigdemont.