La Vanguardia

Alarma en Alemania por un ataque con cuchillo en un autobús de Lübeck

Los investigad­ores no han hallado “evidencias de trasfondo terrorista”

- MARÍA-PAZ LÓPEZ Berlín. Correspons­al

Alemania ha revivido la alarma por los ataques callejeros indiscrimi­nados con arma blanca después de que ayer tarde un hombre acuchillar­a a varias personas dentro de un autobús de línea en Lübeck, ciudad del land norteño de Schleswig-Holstein.

En el ataque resultaron heridas al menos diez personas, tres de ellas de gravedad, según informó anoche la fiscal jefe de Lübeck, Ursula Hingst, en una rueda de prensa junto a la policía regional. El agresor, un ciudadano alemán de 34 años de origen iraní, residente en Lübeck, fue detenido por los agentes desplazado­s al lugar tras haber sido reducido por los propios pasajeros.

Al atacar a las personas que estaban a su alrededor con un cuchillo con hoja de 13 centímetro­s, el hombre no profirió gritos ni invocacion­es “No tenemos indicios de radicaliza­ción política de ningún tipo. Las circunstan­cias de los hechos no están claras”, declaró la fiscal. Los investigad­ores señalaron que “en este momento, no hay evidencias de trasfondo terrorista” en la acción violenta.

Los hechos ocurrieron hacia las dos de la tarde de ayer. Un autobús articulado de la línea 30 iba repleto desde Lübeck en dirección a Travemünde, localidad costera donde anoche comenzaba la fiesta del puerto, que dura una semana. A la altura del distrito de Kücknitz en Lübeck, el hombre depositó su mochila en el área articulada del vehículo, y de la mochila empezó a salir humo. El conductor lo vio todo por el espejo retrovisor, detuvo el vehículo y fue a interpelar al hombre. Entonces este le dio un puñetazo en la cara, y luego sacó un cuchillo y empezó a atacar a otras personas. En la refriega, el chófer consiguió accionar la apertura de puertas, y muchos de sus ocupantes escaparon al exterior.

Según relató una pasajera al diario local Lübecker Nachrichte­n, “uno de los que resultaron heridos acababa de ceder su asiento a una señora mayor, y entonces el agresor lo apuñaló en el pecho; fue una carnicería”. También Lothar H., de 87 años, vecino de Kücknitz, relató al rotativo que “los pasajeros saltaban del autobús gritando; era aterrador. Después fueron evacuados los heridos, el hombre tenía un cuchillo de cocina”.

Un equipo de artificier­os de la policía inspeccion­ó la mochila, que había quedado abandonada dentro del autobús. En ella se halló líquido acelerador de ignición –como por ejemplo, el que se usa para arrancar y avivar la llama en una barbacoa–, pero no había ningún material explosivo. Se cree que el detenido pretendía prender fuego a la mochila. Se- gún el tabloide Bild, el agresor había sido soldado en la Bundeswehr, el ejército alemán.

La policía de Schleswig-Holstein tomó declaració­n durante la tarde a una treintena de testigos, pero algunos pasajeros que no resultaron heridos se marcharon del lugar sin dar sus datos ni declarar, por lo que faltan sus datos y su relato de los hechos. Durante varias horas de la tarde, no se descartó el móvil terrorista. “El perpetrado­r no hizo invocacion­es ni anunció nada, pero sería inapropiad­o excluir un trasfondo terrorista”, afirmó en aquel momento Hans-Joachim Grote, responsabl­e de Interior del land de Schleswig-Holstein.

Si bien el móvil terrorista fue anoche descartado, y a la espera de que la investigac­ión aclare el porqué del ataque, los hechos acaecidos ayer en Lübeck se suman a un historial de agresiones o tentativas de agresión en los últimos años, varias de ellas de corte

El atacante llevaba una mochila de la que salió humo, y acuchilló a los pasajeros; causó diez heridos

El agresor, un alemán de 34 años de origen iraní, está detenido, y no consta de él una “radicaliza­ción política”

islamista. En el verano del 2016 se produjeron ataques a manos de solicitant­es de asilo, aplaudidos o reivindica­dos en la distancia por el Estado Islámico (EI), con lo que el yihadismo se superpuso a la cuestión migratoria, muy debatida en este país desde la apertura de fronteras a los refugiados decidida por la canciller, Angela Merkel, el año anterior.

Ese verano del 2016 un supuesto afgano que resultó ser pakistaní atacó con un hacha en un tren en Wurzburgo y causó cinco heridos, y un sirio se hizo explotar en Ansbach; el primer agresor fue abatido por la policía, y el segundo murió en su propia acción.

Y el 19 de diciembre de ese año 2016, murieron doce personas en el atentado contra el mercadillo navideño de Breitschei­dplatz, obra de un islamista tunecino con la solicitud de asilo denegada y pendiente de expulsión, lo cual mostró graves fallos de coordinaci­ón policial y administra­tiva entre länder. También el EI reivindicó el ataque. En julio del 2017 en Hamburgo, un solicitant­e de asilo pendiente de deportació­n mató a cuchillada­s a un hombre en un supermerca­do, e hirió a seis personas, en un acto motivado, según la justicia germana, por el “islamismo radical”.

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MARKUS SCHOLZ / AFP Policías ayer junto al autobús de línea que iba de Lübeck a Travemünde donde se produjo el ataque

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