Alarma en Alemania por un ataque con cuchillo en un autobús de Lübeck
Los investigadores no han hallado “evidencias de trasfondo terrorista”
Alemania ha revivido la alarma por los ataques callejeros indiscriminados con arma blanca después de que ayer tarde un hombre acuchillara a varias personas dentro de un autobús de línea en Lübeck, ciudad del land norteño de Schleswig-Holstein.
En el ataque resultaron heridas al menos diez personas, tres de ellas de gravedad, según informó anoche la fiscal jefe de Lübeck, Ursula Hingst, en una rueda de prensa junto a la policía regional. El agresor, un ciudadano alemán de 34 años de origen iraní, residente en Lübeck, fue detenido por los agentes desplazados al lugar tras haber sido reducido por los propios pasajeros.
Al atacar a las personas que estaban a su alrededor con un cuchillo con hoja de 13 centímetros, el hombre no profirió gritos ni invocaciones “No tenemos indicios de radicalización política de ningún tipo. Las circunstancias de los hechos no están claras”, declaró la fiscal. Los investigadores señalaron que “en este momento, no hay evidencias de trasfondo terrorista” en la acción violenta.
Los hechos ocurrieron hacia las dos de la tarde de ayer. Un autobús articulado de la línea 30 iba repleto desde Lübeck en dirección a Travemünde, localidad costera donde anoche comenzaba la fiesta del puerto, que dura una semana. A la altura del distrito de Kücknitz en Lübeck, el hombre depositó su mochila en el área articulada del vehículo, y de la mochila empezó a salir humo. El conductor lo vio todo por el espejo retrovisor, detuvo el vehículo y fue a interpelar al hombre. Entonces este le dio un puñetazo en la cara, y luego sacó un cuchillo y empezó a atacar a otras personas. En la refriega, el chófer consiguió accionar la apertura de puertas, y muchos de sus ocupantes escaparon al exterior.
Según relató una pasajera al diario local Lübecker Nachrichten, “uno de los que resultaron heridos acababa de ceder su asiento a una señora mayor, y entonces el agresor lo apuñaló en el pecho; fue una carnicería”. También Lothar H., de 87 años, vecino de Kücknitz, relató al rotativo que “los pasajeros saltaban del autobús gritando; era aterrador. Después fueron evacuados los heridos, el hombre tenía un cuchillo de cocina”.
Un equipo de artificieros de la policía inspeccionó la mochila, que había quedado abandonada dentro del autobús. En ella se halló líquido acelerador de ignición –como por ejemplo, el que se usa para arrancar y avivar la llama en una barbacoa–, pero no había ningún material explosivo. Se cree que el detenido pretendía prender fuego a la mochila. Se- gún el tabloide Bild, el agresor había sido soldado en la Bundeswehr, el ejército alemán.
La policía de Schleswig-Holstein tomó declaración durante la tarde a una treintena de testigos, pero algunos pasajeros que no resultaron heridos se marcharon del lugar sin dar sus datos ni declarar, por lo que faltan sus datos y su relato de los hechos. Durante varias horas de la tarde, no se descartó el móvil terrorista. “El perpetrador no hizo invocaciones ni anunció nada, pero sería inapropiado excluir un trasfondo terrorista”, afirmó en aquel momento Hans-Joachim Grote, responsable de Interior del land de Schleswig-Holstein.
Si bien el móvil terrorista fue anoche descartado, y a la espera de que la investigación aclare el porqué del ataque, los hechos acaecidos ayer en Lübeck se suman a un historial de agresiones o tentativas de agresión en los últimos años, varias de ellas de corte
El atacante llevaba una mochila de la que salió humo, y acuchilló a los pasajeros; causó diez heridos
El agresor, un alemán de 34 años de origen iraní, está detenido, y no consta de él una “radicalización política”
islamista. En el verano del 2016 se produjeron ataques a manos de solicitantes de asilo, aplaudidos o reivindicados en la distancia por el Estado Islámico (EI), con lo que el yihadismo se superpuso a la cuestión migratoria, muy debatida en este país desde la apertura de fronteras a los refugiados decidida por la canciller, Angela Merkel, el año anterior.
Ese verano del 2016 un supuesto afgano que resultó ser pakistaní atacó con un hacha en un tren en Wurzburgo y causó cinco heridos, y un sirio se hizo explotar en Ansbach; el primer agresor fue abatido por la policía, y el segundo murió en su propia acción.
Y el 19 de diciembre de ese año 2016, murieron doce personas en el atentado contra el mercadillo navideño de Breitscheidplatz, obra de un islamista tunecino con la solicitud de asilo denegada y pendiente de expulsión, lo cual mostró graves fallos de coordinación policial y administrativa entre länder. También el EI reivindicó el ataque. En julio del 2017 en Hamburgo, un solicitante de asilo pendiente de deportación mató a cuchilladas a un hombre en un supermercado, e hirió a seis personas, en un acto motivado, según la justicia germana, por el “islamismo radical”.