La Vanguardia

El letrado de Trump le grabó hablando de pagar por el silencio de una amante

- NUEVA YORK Correspons­al

Una de sus promesas fue que secaría “la ciénaga” de Washington”. Así lo repitió Donald Trump una y otra vez. Sorprendió a los conocidos. Si algo ha caracteriz­ado al hoy presidente de Estados Unidos ha sido su capacidad para jugar en ese terreno pantanoso entre lo legal y lo corrupto. Los críticos hallaron ayer más pruebas de las estrategia­s que el empresario prestó al político.

Michael Cohen, su abogado personal, descrito como el fixer o reparador de entuertos, grabó secretamen­te la conversaci­ón con el entonces aspirante republican­o, un par de meses antes de las elecciones, en la que hablaron del pago para callar a una modelo y exchica Playboy que aseguraba haber tenido un romance con el showman inmobiliar­io.

Karen McDougal afirmó que iniciaron su idilio –“me enamoré”– en el 2006, al poco de que Melania, la esposa de Trump y hoy primera dama, diera a luz a su hijo común. McDougal vendió su relato por 150.000 dólares al National Enquirer, cuyo propietari­o es uno de los buenos amigos de Trump y que adquirió “la exclusiva” para aplicarle la práctica del “hazte con un tema y mátalo”. Esto es, echarlo a la basura.

Fuentes de la Casa Blanca sostuviero­n, una vez que el The New York Times avanzó la noticia, que el presidente desconocía totalmente la existencia de esas grabacione­s. Cuando hace unos meses se desveló el asunto, el presidente negó la mayor y subrayó que no conocía a McDougal.

Que Cohen registrara sus conversaci­ones se interpretó como una clara evidencia del tipo de negocios en los que estaban metidos. El FBI se hizo con ese material en las entradas y registros realizados en Nueva York en las residencia­s y el despacho del letrado. La operación se realizó en un caso desgajado de la investigac­ión que desarrolla el fiscal especial Robert Mueller por la supuesta ayuda rusa a Trump.

A partir de las informacio­nes, en esa grabación se escucha a Trump y Cohen abordar el pago (separado del de Enquier ),ysilo han de hacer con talón o en metálico, que no deja rastro. Otro de los abogados de Trump, Rudy Giuliani, confirmó la grabación. Lo interpretó como “una prueba de inocencia”. Según su versión, al final no hubo abono.

Los fiscales tratan de determinar si se produjo una vulneració­n de las leyes federales respecto a la financiaci­ón de la campaña.

En su día, Cohen dijo que se dejaría pegar un tiro por Trump. Ahora, en cambio, parece dispuesto a colaborar con el FBI.

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