De Madrid al brillo
El ‘street style’ festivalero se respiraba nada más acceder al recinto del Mad Cool, que celebraba su tercera edición
Llevo unos días de celebración y mucho brillibrilli . El chupinazo, como quien dice, comenzó con la fiesta del 30º aniversario de Vogue, aquella revista que se ha convertido en un auténtico precepto de la moda nacional e internacional, una cabecera en la que sigue habiendo lista de espera para poder aparecer en sus páginas, y no es para menos, porque para ella, sus treinta sí que son sus nuevos veinte. Un cumpleaños de lo más cool en el que predominaron los destellos, la personalidad y ante todo el espectáculo. Kylie Minogue, ya no sé si es como el buen vino o si directamente el diablo es su mejor amigo, pero su divertida actuación e innato
sex appeal colapsó a los allí presentes.
Al mismo tiempo que Vogue bailaba al ritmo de la australiana, el barrio de Valdebebas abría sus puertas a otra cita realmente cool , el Mad Cool, el festival más multitudinario celebrado en nuestro país hasta el momento. Una tercera edición, no exenta de críticas por una caótica organización y dudosa gestión, pero con un balance positivo. Tres jornadas de experiencias y música de calidad al aire libre en un recinto que, a simple vista, podría parecer el mismísimo Coachella. Cien mil metros cuadrados ataviados con un almohadillado césped artificial, multitud de expositores patrocinadores con miras a hacer llegar sus productos al público, siete escenarios y mucha, mucha brillantez.
Su simbólica noria verde daba pulso a un macro evento al que tuve la oportunidad de asistir el último día. Una ristra interminable de rostros conocidos, hasta el ángel de Victoria’s secret, Alessandra Ambrosio, quisieron formar parte de un encuentro VIP sin precedentes. El
street style festivalero se respiraba nada más acceder al recinto. Me llamó la atención la influencia fitness en los estilismos de muchas de las asistentes; mayas de ciclista,
leggins cortados a modo bermuda, bandeaus propios de una clase de spinning, y todo tipo de calzado deportivo. Las botas cowboy y las riñoneras siguen siendo los emblemas mundiales de todo festival que se precie así como los ponibles crop tops y las prendas aflequilladas. El print animal, las Converse desgastadas, las transparencias, el color negro, un llamativo pintalabios rojo, cualquier falda de cuero, vestido
boho o un mono fresquito, irán siempre acordes con una cita musical de esta índole.
Acorde y espléndida, estuvo una de las divas de la industria musical del momento: Dua Lipa. La joven británica brilló, y no sólo por una actuación que eclipsó las incidencias acaecidas de los pasados días, si no por un
outfit sencillo pero poderoso: un dos piezas centelleante que estuvo a la altura de un cierre que el público se merecía.