“Acabamos llenas de morados”
Las catalanas Maica García y Paula Leiton forman la mejor pareja de boyas de Europa
No lo debería decir yo, pero creo que sí, que somos la mejor pareja de boyas de Europa”, sostiene con modestia Maica García (Sabadell, 1990), una de las figuras de las chicas de oro de Miki Oca y del CN Sabadell. A su sombra ha crecido, como una hermana pequeña, hasta pasarla ya en envergadura, Paula Leiton (Terrassa, 2000). Compañeras de club, vecinas de población, las torres gemelas del Vallès son la pareja más contundente de boyas del Europeo.
La estadística lo confirma: 23 goles suman entre las dos (12 Paula, 11 Maica), el 23% de la anotación de España (98) en los cuatro primeros partidos. Basta con verlas moverse en el agua para darse cuenta del fenómeno. Son una delicia. Dos jugadoras voluminosas –1,87 y 100 kg Paula; 1,88 y 90 kg Maica– moviéndose con la agilidad y rapidez de un caimán, y la fuerza y el olfato de un tiburón. Sus peleas con las defensoras rivales son antológicas. Pura lucha grecorromana en el agua. O como dice Paula, “somos como pívots que hacen judo acuático; estamos allí en medio, peleándonos con todo el mundo, en el centro del arco de ataque, que se mueve por ti, y tú te mueves por él, para que te puedan encontrar”. Para hallar una conexión especial como la que tienen con Helena Lloret, Judith Forca o Bea Ortiz, las máximas asistentes.
No cabe duda de que la posición de boya es la más sufrida del waterpolo. “Es contacto constante, es tener encima a una rival en cada momento, es fuerza y lucha por la posición con la adversaria, que no te toca un poco, es que no te deja respirar”, comenta García, una de las mejoras boyas del mundo, mejor jugadora de Europa 2014 y escogida 18 veces MVP (del Europeo, de la Champions, de la Liga, de la Copa y la Supercopa).
“Es la posición donde más recibes”, ilustra Leiton, que ya se sabe los trucos y picarescas. “Cuando llegas a la posición de boya nadando con la cabeza bajo el agua es lo peor que puedes hacer: te llevas un rodillazo o un puñetazo fijo”, cuenta. “Acabamos los partidos llenas de morados, con arañazos donde no sabrías que podrías tener... Pero si te gusta esta posición, la vives, disfrutas”, comenta Baby Maica, como la conocían cuando apareció por la selección con sólo 15 años en el Mundial de Kazán 2015, su debut en el equipo de Miki Oca.
En estos tres años, Leiton ha crecido exponencialmente como jugadora. Sobre todo con su protagonismo en el Sabadell y a raíz del Mundial 2017, en el que le tocó asumir más responsabilidad ante la ausencia de García, de verano sabático para descansar. “Se nota que ha tenido muchos minutos y que ha ganado experiencia”, dice Maica, que ve en su sucesora “un portento físico, de sólo 18 años, que ya es como yo... o un poco más grande. Y aún le queda por ganar experiencia y más técnica, conocer más el waterpolo y a las rivales, pero no le costará”.
Para Leiton, “tener a la mejor boya del mundo al lado cada día es un lujo, me ayuda mucho en el trabajo individual. Que me pueda coger a parte 15 minutos para mejorar la técnica va de puta madre”, suelta una expresiva Paula, que llegó al Sabadell con 16 años, fichada por Nani Guiu del CN Terrassa con la idea de construir una nueva Maica para el futuro. “Era una bestia parda, por sus condiciones, por su fuerza, su movilidad, y por su técnica”, explica el técnico barcelonés a este diario.
“Son muy grandes y son muy buenas técnicamente, por lo que es muy difícil marcarlas”, describe Guiu
Guiu da la clave de por qué son tan buenas: por su calidad técnica unida a su dimensión física. Leiton sacad e20a30kgy de 14 a18c malas mejores boyas del continente, como la griega Asimaki o la rusa Simanovich. “Paula y Maica son muy grandes, tienen mucha movilidad y son muy buenas técnicamente, por lo que es muy difícil marcarlas. Esto se ve en la explosividad de sus movimientos, en la velocidad de sus giros, en la potencia, la fuerza y la forma de acabar los movimientos, con un golpe de muñeca en el tiro o un cambio en el último instante”.