La Vanguardia

Brexit por accidente

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El paso del tiempo reduce el margen de maniobra de los negociador­es del Brexit, lo que puede derivar en un mal acuerdo que ni la UE ni el Reino Unido desean, por lo que el Foreign Office ha reclamado un cambio urgente de actitud.

El tiempo corre mucho más deprisa que las negociacio­nes sobre la salida del Reino Unido de la UE y este desajuste, que acabará por plasmarse el próximo mes de octubre, cuando Londres y Bruselas no alcancen un acuerdo, puede provocar un Brexit duro “por accidente”. Así lo anticipó ayer en Berlín Jeremy Hunt, el nuevo secretario del Foreign Office.

Hunt, en su primer viaje oficial desde que sustituyó a Boris Johnson, aconsejó desde Berlín al equipo negociador de Bruselas un cambio “urgente y drástico” de actitud para no acabar donde, al menos de manera oficial, nadie quiere acabar, es decir, con la salida del Reino Unido de la UE sin un acuerdo comercial.

Michel Barnier, que lidera las negociacio­nes en nombre de la UE, ha visto “elementos constructi­vos” en la última propuesta del Gobierno de Theresa May, pero cree que aún faltan muchas cuestiones por resolver.

May, que ayer visitó Newcastle y aprovechó para reunirse con representa­ntes sindicales, reiteró que intenta alcanzar un acuerdo que el Parlamento pueda votar favorablem­ente, pero también recordó que ha pedido a su Gobierno que acelere la planificac­ión para una salida dura.

El 52% del comercio del Reino Unido se realiza con la UE y nadie sabe a ciencia cierta cómo le afectará el Brexit. Los partidario­s de una salida dura aseguran que el golpe será sólo a corto plazo y que luego la economía británica, libre de las ataduras de Bruselas, podrá cerrar acuerdos comerciale­s mucho más favorables con terceros países.

Hunt mostró mucha firmeza en su primera comparecen­cia pública. “Creo que muchos en la UE piensan que si esperan lo suficiente, el Reino Unido cederá, pero eso no va a ocurrir”, dijo. Su homólogo alemán, Heiko Haas, insistió en el interés de Alemania en un Brexit ordenado.

Las dos partes se fijaron el mes de octubre como límite para alcanzar un acuerdo. De este modo habría tiempo para que los parlamento­s de los países miembros de la UE lo ratifiquen y todo esté listo para la salida del Reino Unido en marzo del 2019. Ahora, sin embargo, parece imposible que se resuelvan las diferencia­s de aquí a octubre. La frontera con Irlanda sigue siendo un escollo que parece insalvable.

El Fondo Monetario calculó la semana pasada que con la salida del Reino Unido, quinta economía del mundo, la UE perderá un 1,5% de su producción económica. La falta de un acuerdo parece claro que perjudicar­á a todos.

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