Venganza contra los jefes de inteligencia de Obama
El presidente Trump está explorando la vía para retirar “la autorización de seguridad’ a seis ex altos cargos de la inteligencia de EE.UU. en el gobierno Obama. En la lista, según informó la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, se encuentran: John Brennan y Michael Hayden (exdirectores de la CIA), Susan Rice (ex consejera seguridad nacional), James Comey (exdirector del FBI), Andrew McCabe (exvicedirector de FBI) y James Clapper (exdirector agencia nacional de inteligencia). Según Sanders, “politizan y monetarizan” su prerrogativa y el acceso a información privilegiada. Otros lo vieron como el movimiento de un autócrata para acallar voces que no le gustan –“no es más que una triste manera de venganza”, señaló Clapper en la CNN–, las voces de aquellos que son críticos con el presidente, en especial en el Rusiagate o la investigación que realiza el fiscal especial Robert Mueller por la presunta injerencia rusa a favor de la campaña Trump. Este anuncio no fue más que la culminación del ejercicio de trituración tuitera en coordinación con al cadena Fox. A pesar de decir que acepta los informes de inteligencia en que se indica que Rusia interfirió, ayer insistió en su Twitter que esa investigación es un montaje y una caza de brujas, requirió que se cierre “ya” el trabajo del “desacreditado” Mueller por cuanto esto es fruto “de la banda de Obama”. Todo esto a cuenta de los documentos desclasificados del tribunal que revisa y decide en las órdenes de investigación en cuanto a espionaje. Trump, haciéndose eco de la Fox, sostiene que empezó por un informe “falso” realizado por un espía británico. Esa afirmación es una falsedad más. Hay otras pruebas previas y el caso ya existía antes.