Un pistolero provoca el pánico en una zona de ocio del centro de Toronto
La policía investiga el móvil del ataque, que causa dos muertos y 13 heridos
Un tiroteo en plena calle acabó con la vida de una niña de 10 años y una joven de 18, e hirió a 13 personas más en la ciudad canadiense de Toronto el domingo por la noche. El ataque fue perpetrado por un hombre identificado por la policía como Faisal Hussain, de 29 años y vecino de Toronto, que apareció muerto al poco rato de cometer el ataque, aunque aún no se sabe si se suicidó o murió por los disparos de la policía. El móvil del atentado también es incierto, aunque los familiares del atacante informaron que siempre había tenido problemas de depresión y psicosis.
Según relataron ayer testigos y fuentes policiales, eran las diez de la noche cuando el agresor abordó la avenida Danforth a la altura del barrio griego de la ciudad (al noreste del centro histórico, tras cruzar el río Don). La lluvia había escampado y había dado paso a una noche de verano apacible, ideal para ir a tomar algo en los bares y restaurantes de esta zona de Toronto, los últimos años gentrificada por el alza del precio de la vivienda.
En un abrir y cerrar de ojos, el terror se adueñó de esta escena veraniega. Los vídeos de los testigos muestran cómo el individuo –vestido de negro y con una gorra de béisbol del mismo color– sacó un arma de un bolso que llevaba colgado en el hombro y empezó a disparar de forma indiscriminada contra los peatones y los comensales de los establecimientos Second Cup y Demetres Café. Sucedió todo muy rápido. Los testigos aseguran que se escucharon entre 20 y 30 disparos en pocos minutos. Andrew Mantzios, que había salido a tomar algo con sus amigos, contó a The Globe and Mail que el agresor tenía “esa expresión horrible en la cara”, que vio cómo disparaba “dos o tres veces a una mujer en la calle” y cómo luego recargó la pistola para seguir disparando. “La gente iba cayendo al suelo. Eran siete, ocho, nueve... Nunca había visto nada igual”. Otra testigo, Jessica Young, explicaba que en el Second Cup, el café donde se encontraba, todo el mundo se echó al suelo y nadie resultó herido pese a los disparos. Un poco más lejos, John Tulloch salía de su coche cuando oyó los tiros. “Pensaba que eran fuegos artificiales porque eran tiros muy rápidos. Vi como la gente empezaba a correr hacia donde estábamos”.
El agresor se marchó del escenario del crimen a pie. Al poco tiempo, varios agentes policiales lo abordaron e intercambiaron disparos con él. Fue hallado muerto en la misma avenida Danforth, a 100 metros del lugar donde se había encarado con la policía. Aún no está claro si se suicidó o si murió abatido por los agentes. La autopsia está programada esta mañana.
El tiroteo se llevó de inmediato la vida de una joven de 18 años residente en la ciudad y horas más tarde, la de una niña de 10 años, habitante de la zona metropolitana de Toronto. Ya había sido trasladada al hospital en estado crítico, aseguró el jefe de la policía, Mark Saunders. Otras 13 personas, de entre 10 y 59 años, resultaron heridas. Según fuentes del hospital donde fueron trasladadas, el St Michael’s, cinco de ellas ingresaron en condición grave o crítica y tres de ellas fueron sometidas a operaciones de urgencia.
La investigación del caso está dividida. Por un lado, la Policía de Toronto se encarga de las pesquisas relacionadas con el tiroteo, mientras que la muerte del autor de los disparos está siendo investigada por la Unidad de Investigaciones Especiales (SIU por sus siglas en inglés), al producirse tras un enfrentamiento con los agentes de policía. Aunque la Policía de Toronto se ha negado a especular sobre las motivaciones del ataque, el hecho de que la Policía Montada de Canadá no esté participando en la investigación puede indicar que de momento las autoridades no lo consideran como un atentado terrorista.
Varios líderes políticos enviaron ayer mensajes de pésame y consuelo a los familiares de las víctimas. Entre ellos, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, que tuiteó que “la gente de Toronto es fuerte, resiliente y valiente” y que estará ahí para apoyarles en este situación difícil.
El agresor, un hombre de 29 años, aparece muerto aunque se desconoce todavía si se trata de un suicidio