Un veto de 28 años
La Generalitat da respuesta a una demanda histórica del ganadero y acaba con la prohibición siguiendo los pasos de países como Italia
La comercialización de leche cruda a granel fue prohibida hace veintiocho años en España. Una medida adoptada entonces por prevención sanitaria. Pero las instalaciones ganaderas de hace tres décadas nada tienen que ver con las actuales explotaciones lecheras. Ni tampoco los controles, mucho más exhaustivos, que tendrán que pasar las granjas y establecimientos que quieran vender a partir de ahora leche cruda directamente al consumidor que busca este producto.
“Para las granjas no supone ningún problema, no tienen nada que ver con las de hace 30 o 40 años, han realizado un esfuerzo enorme, las mejoras de las condiciones han sido espectaculares”, destaca Carmen Vidal, coordinador del Máster en Seguridad Alimentaria (UB). Para el Departament d’Agricultura, Ramaderia, Pesca i Alimentació todo es cuestión de sentido común. Y se recuerda que la norma que acaba de aprobarse en Catalunya está ya vigente en otros países como Italia, Francia o Gran Bretaña. El Ministerio de Sanidad tiene sobre la mesa un borrador para seguir esos mismos pasos en toda España.
“En Italia ha habido problemas, se han producido intoxicaciones”, alerta Sílvia de Lamo (URV), experta en nutrición y seguridad alimentaria.
La Generalitat no esconde la sorpresa por la contundencia de algunas de las voces contrarias a esta comercialización. Y más cuando se estima que la venta de leche cruda no pasará de ser, al menos en esta primera fase de puesta en marcha del decreto, un hábito casi testimonial. “La persona que busca esta leche sabe muy bien lo que compra y por lo tanto es lógico pensar que conoce los pasos a seguir antes de su consumo”, afirma la consellera d’Agricultura, Ramaderia, Pesca i Alimentació, Teresa Jordà. Y por otro lado, continúa Jordà, “las explotaciones que la comercializarán se apuntarán a este nuevo mercado porque creen en el mismo, lo que hace presumir que serán los primeros interesados en cumplir con todos los requisitos, que son muchos, exigidos para vender esa leche”.
En ningún momento se ha pretendido, recalca Joaquim Xifra, subdirector general de Ramaderia, “plantear este nuevo mercado como una competencia a la industria convencional”. Lo que ha hecho el Govern, tras estudiar todos los riesgos sanitarios y aplicar las medidas necesarias para garantizar la seguridad del consumidor, “es dar respuesta a una vieja demanda del sector ganadero, que pedía poder comercializar este producto directamente, sin intermediarios”, añade. Y también atender la demanda de consumidores que buscan este producto por sabor y valores biológicos.
Jordà sostiene, asimismo, que el momento para aprobar este decreto “no podía ser más adecuado”. La titular de Agricultura i Ramaderia recuerda que Catalunya está en estos momentos “libre de brucelosis bovina” o cualquier otra enfermedad que afecte al ganado y pudiese poner en duda la calidad de la leche.
A esta buena salud sanitaria de vacas y terneros hay que añadir, recalca Jordà, “los avances tecnológicos y mejoras higiénicas en las explotaciones ganaderas”. La Generalitat busca también revalorizar el sector lácteo catalán, acercar los productos locales y rurales a la ciudad, aumentar los vínculos entre consumidor y productor y fomentar el negocio de una industria, como es la lechera, que en los últimos años no ha sido todo lo boyante que querrían los empresarios ganaderos.
En estos momentos hay en toda Catalunya catorce explotaciones dadas de alta para este comercio directo con el consumidor, aunque no todas están operativas. El Departament d’Agricultura i Ramaderia aún no se atreve a aventurar si en las próximas semanas se van a sumar más granjas a esta actividad. Así que, en esta primera fase de puesta en marcha del decreto, la venta de leche cruda será una opción muy exclusiva.
“Para las granjas no supone ningún problema, no tienen nada que ver con las de hace 30 o 40 años”