Cobro de cuentas pendientes de Lyon
El gánster francés Raymond Vaccarizi fue asesinado por un francotirador en la cárcel Modelo
Este parece el argumento de una película de serie negra francesa, de aquellas de Jean Gabin o Alain Delon. Vean: a Raymond Vaccarizi le conocían como el caid de Lyon; dominaba los bajos fondos de esta ciudad y era el enemigo público número 1 de la policía de la ciudad. Su reinado terminó en Barcelona el 14 de julio de 1983, cuando un francotirador contratado por un líder rival del hampa lionesa le mató de dos disparos cuando estaba asomado a la ventana de su celda en la cárcel Modelo.
Raymond Vaccarizi nació en Marnia, Argelia, el 15 de septiembre de 1950; tal vez de este origen se derivó el alias del caíd. Según la policía francesa, en el año 1977 ya era el amo de la criminalidad de Lyon; especialmente de la prostitución y el proxenetismo, a pesar de que no le hizo ascos a los atracos. Y mantenía su reino sin titubear: a dos proxenetas rivales los ajustició de sendos disparos en la cabeza y luego quemó los cuerpos.
A finales de 1982, la policía francesa asestó varios golpes a su organización consiguiendo detener a 33 de sus soldados, y él mismo escapó al cerco al que le sometieron tirándose por una ventana mientras disparaba las armas que portaba. El caíd se refugió en Barcelona junto con cuatro hombres de su confianza, a la espera de recuperar su monarquía en Lyon.
En marzo de 1983, policías españoles le localizaron en un piso de la Rambla de la Muntanya, 37. Vaccarizi no se resistió. El caíd fue a parar a la Modelo; a una celda de la segunda planta de la tercera galería. Un día, confesó a uno de sus guardaespaldas que no le gustaba el sitio, porque le podían disparar desde la azotea de enfrente. Lo que no sabía era que este hombre se había pasado a una facción rival del hampa lionesa, que materializó sus temores: el 14 de julio de 1984, a las once y media de la noche, se asomó al ventanuco para hablar con su mujer (algo que era habitual en aquellos tiempos en la cárcel) y un tirador de élite le alcanzó con dos disparos desde la terraza que tenía delante.
El francotirador fue arrestado en Francia ese mismo año y lo confesó todo: que el crimen estaba relacionado con la guerra de los bajos fondos de Lyon, quién era el sustituto de Vaccarizi y cómo le mató. De nuevo, los responsables fueron localizados en España, incluido el nuevo rey del hampa. Tras ser condenados por la Audiencia de Barcelona por el asesinato, fueron absueltos por el Tribunal Supremo, que no consideró válida la confesión. Será que no dejó su oficio, pero su exsicario y quien dio la pista para matarle fue detenido de nuevo en España en enero de 2012, cuando ya era sexagenario, por otro crimen a precio.
Era real, no un filme: 1984, las cuentas pendientes de Lyon se cobraron en Barcelona.