La Vanguardia

¡Y tanto que llego a París!

- Marc Soler

El primer día de Alpes, después del descanso, me costó, la verdad. Quizás por no estar habituado. En La Colombière lo pasé mal. El segundo ya fue mejor y pude ir escapado y ayudar a Alejandro. Y finalmente el tercero, en el Alpe d’Huez, tiré y todo. El equipo me anima y está satisfecho, están contentos. Tengo que asimilar todo lo que supone el Tour. Ya lo explicaba hace una semana: el ritmo, la velocidad, la tensión, que es tremenda. Aquí nadie quiere perder nada. Os aseguro que hay que verlo desde dentro, quizás en la televisión parece que mira que bien que van todos juntitos y nada más, que no hay para tanto, pero la tensión es absoluta y no te acostumbra­s hasta que no lo vives.

Me siento satisfecho también de no haber caído ninguna vez, es uno de los propósitos que me había hecho, salvar todos los días sin caer para llegar bien a la montaña, porque una caída castiga mucho, puede pasar mucha factura, como hemos visto en otros corredores. Pero esto es una locura, fijaos en que el domingo, entre los de la escapada, pero ya sin opciones de victoria, pues también hubo una caída a poco de meta. ¡Una caída luchando por el décimo puesto! Y con consecuenc­ias porque Pauwels ha tenido que abandonar con fractura de codo.

Alguien me ha dicho que estoy haciendo un máster, y es cierto. Esto, para mí, es por encima de todo un aprendizaj­e. Un ejemplo: en la última etapa, cuando iba en la escapada del día, gasté demasiado al principio y después en la subida me pasó factura y no pude ir con el grupito de ocho que se montó. Porque esta es otra: hay que meterse en la fuga buena, sí, pero cuando estás ahí ves la gente que tienes alrededor y... ¡son todos buenísimos! Lo comentábam­os el otro día con Omar Fraile, el ganador en Mende, que todo esto es la locura. ¡Es tan difícil ganar una etapa aquí!

Otro caso, el de Geraint Thomas. Lo tuve enfrente no hace mucho en el Dauphiné, una carrera que él ganó. Iba muy rápido, la verdad. ¡Pues ahora es otro corredor! Es aún más fuerte, como si hubiera subido un punto más.

A partir de este martes tocan las etapas de los Pirineos, donde estamos más cerca de casa. Conozco el Tourmalet, ya lo he subido. Y es duro, pero la verdad, viniendo de los Alpes... Tenemos que seguir luchando, aunque el Sky está muy fuerte. Pero queda una semana y tenemos que esperar a ver si fallan. Verlos a todos tan fuertes desanima un poco, pero es lo que hay y no nos podemos dar por vencidos. Ahora me toca trabajar la última semana, quedan días duros. Pero me siento con fuerza para hacerlo... y para llegar a París. ¡Y tanto que llego!

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