El jefe que viene
Alberto Munárriz (24) ejerce ya de líder en la renovada selección española que busca hoy su primera semifinal en 9 años
Alberto Munárriz Egaña, 24 años, tiene cara de buen chaval, con un punto de inocencia pese a sus imponentes 1,97m y 105 kg. Nada más lejos de la realidad. Hace tiempo que dejó de ser Chuletón para convertirse en Muna para sus compañeros, el nuevo jefe que empieza a lucir galones en la renovada selección española que hoy busca ante Grecia volver a una dimensión olvidada: meterse en unas semifinales de un gran torneo (Europeo, Mundial y Juegos Olímpicos) por primera vez en 9 años. Desde el Mundial 2009 España no pelea por los metales; 10 campeonatos sin pasar de cuartos...
“Recuerdo aquel Mundial de Roma, las semifinales, la final, la prórroga... Me gustaba mucho el waterpolo, veía muchos partidos. En el 2009 pasé de ver aquella final en mi casa, con 15 años, a tener la suerte de jugar el Mundial 2013 con muchos de aquellos jugadores, mis ídolos: Xavi Garcia, Molina, Minguell, Felipe Perrone... En cuatro años pasé de animarles a jugar con ellos”, explica a este diario Munárriz, que siendo un niño decidió cambiar a tiempo de deporte: “Dejé el fútbol por el waterpolo... Hacía mucho deporte. Jugaba a fútbol, a tenis y a pádel a la vez. Era un poco movido. Pero llegó un día en que me aburrí del fútbol y me pasé al waterpolo, que veía jugar en el club de al lado de mi casa, en el Larraina, del que era socio. Además, mi padre [Alberto, como él] fue portero de waterpolo”. Ecuación resuelta.
Su progresión fue meteórica al dejar el WP Navarra y marcharse solo a Barcelona, con 19 años, fichado por los hermanos Martín, Chus y David –el seleccionador–, para el Atlètic Barceloneta. “Me vino muy bien salir de casa. Hoy en día se vive en una zona de confort, en casa te lo hacen todo, estás protegido. El Barceloneta me trató muy bien, Fran Fernández me acogió en su casa, fue como un padre; tiene 8 años más que yo y me fue guiando”. Después del Europeo, para descanso de Fran, Alberto se emancipa.
En estas cinco temporadas en el club marinero, Munárriz, además de ganarlo todo (incluida la Champions), se ha hecho mayor como waterpolista. “Sin duda, entrar en la selección con 19 años y su paso al Atlètic Barceloneta fue muy importante porque le dio la oportunidad de disputar competición europea y partidos de gran nivel. Su maduración sigue el camino correcto. Estoy convencido de que ya es uno de los cracks del circuito mundial, y que puede ser mucho mejor”, comenta David Martín a La Vanguardia .Lo corrobora su aparición entre las 11 Stars que recoge el programa oficial del Europeo que elabora la LEN.
¿Estamos ante el líder del futuro de España? “No, desde que llegó, Alberto demostró que es un líder, siempre lo ha sido”, afirma Martín. “Es un jugador muy importante para nosotros, y los rivales lo saben; las defensas las plantean por él”. Y más con el cambio táctico que ha introducido el seleccionador tras los Juegos Mediterráneos, viendo las dificultades con el gol que España tenía con un sistema que primaba la solidez defensiva. Martín optó por liberar de tareas de contención a Felipe Perrone y a Munárriz, sus mejores artilleros.
“Llevamos una estructura de equipo un poco pensada para él, en la que no tenga que hacer demasiadas tareas defensivas para que esté más fresco en ataque”, sostiene Martín. “Hay posiciones como la defensa de boya que desgastan mucho, y no te permite tener la misma claridad y fluidez cuando atacas; ahora me toca jugar más en ataque, y yo encantado”, añade Munárriz, que con más presencia ofensiva se ha destacado como máximo goleador español (7/16 en tres partidos), con el joven boya Roger Tahull.
Aunque Munárriz no es sólo goles. “Es el waterpolista del futuro: es un jugador polivalente, capaz de jugar en todas las posiciones, en la línea hacia donde va este deporte”, comenta Martín, culpable en buena parte de la evolución del navarro. “Cuando llegó al Barceloneta era un defensor de boya nato; con los años ha mejorado técnicamente, se fue convirtiendo en un todoterreno, que tanto podía defender a la boya –porque es muy fuerte– como atacar en doble boya, aprendió a leer las situaciones de partido y se sabe importante en los momentos decisivos, como Perrone. Eso lo convierte en el jugador que cualquier entrenador quiere en su equipo”.
Un jefe de 24 años con el que España espera hoy superar la frontera de cuartos ante Grecia. Y empezar a soñar con una medalla. “Si somos fieles a nuestro estilo podemos luchar con cualquiera”, dice con optimismo Alberto.
LA OPINIÓN DE DAVID MARTÍN “Es el waterpolista del futuro; estoy convencido de que ya es uno de los cracks del circuito mundial”
DOS CAMBIOS A TIEMPO
“De niño dejé el fútbol por el waterpolo porque me aburría, y con 19 acerté al ir a jugar al Barceloneta”