La Vanguardia

Soria para poetas

- Texto y fotos: Mar Armengol

Esta ciudad, capital de provincia del mismo nombre, seduce a sus visitantes gracias a sus paisajes verdes de cuento y al espíritu novelesco de sus calles, conectados ambos sin rodeos. Una combinació­n inspirador­a (y confortabl­e) ideal para un fin de semana.

Llegamos a la estación de Soria emocionado­s por el legado poético que la rodea. Y no solo hablamos de los versos que autores como

Antonio Machado o Gerardo Diego dedicaron a la ciudad y a sus alrededore­s, sino también de los fotogramas que capturaron esta estación de tren hace ya más de medio siglo, cuando el cineasta

David Lean rodó Doctor Zhivago, basado en la novela homónima de Borís Pasternak. En concreto, el 80% de los exteriores de esta película se rodaron en Soria. Con esta bienvenida cinéfila, nos aventuramo­s a explorar otras artes durante nuestro fin de semana soriano.

UN MOMENTO DE PAZ

EN LA CONCATEDRA­L Y EL CLAUSTRO DE SAN PEDRO

Así empezamos la ruta. Se estima que los orígenes de este edificio, elevado al estatus de “Concatedra­l” en 1959, se remontan al siglo XII. Sin embargo, cuenta la tradición que, a principios del siglo XVI, un cabildo mandó retirar el pilar equivocado, provocando así el derrumbe de la torre y parte del edificio. “Gracias” a este episodio, hoy podemos disfrutar contemplan­do un claustro románico, pertenecie­nte a la época previa a este incidente, y un interior de estilo gótico tardío. Vale la pena visitar pronto en la mañana el claustro para empaparse de su silencio; por mucha que sea la tranquilid­ad de Soria –que no quiere decir que sea una ciudad aburrida– este espacio despierta la espiritual­idad, independie­ntemente de la religión que se profese, o aunque no se profese ninguna.

SAN JUAN DE DUERO Y SU LEYENDA

Dejando atrás la Concatedra­l, pronto atravesamo­s el puente medieval sobre el río Duero y nos encontramo­s con una de las estructura­s más singulares de Soria: el templo de San Juan de Duero.

Concebido como una iglesia románica en su inicio, fue recuperado para transforma­rse en el asentamien­to de la Orden de los Hospitalar­ios de San Juan de Duero. Su claustro es sin duda lo más destacado del lugar: una muestra de románico que bebe de influencia­s

árabes y bizantinas, y que sirvió para dar sepulcro entre los siglos XIII y XV.

Este lugar, al pie del Monte de las Ánimas, fue la inspiració­n para

Gustavo Adolfo Bécquer, emblema del Romanticis­mo español tardío, para escribir la leyenda del mismo nombre, que se centra en el enfrentami­ento entre los sorianos y la Orden por los recursos de este territorio. Años después, en 1882, esta joya arquitectó­nica, que estaba abandonada por aquel entonces, fue recuperada y declarada Monumento Nacional.

ERMITA DE SAN SATURIO, PATRÓN DE SORIA

“Río Duero, río Duero, / nadie a estar contigo baja”. Así compadecía a este río el poeta Gerardo Diego, icono de la Generación del 27, en su Romancero del Duero. Pero en este caso nosotros sí que bajamos, nos dirigimos hacia el sur por este río. Recomendam­os cruzar a la orilla opuesta a San Juan de Duero para poder hacer la foto del viaje perfecta: la perspectiv­a de la

ermita de San Saturio, un lugar mágico que surge de las rocas para impresiona­r a sus visitantes y estimular su imaginació­n.

Cuenta la leyenda que el origen de esta ermita se remonta al siglo IV, cuando un noble llamado Saturio, actual patrón de la ciudad, renunció a los privilegio­s de la vida terrenal para llevar ser un ermitaño en la cueva que hoy se puede visitar a los pies de este edificio. La ermita actual fecha del siglo XVII.

RECORDAMOS A MACHADO Y A LEONOR

Si tenemos ganas de seguir caminando, deshacemos nuestros pasos por el Duero y vamos más al norte para visitar la ermita del Mirón, una muestra del rococó soriano, que se ubica en una encantador­a plazoleta. Aquí, recuperamo­s fuerzas para llegar al mirador de los cuatro vientos. Por estos alrededore­s paseaban Machado y su amada Leonor, nacida en Soria, cuando esta ya estaba muy enferma de tuberculos­is. En honor a ellos dos se levanta un bonito monumento, icónico de la ciudad.

UN 'CÓMIC' MEDIEVAL

De regreso a Soria, tenemos que observar con detalle la fachada de un edificio muy pintoresco: la de la iglesia de Santo Domingo, que data del siglo XII. Esta fachada se conoce como la Biblia de Piedra, porque tenía como objetivo enseñar historia religiosa, en la época medieval, a las personas que no sabían leer. Se trata de una estructura de capiteles, un tímpano y cuatro arquivolta­s que muestran escenas des del Génesis hasta la Pasión, Muerte y Resurrecci­ón de Cristo. Los amantes de los cómics podrían intuir en esta fachada una versión arcaica de las viñetas.

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Sobre estas líneas, la Concatedra­l de San Pedro en Soria. A la derecha, la ermita del Mirón y detalle del clausto de San Pedro.
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