La Vanguardia

Amberes ciudad barroca

- Texto: Clara Arnedo. Fotos: Kris Ubach

Amberes es la gran capital del barroco, pero también es la segunda ciudad de Bélgica y su mayor puerto. Una ciudad que merece la pena visitar mientras seguimos los trazos que la vida y obra del genial artista dejó en la bonita población belga en un recorrido lleno de arte y de historia. El itinerario sobre la vida y obra de Rubens forma parte de una de las muchas actividade­s que la Amberes barroca propone para celebrar la gran exposición sobre el barroco. La ciudad se impregna de este estilo artístico en todas sus facetas, un estilo que se desarrolló aproximada­mente entre el 1600 y hasta el 1730. Un recorrido por la ciudad del año barroco nos acercará un poco más a los secretos de la esplendoro­sa Amberes comercial donde el pintor de origen alemán paso la mayor parte de su vida.

El punto de salida de la ruta por la Amberes de Rubens es la Groenplaat­s, la gran plaza donde se eleva la escultura de bronce del pintor. El alemán se trasladó a vivir a Amberes con apenas 19

años y a partir de aquí estableció una relación con la entonces importante y comercial ciudad flamenca erigiéndos­e en uno de los

principale­s pintores de la afamada escuela flamenca. Tras pasar unos años en Roma, Rubens regresó a Amberes donde pasaría el resto de su vida, convirtién­dose no solo como un importante pintor de la nobleza sino también en diplomátic­o, arquitecto e intelectua­l.

EN LA CATEDRAL GÓTICA

Muy cerca se haya la Handschoen­markt, la plaza donde se eleva la catedral gótica de Nuestra Señora, que con su torre de 123 metros es el edificio gótico más alto de todos los Países Bajos. Su interior alberga cuatro valiosas obras de Rubens, entre ellas La asunción de la virgen que preside el altar de la catedral y con la cual ganó a su propio maestro Otto van

Veen en el concurso para escoger el cuadro que tendría que ocupar tan privilegia­do espacio. Se puede palpar el gran talento del joven artista con tan solo dar una ojeada al dramatismo barroco de los otros cuadros que brillan con luz propia en el templo catedralic­io. El recorrido sigue por las bonitas calles que rodean la Catedral y la conectan con la plaza más típica de la elegante ciudad flamenca, la Grote Mark. Esta coqueta plaza, ubicada al lado de la catedral, es el lugar perfecto para hacer un alto en el camino y disfrutar de una rica cerveza. Acordonada por edificios de bonitas fachadas renacentis­tas, donde sobresale especialme­nte el ayuntamien­to. Muchos de estos edificios guardan la memoria de las antiguas sedes de las casas gremiales, culminadas por los símbolos de dichos gremios. En medio de la plaza el monumento del gigante Antigoon y el soldado Brabo representa la leyenda que bautiza la ciudad. Antwerpen significa algo así como lanzar la mano. Cuenta la leyenda que en la época romana, cuando el gigante Antigoon dominaba la ciudad, cortaba la mano a todos aquellos que no podían pagar las tasas que permitían cruzar el puente sobre el río Esclada. Pero el soldado Bravo le plantó cara y consiguió deshacerse de él, liberando Amberes del malvado gigante y lanzando su gran mano al río, como hacía él con sus víctimas.

PROLIJA OBRA

El itinerario conduce ahora hasta otra iglesia estrechame­nte vinculada a la vida de Rubens, la de San

Pablo, pertenecie­nte a la orden de los dominicos. Y es que el interior de la iglesia cobija una serie de cuadros de artistas flamencos que representa­n el camino del Rosario. Cuadros de nombres de paletas tan virtuosas como Jordaens, Van

EL ARTIS TA ALEMÁN, QUE SE TRASLADÓ A VIVIR A AMBERES CON 19 AÑOS, ES UN O D E LOS PRINCIPALE­S N OMBRES D E LA AFAMADA ESCUELA D E PINT URA FLAMENCA

Dyck o el mismo Rubens cuelgan de las paredes de esta singular iglesia. En plena época de la Contrarref­orma Rubens cubrió un importante papel a la hora de pintar imágenes religiosas que habían sido prácticame­nte eliminadas con la iconoclast­ia de la revolucion­aria reforma luterana.

De obligada visita es la plaza Hendrik Conscience­plein con la iglesia de San Carlos Borromeo cuya fachada muestra el esplendor del barroco más imponente y en cuyo diseño participó el polifacéti­co Rubens influencia­do por el despampana­nte barroco italiano. También su interior conserva un cuadro firmado por Rubens, El retorno de

la Sagrada Familia de Egipto. Muy cerca se haya la igualmente impresiona­nte biblioteca Hendrik Conscience que colabora con el año del barroco mostrando algunos libros y documentos del periodo. Una ocasión excelente para ver los entresijos de este antigua biblioteca que solo abre cuando se organizan exposicion­es o visitas guiadas. Reflejo de la Contrarref­orma son las más de 150 estatuas de la virgen que decoran muchas esquinas

de la ciudad. Acompañan al paseante hacia el siguiente punto de la ruta, de nuevo, una iglesia, en este caso la que fue la parroquia del pintor, la iglesia de Santiago, aunque frecuentab­a otros templos para las misas de domingo. Casado dos veces, Rubens tuvo tres hijos con su primera esposa, Isabella Brant y cinco con la segunda, Helena Fourment. Justo detrás del coro se haya la capilla funeraria de la familia de Rubens y su propia tumba, donde reza un epitafio del que fue alcalde de la ciudad Nicolaas Rockox que define muy bien la personalid­ad: “Supo hacerse útil para su tiempo y para el futuro”.

LA CASA DEL ARTISTA

El año Rubens es la excusa ideal para descubrir la ciudad barroca donde vivió el pintor alemán. Especialme­nte importante vinculada al artista es la casa donde residió, en el número 9 de la calle Wapper. Bajo el título Rubens Return (Rubens retorna), la colección habitual se ha ampliado con obras de sus aprendices y coetáneos, así como pinturas destacadas de Rubens que se exhiben por primera vez en el lugar donde fueron concebidas por el artista. Es el caso del famoso Martirio de San

Andrés, un cuadro que la iglesia madrileña de San Andrés de los flamencos a cedido a Amberes durante este 2018, y que fue encargado por un comerciant­e flamenco afincado en Madrid al famoso pintor alemán. Y de uno de sus autorretra­tos, recienteme­nte restaurado, que nos muestra un Rubens más informal y a la vez, la personalid­ad del autor, tal y como a él le gustaba ser visto, como un distinguid­o caballero seguro de si mismo. También está siendo restaurado el jardín, en concreto su pórtico y pabellón. Está previsto que a finales de año la gran puerta barroca, diseñada por el propio Rubens vuelva a mostrarse con todo el detalle con la que la concibió el artista. Mientras se puede subir a los andamios que lo cubren y observar en directo las obras de restauraci­ón. Tras la obligada visita a la casa de Rubens el itinerario se dirige nuevo hacia la parte más antigua de la ciudad para pararse ante uno de los museos más importante­s de Amberes, el Plantin-Moretus, una antigua imprenta que fue pionera en el mundo occidental y que habla del auge del negocio editorial en la Amberes comercial. De hecho, conserva la única imprenta de los tiempos del Renacimien­to. Balthasar Moretus tuvo una estrecha relación de amistad con Rubens con el colaboró en muchas ocasiones haciendo de altavoz a su ya afamado nombre. A partir de octubre y hasta finales de año mostrará la exposición Barroque

Book Design, que se focalizará en el diseño editorial que tanto peso tuvo en Amberes en este siglo dorado. Cuestiones tan interesant­es como la relación entre editores y artistas, como fue la que mantuviero­n Rubens y Balthasar Moreus, salen a la luz en está interesant­e exposición.

Cerca del río Escalda se levanta la última de las iglesias relacionad­as con la vida y obra del pintor barroco. Se trata de la iglesia

de San Andrés, que fue la iglesia más cercana y de referencia para Rubens y su hermano una vez se instalaron en la vecina casa de su madre enferma tras el viaje del pintor a Italia. Sobre su altar se muestra una de las piezas del maestro de Rubens, Otto Van Veen, El martirio de San Andrés.

El cuadro del Van Veen, que representa la temática que años más tarde Rubens pintaría de nuevo, sirve para comparar ambos artistas y dilucidar la evolución hacia un barroco cada vez más denotado en los pinceles del discípulo.

LA MISTERIOSA WAUTIER

Ya junto al río merece la pena acercarse hasta el MAS, Museo

aan Stroom (Museo en la corriente). Este interesant­e centro cultural enclavado a orillas del río en un moderno edificio de piedra arenisca y cristal se suma al año Rubens con una exposición sin duda interesant­e sobre una de las pocas pintoras mujeres que hubo en el periodo barroco, Michaelina Wautier. Una mujer misteriosa de cuya vida se conoce poca y cuya paleta fue tan polifacéti­ca como

rompedora. Además de pintar retratos o obras de género, se atrevió con piezas históricas de gran escala, temas religiosos y escenas de la vida cotidiana. La exposición se alargará hasta principios de septiembre.

Y con el Escalda fluyendo a los pies del edificio se cierra la ruta por esta siempre vibrante Amberes repleta de historia y arte.

 ??  ?? El centro de Ámberes dibuja una hermosa estampa para cualquier viajero que acuda por primera vez a la ciudad.
El centro de Ámberes dibuja una hermosa estampa para cualquier viajero que acuda por primera vez a la ciudad.
 ??  ?? La Casa Rockox es una antigua residencia de la familia Rockox y un museo privado.
La Casa Rockox es una antigua residencia de la familia Rockox y un museo privado.
 ??  ?? El museo Plantin-Moretus conserva la única imprenta de los tiempos del Renacimien­to.
El museo Plantin-Moretus conserva la única imprenta de los tiempos del Renacimien­to.
 ??  ?? Las fachadas escalonada­s de las casas gremiales son un símbolo belga.
Las fachadas escalonada­s de las casas gremiales son un símbolo belga.
 ??  ?? La Rubenshuis era la casa-taller de Peter Paul Rubens durante sus últimos 29 años de vida.
La Rubenshuis era la casa-taller de Peter Paul Rubens durante sus últimos 29 años de vida.
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