Pakistán se inclina por Khan tras unas elecciones sangrientas
Un atentado con 31 muertos, colofón a la campaña electoral más dura
El exjugador de cricket Imran Khan puede ser el ganador de unas elecciones excepcionalmente violentas en Pakistán. Si la campaña electoral estuvo marcada por enfrentamientos partidistas, por homicidios y por atentados, uno de ellos en un mitin causando la muerte de 149 personas, incluido un candidato, en la jornada de ayer un terrorista suicida se abalanzó en una moto contra una multitud que esperaba para votar ante un colegio de Queta, matando a 30 personas. Unos 371.000 soldados custodiaron sin embargo ayer los colegios electorales, cinco veces más que en las últimas legislativas, en el 2013.
Será, pues, una victoria triste si el centrista Khan se alza con el triunfo, aunque sus partidarios ya lo celebraban horas antes de conocerse los resultados. Con un 20% del voto nacional escrutado, el partido de Khan (PTI o Movimiento por la Justicia de Pakistán), obtenía 105 escaños sobre un total de 272 en la Asamblea Nacional. Su más directo competidor, Shehbaz Sharif (PML-N, o Liga Musulmana de Pakistán), lograba 71 escaños. El conservador Sharif y los líderes de otros partidos habían reclamado, en vano, que se prolongara una hora la votación debido a las largas colas que había al cierre de los colegios, las seis de la tarde.
Shehbaz Sharif, que es hermano del ex primer ministro Nawaz Sharif, encarcelado por corrupción, no se lo pondrá fácil a Khan si el resultado es ajustado. Tiene muchas quejas sobre el proceso electoral y además acusa al antiguo deportista de ser un títere de la casta militar, dueña y señora del país en sus 71 años de historia. De hecho estas elecciones son tan solo las segundas en que el relevo en el poder político se realiza entre civiles. Tercero en discordia es Bilawal Bhutto Zardari, hijo de Benazir Bhutto, la primera ministra asesinada en el 2007, con su formación histórica de izquierda, el Partido Popular de Pakistán.
Aparentemente, Imran Khan era el favorito, pero la familia Sharif tiene un vivero de votos en la provincia de Punyab, la más poblada, que aporta 141 escaños.
En términos territoriales, en un país tan complejo como Pakistán, dos aspectos destacan en estas elecciones. El positivo, que en el norte del conservador Waziristán –en su día feudo de los talibanes– las mujeres votaron por primera vez. Y en otras circunscripciones desafiaron el veto de los consejos de ancianos, que se oponían a una resolución de la Comisión Electoral según la cual los comicios se declararían nulos si el voto femenino no alcanzaba el 10%. En el 2013 hubo candidatos que fueron elegidos sin el voto de una sola mujer.
La nota negativa, y preocupante, es lo sucedido en Baluchistán. A la masacre del mitin del 13 de julio que costó al vida al candidato Siraj Raisani se suman el atentado de ayer en Queta y los asesinatos de chiíes, todo ello atribuido al Estado Islámico. El martes, un convoy militar con material electoral fue tiroteado, y ayer hubo amenazas contra candidatos y centros de votación. En este panorama, la Comisión Electoral suspendió la conexión a internet e incluso la telefonía móvil en varios distritos de Baluchistán.
Las mujeres votan en Waziristán por primera vez y desafían el veto de los ancianos en varias circunscripciones