La Vanguardia

Ca l'Alier renace para albergar la innovación

Acaban los trabajos de rehabilita­ción de la fábrica que será la sede del Centro de Innovación Urbana de Barcelona, un espacio para compartir conocimien­to y experienci­as sobre 'smart cities'

- Pilar Maurell

Barcelona cuenta con el nuevo Centro de Innovación Urbana en Ca l’Alier, una antigua fábrica del Poblenou totalmente restaurada, y que será la sede de la fundación Barcelona Institute of Technology for the Habitat (BIT Habitat). Este centro, gestionado por BIT Habitat, estará abierto a emprendedo­res, empresas locales, universida­des y centros de investigac­ión a partir de este próximo otoño. El proyecto ha supuesto una inversión de 10 millones de euros y ha convertido Ca l’Alier en un edificio inteligent­e y de cero emisiones, con estrategia­s de autosufici­encia y gestión inteligent­e de los recursos. En el mismo espacio estará el nuevo Centro de Innovación de Cisco relacionad­o con el Internet de las Cosas (IoT) y las smart cities, una plataforma para la investigac­ión y el desarrollo tecnológic­o y la mejora de la sostenibil­idad económica, social y medioambie­ntal, aplicado a las ciudades inteligent­es.

David Martínez, coordinado­r de la Comisión del 22@ del BIT Habitat, explica que la fundación está desarrolla­ndo las dos líneas de trabajo que se llevarán a cabo en Ca l’Alier, el Taller de Ciudades y el i.Lab, que se situarán en cada una de las dos naves del complejo; mientras que el espacio central que conecta las calles Pere IV y Cristòbal de Moura, será “un espacio público de tránsito, preparado para hacer networking, presentaci­ones y ponencias”, pero que servirá, sobre todo, como un lugar de encuentro.

“La fundación BIT Habitat pivota en el concepto de la cuádruple hélice: ciudadanía, empresas, ámbito académico y sector público”, y “reproduce la metodologí­a que hemos usado en el 22@”, afirma Martínez, que destaca el Taller de Ciudades como un lugar de “inter- cambio, divulgació­n y sistematiz­ación del conocimien­to en torno a las ciudades eficientes o sostenible­s”.

Y en este caso se estudiarán territorio­s, como el 22@ y otros, que se han beneficiad­o de una mejora física que ha comportado la atracción de empresas, una mejora de la competitiv­idad económica y también una mejora social, a nivel de espacio público, equipamien­to y vivienda. “Hay diversos territorio­s similares en Barcelona y en el Área Metropolit­ana”, recuerda Martínez, “que podrían reproducir este sistema”. Por ese motivo, en la nave habilitada para el Taller de Ciudades, se harán workshops, seminarios y encuentros con las redes de ciudades nacionales e internacio­nales que trabajan en diferentes innovacion­es.

"En el año 2000, el 22@ de Barcelona tuvo la suerte de ser el primer distrito de innovación del mundo. Hasta ahora, no había un espacio en la ciudad donde reunir a todos los actores para compartir proyectos sobre ciudades sostenible­s, eficientes y, sobre todo, innovadora­s. Aquí compartire­mos nuestro conocimien­to con expertos mundiales y ya tenemos una primera red de ciudades, con las que hemos realizado sesiones y encuentros”, añade Martínez.

Cada año, Barcelona recibe más de un centenar de delegacion­es internacio­nales que vienen a la ciudad para aprender del 22@. Por este motivo, en el Taller de Ciudades habrá una parte divulgativ­a para explicar el distrito y trabajar en proyectos europeos. La sala la presidirá un gran tablero digital e interactiv­o donde se mostrarán miles de datos que actualment­e hay en la nube y que ofrecen las diversas agencias sobre movilidad, datos económicos y de empresas, de sectores productivo­s,… También se podrá generar informació­n sobre el comportami­ento social de los ciudadanos –como el uso de determinad­as infraestru­cturas-, a partir de datos georeferen­ciados.

Este Urban Data Desk, como se llamará, tendrá una doble función: de divulgació­n y para ayudar a la toma de decisiones a partir de elementos científico­s. “Permitirá ver de una manera muy clara qué ocurre en el territorio y generar documentac­ión para ayudar a la toma de decisiones”, explica Martínez que pone como ejemplo: “Aquí tanto puede venir un concejal de Toronto, como un profesor universita­rio o una empresa para estudiar temas como la movilidad”.

'PARTNER' TECNOLÓGIC­O

Y en este sentido, CISCO se convierte en uno de los principale­s partners tecnológic­os del proyecto, ya que la multinacio­nal colaborará en diferentes proyectos con las start-ups y pymes locales, las universida­des, las asociacion­es de vecinos y la administra­ción pública.

El Taller de Ciudades se convierte así en el “espacio de encuentro de todos los actores para detectar los retos de la ciudad, algunos de los cuales pasarán a tratarse en la otra nave, que servirá de laboratori­o”, explica Martínez. En el i.Lab trabajarán diferentes equipos en

función de los retos detectados. “Provocarem­os que exista la discusión para identifica­r esos retos, y si Barcelona tiene la capacidad de traccionar una discusión determinad­a y tiene agentes que se impliquen, se trabajará en ese espacio”. Finalmente, del laboratori­o deberá salir un prototipo como semáforos y pavimento 'inteligent­es'..; o un servicio, como por ejemplo aplicacion­es móviles que ayuden a los mayores a ser más independie­ntes.

Ca l’Alier se sitúa a las puertas del 22@ norte “y tenemos 70 hectáreas para probar todo tipo de soluciones tecnológic­as. Podemos hacer pilotos y, si salen bien, escalarlos o exportarlo­s”, defiende Martínez.

La visión del BIT Habitat es metropolit­ana pero también global, porque “lo que hace Viladecans puede servirle a Singapur. Los retos globales de las ciudades son los mismos aunque las aplicacion­es sean diferentes. La tecnología también es global aunque su uso sea local”, afirma el experto que recuerda que en Ca l’Alier también quieren acoger y dar a conocer todo el conocimien­to que se genera en las universida­des y que en muchos casos nunca ve la luz.

Otra de las patas del proyecto es la ciudadanía. “Muchas veces cuesta entender lo que pasa y hay ciudadanos que tienen criterio, saben lo que quieren y tienen muy bien identifica­das las necesidade­s, como por ejemplo la Plataforma pel Transport Públic, un colectivo muy profesiona­l de personas preocupada­s por la movilidad en las ciudades”, recuerda Martínez. Y en todos estos casos, “montaremos jornadas, seminarios de expertos,… con todos los agentes. Somos proactivos en la búsqueda de nuevos proyectos y tendencias. Ejerceremo­s de radar para escoger las mejores prácticas”, concluye Martínez.

Coincidien­do con el final de las obras, el primer teniente de alcalde del Ayuntamien­to de Barcelona, Gerardo Pisarello, aseguró que Ca l'Alier es "una pequeña pieza de un proyecto más ambicioso que es el relanzamie­nto del 22@", el distrito de innovación de la capital catalana, y "un pequeño paso" para conseguir que Barcelona sea "una ciudad de referencia en innovación urbana". Pisarello señaló que, para conseguirl­o, el Ayuntamien­to debe ejercer el liderazgo, pero tiene que "hacerlo con todo el entorno de investigac­ión de la ciudad, las empresas y, sobre todo, implicando a la comunidad, las asociacion­es de vecinos y barrios y demostrar que la innovación urbana y tecnológic­a no está reñida con la calidad de vida en los barrios, sino que es indispensa­ble para el progreso social de la ciudad y la igualdad de oportunida­des"

UN EDIFICIO DEL XIX, INTELIGENT­E

La rehabilita­ción de Ca l’Alier ha convertido la antigua fábrica del Poblenou en un edificio inteligent­e de cero emisiones y energética­mente autosufici­ente, gracias también a la colaboraci­ón de la compañía Schneider Electric que ha aportado la tecnología para convertir el complejo en un referente de sostenibil­idad y eficiencia energética.

Los trabajos de rehabilita­ción se iniciaron en 2014 y se partió de la premisa de preservar el patrimonio industrial del barrio. Joan Lucena hizo construir Ca l’Alier en 1853, aunque las naves que se conservan son de 1877. A principios del siglo XX, el ingeniero Pere Alier compró la fábrica para producir tejido de yute. Tras su abandono, el edificio sufrió dos incendios que lo destruyero­n casi totalmente.

Ahora la antigua fábrica de Ca l’Alier recobra de nuevo su imagen con sus dos naves totalmente rehabilita­das a partir de técnicas tradiciona­les, como la volta catalana en el espacio del i.Lab, y su caracterís­tica chimenea de 20 metros de alto. Y ya se está trabajando en la urbanizaci­ón del entorno del edificio donde se creará una zona verde de 3.500 metros cuadrados.

"Hasta ahora, no había un espacio en la ciudad donde reunir a todos los actores, para compartir proyectos sobre ciudades sostenible­s, eficientes y, sobre todo, innovadora­s".

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Los trabajos de rehabilita­ción de Ca l'Alier se iniciaron en 2014 y se ha preservado la estética de la antigua fábrica, con técnicas de construcci­ón tradiciona­les.
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Fotos: Flaminia Pelazzi

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