Debates olvidados
Eulàlia Solé pone el dedo en la llaga al recordar cómo se critica la política belicista y antiecológica de EE.UU. mientras que por otra parte el Congreso español ignora obstinadamente estos asuntos en sus sesiones: “Sólo el 0,44% de los debates en el Congreso de los Diputados se destina a tratar de cuestiones ecológicas. Misérrima cifra dedicada a un asunto vital para el conjunto de gobernados a quienes los diputados representan. No sorprende que España fuera, en el 2017, el país que más incumplió la normativa ambiental europea”.
Asus señorías no les importa el medio ambiente, hacía constar en este periódico Antonio Cerrillo en una de sus interesantes crónicas. Se basaba en que sólo el 0,44% de los debates en el Congreso de los Diputados se destina a tratar de cuestiones ecológicas. Misérrima cifra dedicada a un asunto vital para el conjunto de gobernados a quienes los diputados representan. No sorprende que España fuera, en el 2017, el país que más incumplió la normativa ambiental europea. Nefasto primer puesto, coherente con las escasas sesiones del Consejo Asesor del Medio Ambiente. Pese a que no se niegue el cambio climático de modo tan palmario como Donald Trump y su Gabinete, en la práctica apenas se percibe diferencia.
Tampoco a sus señorías les quita el sueño la inversión en armas, su comercio y sus efectos sobre el terreno. No ha llegado a oídos de la gente que haya habido debates en el Congreso sobre un asunto trascendental tanto desde la óptica de los presupuestos del Estado como de sus consecuencias en los conflictos bélicos. Por un lado, dispendios como el de los submarinos; por otro, a qué países se venden armas.
El Centre Delàs d’Estudis per a la Pau y el Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz (Sipri) subrayan que en este 2018 el gasto militar aumentará en España un 6,87% respecto del año pasado. Negocio para empresas y corporaciones, detrimento para las atenciones sociales. No obstante, ninguno de los partidos de izquierda, a los que proverbialmente se les supone más sensibles respecto del Estado de bienestar, así como a favor de desterrar el belicismo, propugna que haya en el Congreso debates sobre la industria armamentística.
¡Alto!... He de rectificar, retroceder al año 2009 y recuperar un comunicado que recibí por parte de ICV en marzo de aquel año. En respuesta a un artículo mío, el jefe de prensa del partido me enviaba información de las propuestas que habían presentado en el Congreso sobre el control del armamento, señalando además que sólo tenían un diputado y que los medios de comunicación suelen quedarse con la foto final, que acostumbra a ser para el gobierno y los ministros.
Nueve años después, ICV carece de escaño, los debates ecologistas escasean y aún más los armamentistas. Habría que preguntarse qué le interesa en verdad a la ciudadanía y si otorga adecuadamente sus votos.