Trump trata de rebajar la tensión por la presión de los republicanos
El presidente Trump viajó ayer a Iowa y Illinois para aplicar lo que llaman “el control de daños”.
Su discurso se centró ayer en granjeros, agricultores y empresarios que se han visto perjudicados por una guerra comercial que él empezó. En su tuit festejó el pacto preliminar alcanzado el miércoles en la Casa Blanca con Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea. “Extraordinario volver a estar en la misma senda que la Unión Europea”.
Trump se ha visto forzado a dar marcha atrás en su belicosidad arancelaria por las presiones de los dirigentes republicanos. Estas medidas tienen un impacto determinante en estados y en zonas que son los verdaderos graneros conservadores. Temen un desastre en las elecciones legislativas de noviembre que les lleve a perder el control del Capitolio.
Esta premonición, expresada por Paul Ryan, jefe de la mayoría en el Congreso, y Mitch McConnell, en el Senado, ambos opuestos a los impuestos sobre las importaciones, no forma parte del discurso oficial de la Casa Blanca. La cuenta de Twitter de Trump exhibió satisfacción, pero en ningún momento ofreció clarificación alguna a lo acordado. “El presidente nos ha indicado que continuemos la investigación de las opciones, que reunamos todo el material, pero que no implementemos nada a expensas de la negociación”, afirmó ayer Wilbur Ross, secretario de Comercio.
“Básicamente –prosiguió– no hemos de imponer aranceles en los coches mientras se realizan las conversaciones”, añadió.
Este parece ser un factor determinante en el inesperado resultado del encuentro de Washington entre los dos presidentes. Trump había dejado más que clara su intención de fijar aranceles del 25% a los coches extranjeros, circunstancia que toca duro a Alemania.
“Vamos en la dirección correcta. Si no hubiéramos implantado los impuestos al acero y al aluminio, y si no hubiésemos lanzado la amenaza de los vehículos, nunca habríamos llegado al punto en el que estamos ahora”, insistió Ross entonando la victoria por el hecho de que Europa haya cedido.
“Esta es una verdadera vindicación de que la política comercial del presidente empieza a funcionar”, añadió. Se olvidó de los 12.000 millones de dólares de rescate de emergencia a los agricultores. Si las ganancias no son las esperadas o hay despidos, eso no es por los aranceles. “Mirad las estadísticas”, recalcó. Trump las resumió: “Los granjeros me adoran”. “He abierto Europa para vosotros”. Que más da lo demás.