Trump presume de crecimiento económico, que se dispara al 4,1%
“Somos la envidia del mundo entero”, se jacta el presidente de EE.UU.
Ni siquiera habían pasado 48 horas y el presidente Donald Trump repitió la misma expresión.
“Hoy es un gran día”, afirmó el miércoles tras la reunión con Jean-Claude Juncker, su homólogo de la Comisión Europea, en la que frenaron la guerra comercial declarada por Trump.
A la vista del gran momento de la economía estadounidense –un crecimiento del 4,1% en el segundo trimestre, sin parangón desde el 2014–, el presidente se montó ayer una comparecencia, a mayor gloria de su nombre, y al final reiteró: “Hoy es un gran día”.
Esta vez añadió una apostilla. “Una vez más, somos la economía envidiada en el mundo entero”.
Además, el presidente se felicitó, y felicitó al dictador norcoreano –bien, él le llama “presidente”– Kim Jong Un, por el envío de los restos de unos 55 “héroes caídos” en la guerra de Corea.
No hay día malo, por supuesto, cuando se disfruta de la capacidad trumpista de no mirar a los problemas. En medio del Rusiagate –en el que los supuestos amigos se vuelven enemigos–, de las grabaciones para acallar supuestas infidelidades que acrecientan el sentido de su deshonestidad, del continuo ataque a los servicios de inteligencia, de provocar el pavor a los agricultores con sus aranceles y de aterrorizar a los republicanos que se juegan el escaño el próximo noviembre, Trump se montó fuera de programa, golpe que aprendió bien en su etapa de showman de la telerrealidad, una comparecencia sorpresa para enfatizar que si el país crece a una velocidad de crucero se debe a él y sólo a él.
Los periodistas, pese a la amenaza de ser vetados en los actos, volvieron a lanzar preguntas molestas sobre si cree que Cohen dice la verdad –su exabogado disparó contra él en la investigación de la injerencia rusa– o por su embeleso con Putin.
Ni caso, no fueran a estropear una soleada mañana de verano. “Celebramos el bonito 4,1%”, recalcó. Un despegue respecto al decepcionante 2,2% anterior.
“Nuestra economía va a crecer el doble, algo que a los presidentes Obama o Bush les habría llevado diez años”, proclamó.
“Al tiempo que los pactos comerciales vienen uno a uno, todavía vamos a tener números más altos y estos son grandes números”, insistió. “Desde que tomé posesión del cargo hemos aumentado en siete billones nuestra riqueza”, subrayó en aparente euforia.
“Este es un crecimiento sostenible, no es un sólo repunte”, remarcó respecto a un largo recorrido, cosa en la que confía para calmar las aguas de las elecciones legislativas de este noviembre.
Sin embargo, la insistencia en que se trata de un “boom que se prolongará” tropieza con un matiz en el análisis del propio Gobierno. El crecimiento de los ingresos personales, en forma de salarios y ganancias, se ha desacelerado en este trimestre en el que ha rebotado el PIB.
Diversos economistas independientes,
Kim Jong Un entrega los restos de soldados estadounidenses caídos en la guerra de Corea
según The Washington Post, señalaron que el crecimiento en este trimestre estuvo impulsado por los estímulos procedentes del recorte de impuestos y del intento de la compañías extranjeras de acumular bienes ante el incremento de la belicosidad arancelaria. Sin embargo, la expectativa de aumento es bastante más baja el resto del año y no se logrará el 3% anual al que aspira Trump.
Eso no venía a cuento en su discurso, pese a que le dedicara unos minutos a otro éxito, a la recuperación de cadáveres de soldados muertos en la guerra de Corea. “Quiero agradecerle al presidente Kim que mantenga su palabra”, dijo ante la opinión de que le tomó el pelo. “Quiero agradecérselo, ante los medios, por cumplir la promesa que me hizo a mí”.