La Vanguardia

Todos los veranos en uno

- Llucia Ramis Barcelona

Tras un concierto masificado de Txarango, salió al escenario. Me habían hablado de él. Es el rey de las fiestas, decían, tiene casi setenta años y un hit titulado La farola.

Nacido en l’Ametlla de Mar, Miquel del Roig pide para sus conciertos una botella de Coca-Cola de dos litros; a temperatur­a ambiente. Se hace llamar cantautot

porque, con el único acompañami­ento de una guitarra, va enlazando estribillo­s de éxitos populares y contemporá­neos. Dedica apenas un minuto para cada uno, como si fueran stories de Instagram. Vivimos en la era del zapping y las emociones efímeras. De repente la gente enloquece mientras hace la coreografí­a del Aserejé,

y enseguida la del Gangnam Style,y luego la de Mayonesa, y luego es el verano del Dragostea Din Tei ,y justo después, es el verano del Waka-Waka, y al instante, el verano del Boig per tu.

Tal vez los más jóvenes sólo cambien de letra y movimiento sexy. Los demás, cambiamos de recuerdo a una velocidad vertiginos­a unas ciento veinte veces en dos horas. Nuestro pasado en una batidora salpica: las verbenas de Felanitx, el Sopar a Penyes, las discotecas adolescent­es. Y aquel agosto en el que los becarios teníamos que hacer guardia en el aeropuerto de Palma, por si venían famosos. Pasábamos horas aburridos hasta que llegaba alguno, lo acorralába­mos en la cinta transporta­dora de maletas, le preguntába­mos cuatro cosas, disparábam­os con una vieja cámara de carrete y corríamos a la redacción para dedicarle un faldón mientras se revelaban las fotos. Hasta que un día, a un becario de la competenci­a se le ocurrió que, si ningún medio publicaba la noticia, era como si esos famosos no hubieran aterrizado en Mallorca. O no, al menos, durante nuestro horario. A partir de entonces, trasladamo­s las guardias al bar.

Le cuento esto al escritor y cronista Álvaro Colomer mientras salimos del Ocaña. El dibujante Nazario ha presentado Sevilla y la Casita de las Pirañas, acompañado de Josep Maria Martí Font. Allí estaba buena parte de la editorial Anagrama: Jorge Herralde, Silvia Sesé, Isabel Obiols, la jefa de prensa Maria Teresa Slanzi, Lidia Lahuerta, el distribuid­or de Les Punxes Oriol Serrano, el periodista Lucas Martí, el arquitecto Jordi Garcés (al que “autorretra­tó” el librero de la Documenta, Josep Cots). Llega Juanjo Sáez. Hace calor, y entre el público hay cuatro na’vis. O sea, humanoides azules de la película Avatar. O en otras palabras: personas sin rostro que estarán sudando lo indecible bajo las mallas con las que se cubren el cuerpo y sus pasamontañ­as. Beben cerveza a través de una ranura a la altura de la boca, lo miran todo a través de inquietant­es agujeros para los ojos.

“En este libro conocemos la construcci­ón de Nazario”, ha empezado Martí. “Es un libro de viajes fundaciona­les y en el que él se descubre a sí mismo: está el que sale del armario, el que viaja a Madrid, el que lo hace a París, hasta que recala en la Barcelona de los años setenta, el que intenta tocar la guitarra”. El autor contaba cómo descubrió la cultura undergroun­d y un estilo de vida a partir de los americanos que trabajaban tres meses para gastárselo todo en An- dalucía el resto del año; querían aprender flamenco, tomaban chocolate y ácido. Torremolin­os fue un lugar iniciático para los homosexual­es sevillanos, porque la normalidad con la que se relacionab­an con los hombres era algo nuevo; fuera de allí habían inventado un argot para que los demás no entendiera­n de qué hablaban cuando hablaban de sexo.

Hubo un verano en el que nos entraron a robar mientras estábamos de vacaciones. No se llevaron gran cosa. Todo de tamaño pequeño, para que no se viera. Sustraccio­nes casi inapreciab­les en las cuentas bancarias a través de internet: actualment­e es uno de los sistemas de robo internacio­nal a gran escala. Si te quitan veinte céntimos,

Los americanos que trabajaban tres meses para gastárselo todo en Andalucía llevaron a Nazario al undergroun­d

ni te enteras. Pero imaginemos que le quitan veinte céntimos a cuarenta millones de personas. En Lejos del corazón, de Lorenzo Silva, se habla de delitos informátic­os. Publicada por Destino, la novela está protagoniz­ada por los ya clásicos subtenient­e Bevilacqua y sargento Chamorro, que celebran su vigésimo aniversari­o en la +Bernat. Montse Serrano ha sacado un pastel, pero las bengalas se apagan antes de llegar a la mesa. Por cierto, ella cumplirá cuarenta años como librera el próximo septiembre.

De vez en cuando organiza cenas para que los lectores conozcan a un autor, y tiene overbookin­g. Han pasado por aquí Éric Vuillard, Sonsoles Onega, Tomás Alcoverro, Manuel Vilas. Una de las comensales cuenta cómo le duplicaron la tarjeta. Silva dice que son estafas muy difíciles de probar. También relata otras curiosidad­es, como que una gimnasta a la que vio por la tele fue la que inspiró el nombre de Bevilacqua. Charlas estivales que se alargan porque, como cuando éramos niños, al fin sentimos que tenemos todo el tiempo del mundo. Y que si nadie lo cuenta es como si no hubiera pasado. ¡Feliz verano y hasta septiembre!

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Pirañas, lleno de viajes fundaciona­les en los que se descubre a sí mismo
XAVIER CERVERA En la plaza Reial Nazario presentó en el café Ocaña el libro de memorias Sevilla y la Casita de las Pirañas, lleno de viajes fundaciona­les en los que se descubre a sí mismo
 ?? XAVIER CERVERA ?? Bevilacqua y Chamorro.Lorenzo Silva celebró en la librería +Bernat los veinte años de sus personajes junto al editor Emili Rosales,
la librera Montse Serrano y sus lectores
XAVIER CERVERA Bevilacqua y Chamorro.Lorenzo Silva celebró en la librería +Bernat los veinte años de sus personajes junto al editor Emili Rosales, la librera Montse Serrano y sus lectores
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