La Vanguardia

Un fan de Nina Simone que marca el ritmo del Parlament

- SILVIA HINOJOSA

En el bar de sus padres, Roger Torrent (Sarrià de Ter, 1979) se familiariz­ó con los debates. No era el tipo de intervenci­ones que años después le ha tocado moderar desde la presidenci­a del Parlament –cargo que asumió en enero–, pero aquel niño que andaba detrás de la barra del negocio familiar estaba siempre pendiente de las charlas informales de los clientes. “Muchas veces se hablaba de política y yo participab­a de esas conversaci­ones y debates. Supongo que de forma inconscien­te lo he ido asumiendo”, asegura Torrent. Además del bar, los padres regentaban una zapatería, negocios que venían de los abuelos. La única conexión familiar con la política es casual: el espacio donde está el café había sido la sede de un centro republican­o local.

Pero Torrent decidió estudiar Ciencias Políticas en la Universita­t Autònoma de Barcelona e hizo un máster de técnico urbanista y un posgrado en derecho urbanístic­o. En paralelo discurrió su carrera política, que ha sido meteórica y precoz, siempre en el ámbito de ERC, donde milita desde los 19 años. Fue concejal en dos mandatos y alcalde en tres, con mayoría absoluta, de Sarrià de Ter, municipio de 5.000 habitantes del área urbana de Girona. Con él al frente, ERC pasó en esos años de uno a nueve ediles. Ha ejercido de portavoz de ERC en la Diputación de Girona y de diputado y portavoz adjunto de Junts pel Sí en el Parlament.

En el ámbito personal, está casado y tiene dos hijas, Elna y Ada, de 8 y 6 años. Le gusta ir al cine, ver series de política y busca tiempo para leer. “Soy un lector fetichista de algunos escritores. Cuando uno me gusta, profundizo”, apunta. Cita a Zweig, Kafka, Murakami, Echenoz y Carrère, entre sus preferidos, y también autores de la generación beat como Kerouac o Capote. En música tiene igualmente un gusto ecléctico. Le gusta el jazz, particular­mente Nina Simone; el pop y rock, de Extremodur­o a The Animals, y la clásica, sobre todo Boccherini. Sus óperas preferidas son de Rossini, en especial El barbero de

Sevilla ,y Turandot, de Puccini. Y las nuevas generacion­es de cantautore­s catalanes, como Judit Neddermann y Núria Graham.

De niño cursó seis años de solfeo y tres de piano en el Conservato­rio de Girona y, aunque no concluyó los estudios, adquirió una formación clásica que le permite interpreta­r con cierta soltura. Y desde que su hija mayor estudia piano, con la excusa de ayudarla con el repaso se queda un rato con sus partituras. Le falta práctica, pero esta semana se soltó al teclado del Yamaha negro del club de jazz Jamboree, en Barcelona. Eso sí, para calentar tocó el himno del Barça y Els segadors.

También le gusta dibujar. Lo ha hecho toda la vida, aunque explica que desde hace un tiempo se ha aficionado a pintar con acuarela. Dibuja lo que ve, ya sea paisajes o caballos en movimiento –el tema pre- ferido de su hija pequeña–, o cualquier idea que tenga. Los dibujos los guarda en casa o los regala.

Cocinar es otra actividad con la que se le van las horas, dice. Tiene macetas con hierbas aromáticas en el balcón para sus guisos, que incluyen platos exóticos, aprendidos de primera mano. Viajar por el mundo con la mochila fue durante años una constante en sus vacaciones. Ahora eligen destinos familiares.

Y está claro que Torrent es una caja de sorpresas: también hizo esquí de competició­n. “Durante muchos años hice esquí alpino. Nues- tra estación base era Porté-Puymorens y competíamo­s donde tocara. Esquié hasta que fue difícil compaginar­lo con los estudios y ya vi que nunca sería un Alberto Tomba –bromea–. Aún voy, de vez en cuando, pero busqué un deporte alternativ­o y con mi mujer empezamos a hacer carreras de orientació­n.”

Si algo aprendió en los años que fue alcalde, asegura, es que las decisiones hay que explicarla­s bien porque la gente quiere honestidad, que no se les engañe. “Traté de ser muy cercano; de cien horas de trabajo, 98 serían de calle y dos de despacho”, señala. En esos años también aprendió a hacer ratafía, recuperand­o una receta tradiciona­l local y siguiendo una afición que parece estar de moda entre los políticos independen­tistas. “Es una excusa para ir al bosque, coger las hierbas y hacer el ritual. Luego queda bien o mal, hay muchos más años que sale fatal, pero es lo de menos”, se ríe.

De talante dialogante y pragmático, sin procesos judiciales abiertos, al tomar posesión como presidente del Parlament anunció que la segunda autoridad del país sería un actor político, lejos del papel casi simbólico que había tenido hasta el 2015. “Por edad y por convicción, creo que debo tener un compromiso político más allá de gobernar esta institució­n. Puedo opinar y eso no está reñido con defender al conjunto de la Cámara”, asegura.

Aunque no ha tenido un papel destacado en el partido, es un hombre de la máxima confianza del líder de ERC, Oriol Junqueras, en prisión preventiva desde hace nueve meses, en la causa por el proceso soberanist­a. “Siempre hemos sintonizad­o, pero desde hace un tiempo la relación personal es más intensa”, asegura. Además de visitarle o cruzarse mensajes a través de otros, se escriben con regularida­d.

Estudió solfeo y piano e hizo esquí alpino de competició­n, pero ahora se ha aficionado a pintar con acuarelas

Politólogo y técnico urbanista de formación, en su etapa de alcalde aprendió a rendir cuentas ante sus vecinos; también la receta de la ratafía

 ??  ??
 ?? XAVIER CERVERA ?? Roger Torrent, que tiene gustos musicales muy eclécticos, se soltó esta semana al piano, en el club de jazz Jamboree, en la plaza Reial de Barcelona
XAVIER CERVERA Roger Torrent, que tiene gustos musicales muy eclécticos, se soltó esta semana al piano, en el club de jazz Jamboree, en la plaza Reial de Barcelona

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain