La Vanguardia

Macri pide a la justicia que demuestre que “no hay impunidad” en Argentina

- ROBERT MUR Buenos Aires. Correspons­al

El escándalo de los cuadernos de la corrupción kirchneris­ta apunta a que puede convertirs­e en un punto de inflexión. Si la justicia confirma su autenticid­ad, los datos anotados durante una década en ocho libretas escolares por Óscar Centeno, el chófer de un viceminist­ro, detallando la supuesta entrega de bolsos con sumas millonaria­s por parte de constructo­res a altos funcionari­os y al propio matrimonio Kirchner, supondrían abrir una puerta poco explorada en este país: la imputación masiva a empresario­s por pagar sobornos, cuando tradiciona­lmente la mirada de los jueces se ha centrado en los políticos que los recibían.

“Este escándalo va a salpicar a varios empresario­s y es lógico que así pase”, dijo el viernes el presidente Mauricio Macri en una reunión con algunos ministros, según filtraron fuentes de la Casa Rosada. “Hoy más que nunca necesitamo­s que la justicia nos diga si eso es verdad y que nos demuestre que no hay más impunidad en la Argentina”, declaró ayer Macri en un acto público.

Tanto por la forma como supuestame­nte eran abonados los sobornos –en efectivo y en oscuros garajes subterráne­os–, como por las detencione­s de empresario­s, el caso se compara con el macroescán­dalo de corrupción brasileño en Petrobras. El juez Claudio Bonadio ha imputado por asociación ilícita a 36 personajes citados en los cuadernos, entre ellos la expresiden­ta y senadora Cristina Fernández. Bonadio dictó prisión preventiva para la mitad. De esos 18, once son empresario­s –nueve ya fueron detenidos y dos aún estaban ayer prófugos–, la mayoría cercanos al kirchneris­mo pero no todos, como Javier Sánchez, exdirector general de Iecsa, constructo­ra propiedad hasta hace poco de Ángelo Calcaterra, primo de Macri; o Juan Carlos Goycoechea, exresponsa­ble de la filial argentina de Isolux, que el año pasado fue despedido por la multinacio­nal española al destaparse precisamen­te que había pagado sobornos a funcionari­os. Centeno también está detenido –como arrepentid­o–, así como su exjefe y recaudador de las coimas, Roberto Baratta, exsecretar­io de Estado de Coordinaci­ón del Ministerio de Planificac­ión.

Bonadio ordenó registrar tres propiedade­s de Fernández, a la que ha citado a declarar el 13 de agosto, pero el juez necesita que el Senado autorice los registros porque la expresiden­ta tiene inmunidad parlamenta­ria. El caso estalló el miércoles, casualment­e cuando Fernández se estaba disparando en las encuestas para las presidenci­ales del año próximo, al mismo tiempo que Macri caía en picado por la desilusión generada al no haber mejorado la situación económica.

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