El lector expone
El ejercicio como forma de aprendizaje
Al pensar en el deporte, normalmente solemos imaginarnos a gente corriendo, montando en bicicleta, jugando al fútbol o en el gimnasio intentando mantener la línea. Lamentablemente, siempre que nos hablan sobre el deporte lo mencionan como algo que puede dar pereza pero que hay que hacer para mantenerse sano y en forma.
El deporte es más que eso. El deporte aplicado a la pérdida de peso no tiene comparación con la inmensa cantidad de beneficios que aporta a nuestro cerebro.
Hacer deporte aumenta los niveles de serotonina, lo cual ayuda a combatir la ansiedad, la depresión y los trastornos de agresividad. También sube los niveles de norepinefrina y dopamina, lo que nos ayuda a mejorar nuestra atención y motivación. Por último, también mejora la memoria y la capacidad de aprendizaje, acelerándola considerablemente. Nuestros cerebros evolucionaron debido a la necesidad de articular múltiples movimientos complejos, y es esto lo que explica la estrecha relación entre lo beneficioso del ejercicio y el cerebro.
Hoy en día, muchos llevamos vidas sedentarias y en nuestra sociedad no dejan de aumentar los trastornos de ansiedad, estrés y depresión.
Al tener vidas sedentarias forzamos a nuestro cuerpo a vivir en condiciones para las que no está preparado. Evolucionamos por el movimiento y somos movimiento; por lo tanto, movámonos.